Una de las antiguas cerraduras.
Da cierto temor pensar que Drácula en verdad existió.
Pero fué un personaje real...
Lo que sigue son hechos reales tomados de la
historia y por la crudeza y la crueldad de estas acciones no debería
ser leído por personas sensibles. Yo mismo al leer su historia , todavía siento espanto, no salgo de mi asombro de
pensar que existió una persona que pudiera a sangre fría hacer todas
estas cosas.
Era un sanguinario príncipe rumano, empalador, asesino, descuartizador y
cruel torturador de personas. Daba a sus enemigos una atormentada
muerte.
En mi opinión creo que tiene que estar entre las tres personas mas diabólicas, crueles y sanguinarias de toda la historia.
Nada que ver las películas de terror que vemos acerca de drácula porque
la brutal realidad que se vivió es ampliamente más aterradora que la
ficción que se plasma en los films.
Su verdadero nombre
era Vlad Tepes III, (1428-1476), nació en la ciudad de Sighisoara,
situada en la provincia de Transilvania, actual Rumanía en el año de
1428 y murió asesinado en el año de 1476, a los 48 años de edad en las
cercanías de Bucarest, donde fue decapitado.
Aun se conserva la casa donde nació y en Bucarest hay un documento que da fe del nacimiento de este personaje.
Se conserva en buen estado también el castillo donde vivió, el que
todavía posee un aire de misterio, con algunas habitaciones hechas
dentro de la piedra que rodea el lugar, mobiliario original usado por
Vlad y con escaleras en espiral que no conducen a ninguna parte.
Fue hijo del cruel Vlad Dracul, príncipe de Valaquia, llamado "El
Diablo" y de donde viene el apodo de Drácula, que significa hijo de
Drácul, es decir, "Hijo del Diablo".
Pronto el hijo superaría con creces las espantosas atrocidades de su padre.
Al decir que
era empalador me refiero a que atravesaba a muchas de sus victimas por
el ano o vagina, (los mas afortunados eran clavados por la espalda o por
el abdomen) con un largísimo palo sin punta, ya que esto aseguraba el
mayor dolor, el cual salía por la boca o por el hombro y luego clavaba
ese palo en el suelo en forma vertical aún con la victima arriba y viva,
para que por efecto del peso la persona fuera cayendo lentamente y
enterrándose cada vez mas el palo en su cuerpo.
Muchas de las
victimas todavía estaban vivas cuando llegaban al piso, lo que hace
suponer que los encargados de la ejecución evitaban atravesar el corazón
para prolongar mas la agonía de sus victimas. En algunos casos la piel
era clavada con un clavo al palo para mantenerlo por más tiempo arriba
hasta que se desgarrara la piel y así comenzar su descenso por el palo.
Era una de las maneras más espantosas de morir imaginables pues era
lento y doloroso.
Su macabra mente se fue formando desde niño al tener una infancia
marcada por las desgracias y los malos ejemplos, al observar las
atrocidades que hacía su padre, criado en un entorno de guerra,
torturas, asesinatos y salvajadas totalmente apartado de Dios.
Fue rehén de los turcos a los 13 años de edad cuando fue entregado junto
con su hermano Randu por su propio padre como muestra de sumisión al
Sultán y como garantía de no atacarlos. Luego de un tiempo su padre y su
hermano Mircea fueron asesinados por los boyardos. Su
padre fue apaleado hasta morir y su hermano enterrado vivo, por lo que
el corazón de Vlad fue llenándose de un creciente odio.
Se cree que
aprendió de los turcos algunas formas de tortura y la forma de ejecutar
por empalamiento. A pesar que los turcos lo educaron y recibió buen
trato, este no se plegó a sus deseos ni se convirtió al islamismo y aun
cuando posteriormente lo ayudaron a tomar el trono de Valaquia les llegó
a tomar un aborrecimiento acérrimo que lo llevó a traicionarlos varias
veces, incluso llegando al extremo de hacer alianzas con los asesinos de
su padre y luchar en batallas contra ellos, hasta llegar a morir a mano
de los turcos.
Con la ayuda de los turcos llegó a ser príncipe de Valaquia en una época
de la edad media dominada por las ambiciones de los monarcas europeos
que buscaban ampliar sus territorios y vivían en continuas guerras. A
pesar de que en esta edad media abundaban por Europa monarcas
insensibles, de malvado corazón y dureza de alma, no hubo ninguno que
por su brutalidad, crueldad y ensañamiento al matar se comparara con
este sanguinario homicida.
Llegó a ser el
más temido de todos los monarcas europeos de la edad media y hasta
asesinó a sangre fría por motivos fútiles a su misma población, incluso a
sus amantes. Impuso leyes en su territorio cuyas infracciones eran
castigadas con las más afrentosas muertes. Alcanzó los mas oscuros
extremos de cualquier mente siniestra de matar incluso a los bebés por
empalamiento.
Muestra de su perturbada mente puede verse en los grabados que se
conservan, donde puede apreciarse cuando Vlad Tepes desayunaba en medio
de sus victimas empaladas y otras siendo descuartizadas.
Aunque el empalamiento era, evidentemente, la diversión favorita de
Vlad, también gozaba con la aplicación de otros métodos a quienes de un
modo u otro le habían hecho enfurecer, normalmente en la intimidad de
sus castillos.
Entre los
métodos de tortura favoritos del Príncipe de Valaquia se contaban
también la amputación de miembros, nariz y orejas; la extracción de
ojos con ganchos calientes al rojo vivo; el estrangulamiento, la
hoguera, la castración, el desollamiento, la exposición a los elementos o
a fieras salvajes, el vaciado de ojos, la parrilla y la lenta
destrucción de las distintas partes del cuerpo.
Un delegado papal en la corte húngara lo describió así: "No era muy alto, pero sí corpulento y musculoso. Su apariencia era fría
e inspiraba cierto espanto. Tenía la nariz aguileña, fosas nasales
dilatadas, un rostro rojizo y delgado y unas pestañas muy largas que
daban sombra a unos grandes ojos grises y bien abiertos; las cejas
negras y tupidas le daban aspecto amenazador. Llevaba bigote, y sus
pómulos sobresalientes hacían que su rostro pareciera aún más enérgico.
Una cerviz de toro le ceñía la cabeza, de la que colgaba sobre unas
anchas espaldas una ensortijada melena negra."
Por ser su ejército tan reducido empleó tácticas de guerrilla como
tierra quemada, envenenó pozos de agua y envió enfermos de tuberculosis a
los campamentos enemigos.
En las ciudades donde no lo aceptaban como su príncipe fue despiadado.
Se realizaron ejecuciones de hombres, mujeres y niños,
como en los casos de Brasov y Sibiu, ambas ciudades habitadas por
colonos alemanes que no querían comerciar con él o que no querían
pagarle tributo.
Con ello
iniciaría su carrera de brutales masacres, entre las que se le atribuyen
el exterminio de cien mil personas de las quinientas mil que habitaban
la región entre 1456 y 1462, hechos detallados en documentos y grabados
de la época, que pusieron de manifiesto su gusto por la sangre y el
empalamiento, por lo que se le comenzó a llamar “Tepes” que significa en
rumano: empalador.
Una de sus acciones de masacre masiva fue en su venganza contra los
boyardos, asesinos de su padre y de su hermano mayor. Vlad llevó a cabo
esta venganza en Pascua de 1459, invitando a los boyardos a una gran
cena de Pascua pidiéndoles a estos que se pusieran sus mejores galas.
Cuando
terminaron de cenar, Vlad mandó empalar a los más viejos, mientras que a
los jóvenes les obligó a ir en una larguísima caminata hasta un
castillo en ruinas en Targoviste, muchos perecieron en el camino, pero
los que llegaron aún con vida, fueron obligados a construir el castillo
de Drácula, sin despojarse de sus preciosas ropas de gala, que quedaron
convertidas en harapos, mientras, obligados a construir el castillo,
iban muriendo de cansancio y agotamiento ante el deleite del Empalador.
A Vlad le gustaba organizar los empalamientos multitudinarios con formas
geométricas. La más común era una serie de anillos concéntricos alrededor de las ciudades. La altitud de la estaca indicaba el
rango que la víctima había tenido en vida. Con frecuencia, Vlad los
dejaba pudriéndose durante meses, ocasionando en el ambiente un
espantoso olor nauseabundo a carne descompuesta. Un ejército turco que
pretendía invadir Rumania se volvió atrás, aterrado, cuando encontró a
varios miles de empalados descomponiéndose en lo alto de sus estacas, a
ambas orillas del río Danubio.
Otra de sus actuaciones en su reinado fue cuando la población se quejaba
de los continuos robos que sufrían por parte de ladrones en sus
territorios, además de los pobres, que según Vlad no aportaban nada al
país. Para erradicar esto propuso un gran festín en una gran casa de las
afueras de las ciudades para pobres, ladrones, tullidos, leprosos,
enfermos, pordioseros, en donde las grandes viandas y el vino estaban
por doquier.
Cuando ya
todos estaban bien servidos de comida y borrachos de vino, Vlad y su
guardia se plantaron en la casa y preguntó a todos los allí reunidos si
querían una vida sin privaciones ni preocupaciones y que todos los días
se dieran festines como aquel, a lo que los mendigos y demás personas
respondieron que sí y que había sido el mejor día de sus vidas. Vlad les
sonrió y mandó a sus soldados que cerraran todas las puertas de la casa
y prendieran fuego sobre ella. Nadie quedó con vida. Eliminó la pobreza
acabando con los pobres. Estas atrocidades se fueron repitiendo con
todos los mendigos en cada comarca de su principado. Llegaron a morir
3.600.
En 1461 derrotó al comandante turco Hanza en una emboscada en la
frontera. Al capturar al turco le cortó los pies y las manos y lo dejó
en la frontera para que sus compatriotas lo recogieran.
En 1460, 10.000 hombres fueron empalados en Sibiu. En 1461 Mehmed II, el
conquistador de Constantinopla, un hombre al que no se le conocía
precisamente por su repugnancia ante la efusión de sangre, se volvió a
la susodicha ciudad enfermo de violentos vómitos ante la visión del
Bosque de los Empalados.
Este peculiar
"Bosque" era un valle donde se habían talado todos los árboles para
obtener estacas. Estacas suficientes para empalar a más de 23.000
prisioneros turcos, húngaros, rumanos, búlgaros y colonos alemanes y sus
familias empalados allí mismo, repartidos por todo el valle, en lo alto
de los palos. Éste hecho lo dejó escrito el propio Vlad ya que mandó
una carta el día 11 de enero de 1462 al rey de Hungría, en la que
escribió que había empalado a veintitrés mil, ochocientos nueve personas
y lo sabía bien ya que fueron cortando la cabeza a cada uno para
facilitar el recuento. Además de la carta también envió al rey húngaro
dos grandes sacos con orejas, narices y cabezas de sus víctimas.
En 1462 los
turcos ocuparon Valaquia conquistando su capital Tirgoviste, y Vlad huyó
a Hungría para pedir protección, al ver esto su esposa se suicidó
tirándose al río y su hijo murió durante la escapada, pero el rey de ese
país lo mandó encarcelar durante doce años en el castillo de Visegrád y
posteriormente en Budapest, donde recibía un trato especial ya que el
rey de Hungría le tenía como si fuera un visitante del castillo y ni
siquiera llegó a estar entre rejas. Durante su cautiverio mantuvo su
sangriento sadismo matando y torturando palomas y ratones. En 1473
recuperó su libertad y su trono en 1476, el mismo año de su
fallecimiento.
En
1476 Vlad Tepes halló la muerte en una emboscada cuando los turcos lo
sorprendieron desprevenido con una escolta de sólo 200 hombres de su
guardia moldava, los cuales también fueron asesinados y sólo
sobrevivieron 10 de ellos, aparentemente se suscitó una lucha desigual
ante la superioridad numérica de los turcos. Vlad Tepes fue decapitado y
su cabeza fue enviada a Estambul y exhibida públicamente.
El lugar
oficial de su entierro es el monasterio de Snagov, cerca de Bucarest. El
misterio rodea esta tumba, en la cual se observan inscripciones,
graffitis y retratos de el. De una excavación que se realizó en 1931 se
tienen dos versiones: una es la de una tumba vacía y la otra es que se
encontró un cuerpo sin cabeza con ropajes lujosos.
Algunos
historiadores defienden a este personaje de mente mórbida y desquiciada,
tan malo era que ni siquiera el más loco de los enfermos podría
concebir unos actos de crueldad tan grandes. Algunos historiadores
pretenden que lo vean como un héroe que defendió los intereses de su
país ya que esa zona siempre fue vista como territorio a conquistar.
Contó siempre
con un ejercito muy reducido lo que ha llevado a algunas personas a
tratar de reivindicar su causa diciendo que su crueldad se justificaba
porque era una forma de mantener atemorizados a los enemigos para evitar
la invasión, pero nada justifica este ensañamiento en el matar con
tanto dolor, incluso por empalamiento a los bebes, niños y mujeres
inocentes.
Su facilidad
para decidir la muerte de las personas se muestra en este ejemplo: una
persona de su mismo entorno que se quejó del mal olor que despedían los
cadáveres empalados fue a su vez ejecutado por empalamiento desde el
palo más alto para que pudiera a esa altura “respirar un aire más puro”.
En el año 1976 el presidente rumano Nicolás Ceaucesco declaró
héroe nacional a Vlad Tepes al cumplirse 500 años de su muerte y en el
año 2004 se acuñó una moneda con su figura por ser éste una de las
principales personalidades nacida en Rumania, homenajes de los que
discrepo porque no puede rendirse distinción a quien asesinó
bárbaramente a mas de 100.000 personas y dejó para la posteridad la
historia real de horror mas espantosa que se haya conocido.
https://pablobedrossian.com/2015/05/24/una-visita-al-castillo-del-conde-dracula-por-pablo-r-bedrossian/
https://www.libertaddigital.com/cultura/historia/2020-08-21/el-falso-y-conocido-castillo-del-conde-dracula-donde-esta-el-verdadero-1276662792/
https://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Bran
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