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Nace
en el año 545, en la región francesa de Picardía, aunque no se sabe el
lugar exacto. Se desconoce como fue su infancia. Sus orígenes son
humildes, con lo cual su preparación cultural era escasa, pero destacaba
por su belleza.
La reina Audovera, que
era la esposa del rey de Neustria. Chilperico I, la contrató como
sirvienta. Cuando el rey la conoció le gustó muchísimo y le provoco una
gran pasión, haciéndola su concubina.
La historia de la reina de Neustria, Fredegunda está siempre unida a la reina de Austrasia, Brunequilda.
Neustria se correspondería con la parte norte de la actual Francia y
Austrasia con Alemania. Ambos territorios estaban ocupados por los
francos, que era una de las tribus bárbaras que propició la caída del
Imperio Romano y fue de las pocas que sobrevivió posteriormente.
Esta historia se encuadra en los inicios de la Alta Edad Media, que
se corresponde con uno de los periodos más convulsos y violentos de la
historia de Europa. Eran los principios del feudalismo, donde no
existían los Estados como hoy los entendemos, sino una especie de
confederaciones de territorios unidos mediante juramentos de vasallaje,
con unos criterios organizativos de tipo piramidal.
En lo que hoy es Francia y Alemania nos encontramos con tres reinos:
Austrasia, Neustria y el de Borgoña, que era el más autónomo y también
el denominado ducado de Aquitania.
Fredegunda era una mujer de una gran ambición, que no se detenía ante
nada y ante nadie, dando muestras de falta de escrúpulos y de
conciencia, donde la eliminación del contrario entraba a formar parte de
su hacer político.
En el año 567, el rey Chilperico I de Neustria, repudia a la reina
Audovera. Este repudio hay que buscarlo en razones de tipo político,
pues se busca la alianza con la Hispania visigoda o por lo menos que no
apoye a Australia, ya que la reina australiana Bruenquilda era visigoda
también. También porque se lo pedía constantemente en aquel momento la
concubina Fredegunda, pues no se conformaba con su destino de concubina
del rey.
La reina Audovera quedó confinada en un convento. A pesar de los
intentos de Fredegunda por casarse con Chilperico I, este no dio el paso
y vuelve a casarse con la princesa Galswinta, que era hija del rey
visigodo de Hispania, Atanagildo, y además hermana de la reina de
Austrasia, Brunequilda.
Este nuevo matrimonio del rey no gusta a Fredegunda, pues no estaba
dispuesta a jugar un papel secundario. A pesar de este nuevo matrimonio,
el rey Chilperico I no renunció en absoluto a los placeres que le
proporcionaba su concubina. El nuevo matrimonio nunca fue feliz y duró
muy poco tiempo.
Galswinta reprocha a Chilperico I sus continuos adulterios con su
concubina y le pide romper el matrimonio y regresar a Hispania. El mismo
año de su matrimonio, una mañana, la reina aparece estrangulada en su
cama. Todas las sospechas del asesinato recayeron sobre el rey y su
concubina. Siguiendo los escritos de Gregorio de Tours podemos leer “el rey lloró amargamente su muerte y a los pocos días se casó con Fredegunda”
.
La familia de Galswinta juró vengarse de su muerte y en especial la
reina Brunequilda, que era hermana y, además reina de Austrasia. Ésta se
encontraba casada con el rey Sigiberto I, que era la mismo tiempo
hermano de Chilperico I. Era tradición en los inicios de la Edad Media y
también el mundo de los francos, que la familia vengase este tipo de
asesinatos. Una práctica habitual era pagar económicamente una
compensación y ésta se solía hacer mediante el pago en especies.
Brunequilda no estaba dispuesta a tolerar el asesinato de su hermana y
que fuera sustituida por una vulgar campesina.
El rey de Austrasia Sigiberto I exigió a Chilperico I, que entregase a
su esposa Brunequilda la fuerte dote que Galswinta había aportado a su
matrimonio, que eran las ciudades y plazas fuertes de Burdeos, Limoges,
Cahors, Verán y Baigorri. En el acuerdo de este litigio aparece como
mediador, entre ambos, el rey de Borgoña, Gontrán I que era hermano
también de los dos reyes.
Las ciudades fueron entregadas a Brunequilda, pero inmediatamente el
ejército de Neustria las atacó para recuperarlas, lo cual fue realizado
rápidamente. El rey Sigiberto I de Austrasia ante estos hechos atacó a
Neustria y obligo a Chilpericó I y a Fredegunda a retirarse a la ciudad
de Tournai. Brunequilda exige a su marido que destrone al rey Chilperico
I, pues la situación se había puesto muy favorable para los
austrasianos, puesto que muchos terratenientes y nobles de Neustria
estaban dispuestos a aceptar a Sigiberto I como su rey, lo cual provoca
una gran debilidad militar y política a Chilperico I.
La situación era tan desesperada, que Fredegunda contrató a dos
asesinos, para que mataran al rey Sigiberto. Ambos debían hacerse pasar
por nobles neustrianos que se sumaban a su causa. Cuando estuvieron
junto al rey lo atacaron con puñales envenenados con la finalidad de que
no pudiera sobrevivir. Este hecho sucedió en la ciudad de Vitro sur la
Scorpe en el año 575.
Tras el asesinato del rey australiano, Chilperico I salió de la
ciudad de Tournai y retomó la iniciativa militar. Esto fue posible
porque gran parte de la nobleza de Austrasia abandonaron la guerra,
puesto que el nuevo rey tenía tan sólo cinco años. Chilperico I
conquistó París donde se encontraba la reina Brunequilda, a la que hizo
prisionera y le incautó una gran cantidad de tesoros. Resulta
sorprendente, que la reina Fredegunda no ordenara su muerte. Brunequilda
es desterrada de por vida al convento de la ciudad de Rouen.
Ésta logra escapar del convento. Para ello cuenta con la ayuda de
Meroveo, que era su sobrino. Meroveo era el primer hijo de Chilperico I y
de su primera esposa Audovera, en consecuencia heredero al reino de
Neustria. Meroveo dirigía entonces uno de los ejércitos de Neustria y
desoyendo las órdenes se dirigió a Rouen para liberar a la reina
Brunequilda. Ambos se casaron en la misma ciudad, siendo oficiante de la
ceremonia el obispo de la ciudad, Pretextato. Meroveo temía, que su
madrastra acabara matando a los hijos de Audovera, para así tener el
camino libre para que sus hijos llegaran a reyes de Neustria. Con el
matrimonio de la reina de Australia, Meroveo conseguía un fuerte apoyo
frente a su reina y madrastra, haciéndose fuerte políticamente.
Al tener conocimiento de dicho matrimonio, Chilperico I se enojó consiguiiendo la anulación del matrimonio por parte de la
Iglesia, al tratarse de un matrimonio de tía y sobrino. Ante la fuerte
reacción de Chilperico I, Brunequilda debe refugiarse en la corte de
Borgoña, bajo la protección del rey Gontrán I.
Posteriormente, Brunequilda regresa a Austrasia, siendo nombrada
regente hasta que su hijo Sigiberto II fuera mayor. Fredegunda decide
acabar con la exreina Audovera y sus tres hijos, para allanar su camino
al trono.
Meroveo es traicionado por su gente y cae muerto en una emboscada.
Hay dos versiones sobre su muerte. La primera cuenta que los neustrianos
le tendieron una emboscada y éste se hace matar por uno de sus
acompañantes para evitar ser quemado en una estaca. Chilperico I hizo
torturar a los tres acompañantes de Meroveo. La segunda versión, es que
murió asesinado por hombres contratados por la reina. Posteriormente
murieron los otros dos hijos de Audovera y ésta murió asesinada en el
convento donde se encontraba recluida desde hacia años.
Muertos los hijos de la primera reina, Fredegunda ya tenía el camino
expedito para que los suyos llegaran al poder. El problema surge cuando
los hijos, que nacen de la reina, morían muy rápido debido a
enfermedades infecciosas. En aquella época, era muy frecuente la
enfermedad de la disentería y debido a ella sus hijos morían enseguida.
Esto hizo pensar a la reina, que era un castigo divino, para
solucionarlo dio grandes cantidades de dinero y propiedades a la
Iglesia, al mismo tiempo que acusa a hechiceros y brujas de sus males y
los persigue continuamente.
En el año 584, Fredegunda da a luz a Clotario II, que sobrevivirá, En
el mismo año, el rey Chilperico I muere asesinado en la villas de
Chilles de dos puñaladas, cuando descendía del caballo. El asesino
consigue huir sin ser detenido. Sobre la muerte de Chilperico hay dos
teorías. La primera es que Fredegunda ordenó su muerte, para ocultar su
infidelidad matrimonial, pues la reina mantenía una relación secreta con
el señor neustriano llamado Landry, que posteriormente le nombraría
Mayordomo de Palacio (cargo que significaba hacerlo su lugarteniente).
La segunda teoría es que dio la orden la reina de Austrasia, Brunequilda
como venganza por la muerte de su hermana Galswinta.
Si seguimos los escritos de Gregorio de Tours sobre el asesinato del rey, éste dice “el
cadáver del rey permaneció insepulto hasta que el obispo de Sensilis,
lo hizo lavar y trasladar hasta París, donde hizo enterrar en la iglesia
de San Vicente”.
Cuando murió asesinado Chilperico I su hijo era menor de edad y Fredegunda subió al trono como regente.
Tras la muerte de Chilperico I, la debilidad de Fredegunda es máxima y
su única esperanza está en la supervivencia de su hijo Clotario II, que
sólo tenía varios meses de vida. El nuevo rey de Austrasia, Sigiberto
II, que era hijo de Brunequilda solicita que le sea entregada la reina
Fredegunda por ser la causante del asesinato de su padre.
Sin embargo, la reina reacciona y se apoya en su amante Landry y en
otros señores neustrianos como Ansoaldo, al mismo tiempo, que negocia
con el rey de Borgoña Gontran I su protección.
Ante las dudas que se plantean sobre el origen de su hijo Clotario,
pues se decía que era hijo de Landry y no del rey, la reina hace que
trescientos obispos y grandes señores juren que es hijo de Chilperico I.
De esta forma Fredegunda se asegura la regencia y Gontrán I se hace
tutor del niño.
El papel de Gontrán I es siempre el de arbitro,. lo que busca es que
nadie alcance la hegemonía entre los francos y su papel conciliador hace
que unas veces proteja a Fredegunda y otras a Brunequilda.
Fredegunda manda varias veces a asesinos para que acaben con la vida
de Brunequilda y de Sigiberto II, pero fracasan. También en el año 586,
mandó matar al obispo de Rouen, Pretextato, que había oficiado el
matrimonio de su hijastro Meroveo y Brunequilda porque no le caía bien y
le había traicionado
El obispo Pretextato acusando a la reina Fredegunda de su asesinato
Fue acuchillado en el interior de la catedral quedando gravemente
herido. El obispo le acusa de su asesinato, pero la reina simula una
gran consternación ante tal hecho y ordena a sus médicos que lo curen,
pero el objetivo era que acabaran de matar al obispo, como así sucedió.
Gontrán I reacciona mal por el asesinato del obispo y viéndose la
reina acorralada le entrega al asesino, que era un hombre suyo y que
había actuado siguiendo sus órdenes, para que fuera torturado y muerto
por los borgoñeses.
Estando dando una audiencia en su palacio, un noble le acusa del
asesinato del Obispo Pretextato. Ella lo niega e invita al noble a comer
con ella. Él se niega con el pretexto de tenerse que ir urgentemente.
La reina le recuerda que es una ofensa en el mundo franco irse de la
casa real sin haber comido o bebido, y le ofrece una copa para que
bebiese. Para no tener problemas acepta la copa y posteriormente al
intentar montar su caballo para irse muere fulminado por el veneno de la
copa.
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