lunes, 30 de septiembre de 2019

ATALANTA...LA INVENCIBLE CAZADORA GRIEGA


Atalanta es una heroína vinculada al ciclo arcaico de la mitología griega, consagrada a Artemisa y reconocida por sus inmejorables habilidades para la caza. Su peculiar historia la hace ser valorada, desde una ucrónica perspectiva contemporánea, como un precedente del feminismo.
Sus orígenes varían según la versión del mito. Así, puede considerarse como hija de Yaso, descendiente de Árcade, y de Clímene, quien era hija de Minia rey de Orcómeno. Para Eurípides y otros, su padre es más bien Ménalo, por quien la isla Ménalo fue nombrada. Sin embargo, la versión más difundida, especialmente desde Hesíodo, es en la que Atalanta es hija de Atamante y Temisto, gracias a lo cual se relaciona con la cultura beocia.


La historia de Atalanta, la invencible cazadora griega que acabó convertida en leona, sirvió a los griegos para ilustrar el modelo de mujer salvaje y para aleccionar a las jóvenes casaderas. Se trata de un mito que ha llegado a nuestros días gracias no sólo a la mitología sino también a diferentes piezas de arte
El rey Iasos deseaba tener hijos varones y por ello, ante el nacimiento de una niña, decidió abandonarla en elmonte Partenio, situado en la región griega de la Arcadia. Allí la encontró una osa, que cuidó de ella y la amamantó hasta que fue recogida por unos cazadores que le pusieron por nombre Atalanta.
Criada por esos cazadores, creció hasta convertirse en una mujer de increíble belleza, además de una excelente cazadora y la mejor luchadora de toda Grecia, hasta el punto de vencer al héroe Peleo en unos juegos fúnebres. Además, Atalanta había decidido consagrarse a la diosa cazadora Artemisa, con lo que debía mantenerse virgen.
Por ello, para preservar su integridad de doncella, mató a flechazos a Hileo y Reco, dos centauros que intentaron violarla.
Dada su valentía y su fama como cazadora, Atalanta fue la única mujer en participar en la cacería del temible jabalí de Calidón junto a una docena de héroes griegos como Jasón, Telemón y Teseo. Quien matase a la bestia recibiría su cabeza y su piel.
La Cacería del Jabalí
Algunos de los hombres rechazaron formar parte de la cacería por la presencia de Atalanta, ya que en la mentalidad griega aquélla no era una actividad propia de mujeres. La partida estaba organizada por Meleagro, soberano de Calidón y quien estaba enamorado de ella. La lucha contra el jabalí fue encarnizada, y aunque fue Meleagro quien acabó con la vida del animal, Atalanta tuvo un papel principal, ya que fue la primera en herirlo.
Por ello, el soberano de Calidón decidió darle a ella el trofeo. Ciertos miembros de la corte protestaron por la decisión real -una mujer no merecía semejante premio- y Meleagro defendió a Atalanta, dando inicio a una lucha en la que pereció el propio rey.
Pronto se extendieron las hazañas de Atalanta, y sus padres biológicos la llamaron a su presencia. Iasos estaba orgulloso de su hija, que había demostrado un valor equiparable al de un hombre, pero quedaba algo por hacer: casar a Atalanta. Surgió un problema, ya que, como ya sabemos, Atalanta había confiado a la diosa Artemisa su virginidad.
La carrera de Atalanta
Por ello, consciente de sus aptitudes físicas, ideó una estrategia: retaría a una carrera individual en campo abierto a cada uno de los pretendientes; si ella perdía, se casaría con el vencedor, pero si ganaba, éste sería ejecutado. Llamados por la belleza y las cualidades de Atalanta, fueron muchos los hombres que se presentaron dispuestos a enfrentarse a la carrera. Ninguno fue capaz de vencerla, hasta que le llegó el turno a Hipómenes.
Hipómenes sabía que era incapaz de vencer a Atalanta en una carrera, por lo que recurrió a la diosa Afrodita. Ésta le proporcionó tres manzanas de oro: debía ir dejándolas caer cada vez que Atalanta le alcanzase en la carrera para que la joven, hechizada por la belleza de las frutas, se agachase a recogerlas y así pudiera recuperar su ventaja. Gracias al truco, Hipómenes venció a Atalanta y ésta, tal y como había prometido, se casó con él.
La Metamorfosis de Atalanta
Fue un matrimonio tremendamente feliz, que pasaba su días cazando en el bosque. Pero un día, cometieron la imprudencia de mantener relaciones en un recinto sagrado perteneciente a Cibeles. La diosa enfureció y decidió castigar a la pareja convirtiéndolos en un par de leones hasta el fin de los tiempos.
                                                Vaso de Francois
El mito de Atalanta se hizo tremendamente popular en Grecia. Representaciones de la cazadora y de sus hazañas se plasmaron el vasos, esculturas, relieves, ungüentarios y todo tipo de objetos. Uno de los más famosos es el vaso François, donde Atalanta aparece acompañada de Meleagro y Peleo entre otros héroes.
Pero la historia de la cazadora amamantada por una osa no se quedó en una simple leyenda sino que, como ocurre con todos los mitos de la Antigüedad, fue empleada como ejemplo a seguir. En este caso, sirvió para dos propósitos principales, los cuales ilustran a los historiadores de la actualidad sobre el estado de las relaciones de género en el mundo antiguo.
El primero de ellos fue el de ilustrar el arquetipo griego de mujer salvaje e indomable. Éste modelo distaba mucho de la idea de cómo debía ser la perfecta mujer griega, obediente a su marido y recluida en el hogar, pero no por ello perdía el atractivo. Por otro lado, estas mujeres extraordinarias eran caracterizadas mediante rasgos masculinos y solían ser extranjeras, en un intento de contraponer la civilización griega con la barbarie del resto de los pueblos.
El segundo de los propósitos era el de instruir a las jóvenes griegas en edad de casarse. En la Grecia antigua, se atribuía a las mujeres adolescentes un carácter salvaje, comparable al de Atalanta. Se trataba de una forma de ser que debía dar paso, una vez contraído matrimonio, a un temperamento afable y sumiso.
Así, el mito de Atalanta servía para enseñar a las muchachas griegas que si no llevaban a cabo el paso de ese estado indómito al de la placidez del matrimonio, podía ocurrirles algo semejante a lo que le pasó a la legendaria cazadora y podían acabar siendo castigadas por los dioses.

Atalanta después de Grecia

El mito de Atalanta traspasó las fronteras del mundo griego, llegando a nuestros días no sólo mediante las obras literarias de los antiguos, sino también gracias al arte.
Atalanta fue tan importante que de hecho hay varios mitógrafos, como Apolodoro, que la incluyen entre los Argonautas, grupo de héroes de la antigüedad que partió en un difícil viaje en busca del bellocino de oro. Ella, como era de esperarse, fue la única mujer que participó en esta travesía.
En Epidauro, estaba la fuente de Atalanta, y se decía que en una cacería, la joven tuvo sed por lo que golpeó la roca con su jabalina, de donde brotó al instante la fuente.
Atalanta es de gran importancia, pues simboliza la mujer contestataria que se rebeló contra todos los esquemas patriarcales de la Grecia antigua y logró obtener el respeto de sus contemporáneos así como de la posteridad.
Representaciones de la cazadora las encontramos en cuadros como Atalanta e Hipómenes de Guido Reni (s. XVII) y una escultura realizada por Pierre Lepautre (s. XVIII). Finalmente, Atalanta es uno de los personajes principales de la reciente película de Brett Ratner Hercúles: Las guerras tracias.

MONASTERIO DE SANTO DOMINGO DE SILOS



El Monasterio de Santo Domingo de Silos se halla ubicado en la parte oriental de un pequeño valle de la gran meseta castellana, que el primer documento conservado del Archivo de Silos, del año 954, ya denomina como valle de Tabladillo.
La vida del hombre en Silos y en su comarca se remonta a tiempos prehistóricos, conocida hoy en día gracias a una serie de excavaciones arqueológicas.
La vida monástica en todo el Valle de Tabladillo, especialmente en Silos, comenzó con probabilidad, a la hora de la reconquista castellana, a fines del siglo IX, en forma de granjas monástico-familiares.
Pero, desde el siglo X, el monasterio propiamente de San Sebastián de Silos ya entra en la historia documentalmente.
Sin embargo, debido a los estragos de Almanzor, el monasterio silense cae en gran decadencia material y espiritual. En este momento, en 1041, hace presencia, de la mano del rey Fernando I de Castilla, el monje riojano emilianense Domingo. Es nombrado abad de Silos y, en treinta y dos años, con su ímpetu restaurador y con su santidad, levanta a Silos en sus edificios y en su comunidad. Muere el 20 de diciembre de 1073. Es canonizado en 1076, y se convierte en el taumaturgo medieval de la zona y su tumba en centro de peregrinación.
Surge el claustro románico extraordinario, y brilla el scriptorium silense con obras como el Beato de Silos, hoy en el Museo Británico.
La Baja Edad Media coincide con una etapa menos brillante de la Abadía castellana. Pero, en 1512, el monasterio silense se adhiere a la Congregación Benedictina de Valladolid y se va formando el monasterio moderno al lado del medieval: muralla perimetral; ala sur para las celdas individuales de los monjes; la capilla de Santo Domingo; la iglesia neoclásico-barroca.
En 1835, en noviembre, obedeciendo el decreto de exclaustración del gobierno de Mendizábal, se dispersa la comunidad y se interrumpe la vida monástico benedictina de Silos a lo largo de cuarenta y cinco años.
Afortunadamente, el 18 de diciembre de 1880, un grupo de monjes benedictinos franceses de la Abadía de Ligugé, dirigidos inteligentemente por un monje de la Abadía de Solesmes, Dom Ildefonso Guépin, salvó a Silos de la catástrofe total al elegir las ruinas silenses como su refugio.
Estos monjes fueron restaurando con esfuerzos el Monasterio silense; y, con la restauración material, procuraron recuperar parte de los restos culturales. Encontraron 14 manuscritos medievales; muchos diplomas, también de la Edad Media; y casi todo el archivo de la Edad Moderna.
Desde entonces, en el siglo XX hasta hoy, la comunidad de Silos ha tenido y tiene una gran vitalidad: con su testimonio, con sus celebraciones litúrgicas, con sus aportaciones a la cultura, y con su irradiación, fundando varias casas nuevas en España, como Estíbaliz (Álava), Montserrat de Madrid, Leyre (Navarra), Abadía de Santa Cruz del Valle de los Caídos (Madrid); y en Hispanoamérica: México y Argentina.
Silos ocupa un lugar importante en la Orden Benedictina y en la Iglesia Española en el mundo actual.
Por lo que se refiere a su aspecto exterior, en sus edificios monasteriales, Silos se compone de dos monasterios yuxtapuestos, en torno a dos claustros: a) el medieval; y b) el moderno o clásico-barroco; con la iglesia al Norte, y la gran ala Sur, o zona habitacional, con las celdas de los monjes. Esta parte sufrió un pavoroso incendio en 1970, y se redujo a cenizas. Pero bajo la dirección de Bellas Artes, se restauró en 1971-72, con la planificación y supervisión continua de los arquitectos Alberto García Gil y Julia Fernández de Caleya. Desde 


Primer sepulcro de santo Domingo. Monasterio de Santo Domingo de Silos 6
PRIMER SEPULCRO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

PATENA DE PLATA CON INFLUENCIAS MOZÁRABES Y EL CÁLIZ CON LA INSCRIPCIÓN"IN NOMINE DOMINI OB HONOREM OB SCI SEBASTIANI DOMINICO ABBAS FECIT"


Bellos bajorrelieves en cada galería con artesonado mudéjar del claustro. Monasterio de Santo Domingo de Silos 8
BAJORRELIEVES CON EL ARTESONADO MUDEJAR DEL CLAUSTRO 


Detalle de un ala del claustro del Monasterio de Silos Monasterio benedictino que tuvo sus orígenes en el siglo XII, en honor a su Abad Domingo, fallecido en 1073. Quince años después de su muerte se construyó un templo semejante al de San Pedro de Arlanza, que fue sustituido por el actual de estilo neoclásico (1751-1792), obra de Pedro Machuca, sobre planos de Ventura Rodríguez.
En época visigoda ya existía un cenobio dedicado a San Sebastián, que estuvo ligado jurídicamente a la familia condal. Se independizó, adquirió privilegios y territorio propio.
Es uno de los monumentos capitales para la historia del románico, único en Europa por la importancia de la escultura de sus capiteles, compuestos de elementos decorativos vegetales y animales, y los ocho relieves en los machones angulares, de temática bíblica: la Ascensión, la venida del Espíritu Santo, sepultura y resurrección, descendimiento de la Cruz, la Asunción de María y el Árbol de Jessé.
Detalle de las arpías de un capitel del Claustro románico del Monasterio de Silos La iglesia, levantada aprovechando parte de un templo mozárabe del siglo X, del que queda algún resto, fue sustituida en el XVIII por la actual, de corte neoclásico.
Del templo románico se conserva la portada meridional del crucero, con capiteles de comienzos del siglo XII.
Claustro del Monasterio de Silos Junto al templo está la antesacristía, una estancia románica cuyos muros están cubiertos de cadenas.
Al fondo de la sacristía se accede a la capilla barroca, de planta octogonal del siglo XVIII, con lienzos debidos al mercedario Fray Gregorio Barambio, donde están las reliquias de Santo Domingo en una urna con tres coronas de plata sobredorada.
En las crujías está el sepulcro del Santo, gótico, así como la Virgen de Marzo, del siglo XIII. En una dependencia contigua, la botica fundada en 1705.
En la heráldica conventual figuran tres coronas que hacen referencia a las que recibió Santo Domingo en una aparición.
El monasterio cuenta con un museo que guarda arras del medievo y siglos posteriores.
Algunas piezas fueron realizadas en los propios talleres de miniaturas y esmaltes. El más famoso es el frontal de Silos, cuyo original se conserva en el museo de Burgos.
Los benedictinos de Silos tienen una larga tradición hospedera. Este es el único monasterio de España en el que los monjes hacen sus plegarias, oraciones y oficios completamente en gregoriano. El abad Santo Domingo restauró este monasterio y erigió su claustro en el que destacan los bellos capiteles. El artesonado mudéjar puso en el s. XIV el remate a esta gran obra. De la iglesia románica del monasterio sólo se conserva la Puerta de las Vírgenes, con un arco de herradura que hace recordar la primitiva iglesia mozárabe. Su actual biblioteca suma más de cien mil volúmenes, muchos de un valor incalculable.


Vista general del célebre claustro de Silos. Monasterio de Santo Domingo de Silos 10


ACCESO A LA SALA  CAPITULAR


El gran ciprés de Silos al que muchos poetas han dedicado sus versos. Monasterio de Santo Domingo de Silos 13

EL GRAN CIPRÉS DE SILOS AL QUE MUCHOS POETAS HAN DEDICADO VERSOS

Santo Domingo de Silos se sitúa a unos cincuenta kilómetros al sureste de Burgos. El tramo final de la carretera que hasta aquí me ha conducido está salpicada de curvas y grandes masas rocosas laterales que adoptan formas fantásticas, como presagiando el lugar al que nos dirigimos. El rio Mataviejas, tan inquietante en su nombre como sus consecutivas hoces, nos acompaña hasta el pequeño valle burgalés de Tabladillo
Silos es un pueblo surgido al abrigo del gran monasterio que lamentablemente fue "adecuado hacia la modernidad" privándonos de su iglesia románica . Al este se ha creado un “contra ábside” quizá para señalar dónde estuvo el original.
Queda el magnífico claustro de doble planta, la portada de acceso al templo a través del brazo sur del crucero. Y tras ella su absidiolo más meridional convenientemente enmascarado pero reconocible gracias a su bóveda de cuarto de esfera y a la moldura que lo enmarcaba -seguramente ajedrezada- repicada a ras de muro. También el elevado ventanal sur del crucero finamente decorado con columnillas y capiteles.
El claustro transmite arte y paz. Y es una estructura viva en la que además de arte (¡que vaya si lo tiene!), es lugar donde meditan y rezan los miembros de la comunidad benedictina.
El sol cae, iluminando el ala este. Y tras el oficio de completas agradeciendo el haber disfrutado de un día más, se apagan las luces del templo mientras los monjes elevan sus oraciones por medio del canto gregoriano. Después solo queda la que ilumina la gran escultura de Cristo en la cruz,todo queda en silencio...es el gran silencio que se romperá al alba del día siguiente.
La comunidad monástica debe de estar ya instalada en este lugar donde hay "manantial de aguas perennes" desde mediado el siglo X puesto que hay constancia documental de la presencia de un abad llamado Placencio en época del conde Fernán González. De este momento data asimismo el precioso códice que contiene el "Comentario a la Regla de San Benito"
Arrasado por Almanzor en el XI, resugirá con la llegada de Santo Domingo en 1041. Monje nacido hacia el temido año del milenio completo en la localidad riojana de Cañas. Fue maestro de los niños en San Millán de la Cogolla y prior de la casa de Santa María en Cañas. Fue desterrado por oponerse al intento de apropiación de García, rey de Navarra e hijo de Sancho III el Mayor. Ya en Castilla, el rey Fernando le encomienda revitalizar el arruinado monasterio de San Sebastián de Silos, tarea que llevó a cabo con evidente éxito.
Murió el 20 de diciembre del año 1073 y su cuerpo fue enterrado en el ala norte del claustro. Santificado en 1080 fue trasladado a Burgos. Por su milagrosa intercesión fueron liberados numerosos cautivos en tierras de moros que en agradecimiento trajeron sus grilletes al monasterio.
Alfonso VII concedió en 1185 carta puebla al abad de Silos permitiendo la constitución de la Villa de Santo Domingo de Silos ubicada al lado norte del monasterio, y circundada por muralla.
En 1751 la iglesia románica ya se había derribado para edificar otra neoclásica por el arquitecto Ventura Rodríguez, que la concluye en 1792. Esta decisión se debió en tiempos de abad ilustrado P. Baltasar Díaz.
La desamortización de 1835 suspendió la actividad monástica hasta que el 18 de diciembre de 1880 llegó una nueva comunidad de monjes procedentes de la abadía de San Martín de Ligugé, cercana a Poitiers atraídos por el halo de santidad de Domingo y también por la belleza del claustro que milagrosamente se mantenía intacto.
Esta de nuevo pujante abadía de Silos, ha conseguido abrir nuevas casas: San Frutos de Duratón (en el XI), San Martín de Madrid, San Benito de Sevilla, Huete (Cuenca), Sopetrán (Guadalajara), Santa María de Duero (Valladolid), implantándose en Méjico y Argentina y abriendo fundaciones en Madrid, Estíbaliz, Leyre y el Valle de los Caídos.



Arcadas de la planta superior del claustro. Todos los capiteles son distintos. Monasterio de Santo Domingo de Silos 14
ARCADAS DE LA PLANTA SUPERIOR DEL CLAUSTRO

CAPILLA DE SANTO DOMINGO


Coro. Monasterio de Santo Domingo de Silos 16
CORO MONASTERIO


Detalle del Frontal del sepulcro del Santo. Monasterio de Santo Domingo de Silos 17

DETALLE DEL FRONTAL DEL SEPULCRO DEL SANTO


El monasterio, aunque no en su actual configuración, se remonta a la época visigótica (siglo VII), si bien se desvanece durante la ocupación musulmana. En el siglo X, llamado aún San Sebastián de Silos, y en especial durante el periodo en que el conde Fernán González gobierna en Castilla (930-970), vuelve a resurgir la comunidad monástica alcanzando una pujante actividad que nuevamente decae bajo las razias de Almanzor. Desaparecido éste en 1002 y recobrada la serenidad, el monasterio se encuentra arruinado y maltrecho. Cuando en 1041 Domingo, prior del monasterio de San Millán de la Cogolla, se refugia en Castilla huyendo del rey de Navarra, es bien recibido por el monarca leonés Fernando I quien le confía la misión de restablecer el antiguo esplendor y dar nuevo auge al monasterio de Silos puesto bajo la advocación de San Sebastián. Con el decidido impulso de Santo Domingo como abad del cenobio se erigió la iglesia románica, magnífico templo de tres naves y cinco ábsides consagrado en 1088 por el abad Fortunio, el claustro que aún perdura, y el resto de las dependencias monacales. A la muerte del santo, el monasterio toma su patrocinio y pasa a denominarse Santo Domingo de Silos.
Hacia 1170, la dama de origen noble Juana de Aza, que estaba encinta, peregrina a Silos en busca de dirección espiritual. Su hijo, Domingo de Guzmán será bautizado así en honor del santo patrono de la abadía.
En el siglo XVIII se deja sentir la necesidad de ampliar las instalaciones, principalmente la cabida de la iglesia. Se encomienda al arquitecto Ventura Rodríguez llevar a cabo las debidas reformas. Sin el menor miramiento, sin ninguna consideración, con el desprecio que en aquella época se mostraba por todo lo medieval, se derribó el templo románico para sustituirlo por otro neoclásico que es el que hoy existe. Del primitivo queda como vestigio el ala sur del transepto y la Puerta de las Vírgenes que abre al claustro. La falta de recursos económicos hizo que el propio claustro no tuviera un mismo final que la iglesia.
El 17 de noviembre de 1835 la vida monástica de silo se interrumpe a consecuencia y efectos de la desamortización de Mendizábal que implicaron la pérdida por expolio de parte de sus riquezas artísticas y documentales. Por fin, el 18 de diciembre de 1880 se establece una nueva comunidad de monjes benedictinos llegados de la abadía francesa de Ligugé, dirigidos por el monje de Solesmes, Ildelfonso Guépin. En una visita al monasterio, el poeta Gerardo Diego compuso el famoso soneto El ciprés de Silos, considerado como uno de los mejores sonetos de la literatura española. Hoy es lugar de afluencia de quienes saben apreciar las bellezas de su claustro románico y del canto gregoriano con que se acompañan los oficios religiosos.


Imagen de Santo Domingo con la clásica 'mirada de pupilas negras' del arte románico. Monasterio de Santo Domingo de Silos 18
IMAGEN DE SANTO DOMINGO,CON LA "CLASICA" MIRADA DE PUPILAS NEGRAS DEL ARTE ROMANICO


Ostensorio en bronce dorado con piedras semipreciosas. Monasterio de Santo Domingo de Silos 19
OSTENSORIO DE BRONCE DORADO CON PIEDRAS SEMIPRECIOSAS


Arca del Jueves Santo cincelada en plata. Monasterio de Santo Domingo de Silos 20
ARCA DEL JUEVES SANTO CINCELADA EN PLATA


Relicario del siglo XII en madera cobre y esmaltes. Monasterio de Santo Domingo de Silos 21

RELICARIO DEL SIGLO XII EN MADERA,COBRE Y ESMALTES


El claustro de Silos es de doble planta, siendo la inferior la más antigua y la de mayor mérito. Forma un cuadrilátero de lados ligeramente desiguales, de los que el menor mide 30 m y el mayor 33,12 m. Los lados norte y sur constan de 16 arcos, mientras que los lados este y oeste de sólo 14. Como las parejas de lados opuestos no son de igual dimensión a pesar de tener el mismo número de arcos, las luces de éstos tampoco son idénticas, variando entre 1,00 y 1,15 m. Los arcos son de medio punto y descansan sobre capiteles que, a su vez, lo hacen sobre columnas de doble fuste monolítico de 1,15 m de longitud; sólo los soportes centrales de cada galería están formados por fustes quíntuples, salvo uno de ellos, el del lado norte, que es cuádruple y torsado. Toda la arquería va montada sobre un podio corrido con una abertura para acceder al jardín interior.
El claustro inferior debió levantarse en la segunda mitad del siglo XI y primera del XII, mientras que el claustro superior se construyó en los últimos años de ese mismo siglo. En el inferior se perciben claramente dos fases de ejecución: durante la primera, que corresponde a las últimas décadas del siglo XI, se llevaron a cabo las galerías norte y este; la segunda se desarrolló en el siguiente siglo y en ella se ejecutaron las galerías sur y oeste. Cada fase refleja una forma de hacer y un estilo diferentes atribuibles a dos maestros distintos que emplearon sus propios talleres. Como rasgos diferenciadores, los fustes de las columnas de la primera etapa están más separados y presentan mayor éntasis, y las tallas son de poco relieve y escaso movimiento. Las figuras del segundo taller son más realistas y poseen mayor volumen.
En el plano artístico lo más destacable es la colección de los 64 capiteles de que consta el claustro bajo y los relieves que ornamentan las caras interiores de las cuatro pilastras que forman los ángulos de la galería. Al primer maestro serían asignables seis de los relieves con las siguientes escenas:

Ángulo sudeste: La ascensión y Pentecostés.
Ángulo noreste: El sepulcro y El descendimiento.
Ángulo noroeste: Los discípulos de Emaús y La duda de Santo Tomás.

El segundo maestro sería el autor de los dos relieves restantes:
Ángulo sudoeste: La anunciación a María y El árbol de Jessé.
Este segundo maestro que realizó los últimos machones posiblemente procedises de Galicia, ya que la Coronación y Anunciación de María, están tratados al modo de Santiago de Compostela, con mucha abundancia de plegados y con los cabellos acaracolados (similar al profeta Daniel que aparece en las Jambas de Santiago de Compostela). El árbol de Jessé es muy importante desde el punto de vista iconográfico, por estar relacionado con la vidriera del mismo nombre de San Denis, y por tratarse de un tema utilizado para decorar el parteluz de Santiago de Compostela.
Los capiteles, y en especial los del segundo artista, son obras maestras de la iconografía románica y lo que más admira y llama la atención de todo el claustro. Sus temas son muy variados: desde los que representan escenas bíblicas o evangélicas, hasta los figurativos de animales quiméricos, grifos, leones, arpías, centauros, aves fabulosas y toda clase de elementos vegetales.
Son de destacar también la Puerta de las Vírgenes, que comunica el claustro con la iglesia y que constituye un vestigio del primitivo templo románico, y la fachada de la desaparecida sala capitular que se abría a la galería oriental, así como el artesonado mudéjar ricamente decorado con cerca de 700 figuras y escenas de la Castilla de los siglos XIV y XV.
Su biblioteca, con más de 160.000 ejemplares, tan solo es accesible para los huéspedes del monasterio e investigadores que lo soliciten.



La botica: Se creó en 1705. Disponía de su propio jardín botánico, de un laboratorio farmacéutico y de una biblioteca especializada. De ésta se conservan unos 400 volúmenes editados entre los siglos XVI y XIX. También se guardan varios centenares de tarros de loza que se utilizaban como recipientes de productos medicinales.


En una antigua sala del monasterio se exhibe una importante colección de obras de arte relacionadas con el propio cenobio que incluye pintura, orfebrería, escultura y esmaltes entre otras cosas. Cabría destacar una custodia procesional de siglo XVI, el cáliz que utilizaba Santo Domingo de Silos del siglo XI, o el tímpano de una de las puertas de la primitiva iglesia románica que se rescató de entre la cimentación de la actual iglesia neoclásica.

(Datos estractados de "Real Abadía de Silos". Clemente Serna y Raúl Fernández. Editur 2002)





EL VESTIDO Y LA INDUSTRIA TEXTIL EN EL SIGLO XVI


El vestido a lo largo de la historia tiene diversas funciones, una de las más características y relevantes para el desarrollo social será su valor económico. La indumentaria de un individuo no sólo indica su pertenencia a un estamento o clase social sino también su riqueza y patrimonio, al mismo tiempo nos da pistas sobre la situación tanto comercial como industrial de una época determinada. El primer elemento clave para reafirmar la idea del valor económico del vestido es su propio tejido. 
Ya que, el tejido de una prenda indica de dónde procede, cómo se ha producido y si se ha creado en función de alguna necesidad. En el caso del siglo XVI los principales tejidos serán la seda, el terciopelo, el lino y el algodón. La mayoría de ellos son elaborados en territorios pertenecientes a la monarquía hispánica pero hay otros centros de producción como Egipto, Persia e Irak a los que accede España gracias a la comercialización con países como Alemania e Italia. Pero además, la monarquía hispánica tendrá una gran tradición sedera por la herencia musulmana.
En cuanto a los demás tejidos, la mayoría de ellos se producen en los territorios del norte y el principal foco de producción será Flandes. La ornamentación de los mismos también se convierte en una cuestión económica porque aparecen multitud de brocados que se comercializan en el mundo. Algunos de ellos proceden de la misma península pero otros como las guarniciones en oro y plata se elaboran gracias a la recepción de materias primas procedente de América y los Países árabes. El uso de nuevas ornamentaciones indica el desarrollo del Imperio hispánico y en su gran mayoría se debe a la adquisición de nuevos metales procedentes de América. Estos contribuyeron al desarrollo del lujo pero tuvieron consecuencias negativas porque muchos tuvieron que vender sus bienes para adquirir las ornamentaciones.

 El gremio de los sastres en el siglo XVI

Ante esta situación la corona tuvo que tomar medidas para impedir el desarrollo de la industria textil elaborando trabas que afectarán tanto a la industria como al comercio. Como otras ornamentaciones procedentes de territorios europeos como Holanda e Italia podemos destacar los encajes. Sin embargo, lo que dio mayor belleza estética y versatilidad a las prendas fueron los tintes. Estos procedían de materias primas producidas en América como el Palo de Campeche.
El vestido y la industria textil

El uso de estas nuevas ornamentaciones no puede entenderse sin tener en cuenta las técnicas que aparecieron a lo largo del siglo XVI. Los primeros avances aparecen en Francia, Gran Bretaña y Cataluña. Uno de los principales será la creación del telar de género de punto de William Lee, destinado a la elaboración de medias. Tampoco podemos comprender el valor económico del vestido y su proceso de elaboración sin sus grandes protagonistas, los sastres.
A partir del siglo XVI están sujetos a ordenanzas más estrictas que sobre todo limitan a las nuevas contribuciones de los extranjeros. Además surgen nuevas rivalidades, conflictos y competencias que afectan directamente al proceso de elaboración de la prenda. Un caso muy característico en el siglo XVI es el gremio de Valencia. Es en El Libro de repartiement real entre els veins de la ciutat de Valencia donde podemos ver como se estructuraba el gremio y qué tipo de conflictos se producían. La mayoría de ellos estaban vinculados a la llegada de extranjeros.
El vestido y la industria textil

Es a partir del siglo XVI cuando la función del sastre adquiere una nueva perspectiva, empiezan a considerarse a sí mismo artistas y por ello su nivel de exigencia aumenta. Buscan estrategias para resaltar la belleza y la gracia de sus prendas mediante la introducción de adornos que no están presentes en la normativa. Por ello se deben establecer limitaciones desde el poder como la limitación por parte de Felipe II a sastres, calceteros y jubeteros.
La fuente principal para analizar cómo los sastres introducen nuevas ornamentaciones y modas en el siglo XVI son los tratados de sastrería. Contienen una gran variedad de datos económicos porque en ellos se incluyen los procesos de elaboración del traje, sus cortes y la organización de la producción. Los nuevos tratados de sastrería hacen que esta adquiera una dimensión intelectual. De hecho, según Juan Luis Vives, la sastrería se convierte en uno de los principales saberes que ha de difundirse entre la sociedad y se asemeja a otras artes como la cocina, la construcción, la agricultura o la navegación.
El vestido y la industria textil

Los principales tratados de sastrería del siglo XVI son el Libro de geometría y traça realizado por Juan de Alcega en 1580 y Geometría y trazas para el oficio del sastre elaborado por Diego de Freyle en 1588. Ambos tratados tienen el objetivo de estandarizar un determinado modelo de vestido pero además tratan de dar instrucciones a los sastres para que economicen a la hora de elaborar las prendas por ejemplo describen nuevas técnicas de medición. Además están llenos de consejos a los aprendices para que sean más precisos a la hora de elaborar las prendas.
El vestido y la industria textil

El tratado de Diego de Frayle presenta características más singulares puesto que incluye sonetos, algunos como este fueron compuestos por Miguel Díaz de Alarcón:
A los que officio y arte han inventado
Es justo que a su industria agradezcamos
Las cosas milagrosas que gozamos
Que con divino ingenio han procurado
Y aunque es verdad que haverlos comenzado
Su origen y principio les debemos
A los que hallan como sepamos
Devemos más pues lo han facilitado.
En ambos tratados hay varias formas de dibujar las piezas de las prendas, por un lado destacan aquellos patrones que presentan a las piezas de forma separada, dispuestas sobre el tejido separadamente y desprovistas de toda decoración. Mientras que la segunda modalidad presenta a las piezas unidas como en el libro del sastre. Los tratados de sastrería se convierten en principales fuentes del saber porque se incorporan elementos científicos y artísticos como la geometría.

domingo, 29 de septiembre de 2019

EL ARTE EN LA CALLE... MADRID


Quizás algunas personas no consideraron al graffiti arte hasta que Banksy vendió sus obras por 500.000 dólares. Quizás muchos sigan sin disfrutar el arte urbano porque tienen una concepción del arte más privada y menos digamos, de alguna manera, callejera. Pero los que nos quedamos embobados cuando una pincelada de color inunda la ciudad, los que disfrutamos de poder tomar el aire  y aplaudimos la creatividad, venga del modo en que venga, celebramos toda muestra de arte callejero que nos encontremos disfrutándola espontáneamente.
Al  igual que en otras muchas ciudades europeas, el arte urbano ha comenzado a florecer en los últimos años en la capital madrileña. Gracias al nuevo plan municipal, se ha fomentado la creación de obras vanguardistas en barrios como TetuánUsera o Villaverde.
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Murales en la Calle Marqués de Viana...Unos de los murales más destacados por su belleza, es el que se encuentra en una de las fachadas de la calle Marqués de Viana, en el distrito de Tetuán. Esta creación es obra de Daniel Muñoz, más conocido como “San“, quien combina su trabajo en el estudio con obras más urbanas.
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Murales de Gonzalo Borondo...Siguiendo por la misma calle de Marqués de Viana, nos encontramos con otro de los murales más impactantes, obra Gonzalo Borondo. Un artista que desde 2003 ha echado raíces en la capital, creando auténticas maravillas como ésta.
Las piezas de Borondo aparecieron en el año 2010, y pronto se convirtieron en una presencia constante, reconocible y característica en Madrid, particularmente en Lavapiés.
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Boa Mistura, marca insignia de la Capital.
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Sería imposible entender el arte urbano de la capital si no hablamos de este colectivo "Boa Mistura". Lo que empezó como un proyecto pequeño, ya se ha convertido en algo grande.Sus murales con frases motivadoras nunca dejarán de sacarnos una sonrisa cuando las veamos.
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Hypertube en distrito Tetuán
Volviendo al distrito de Tetuán, nos encontramos con esta peculiar escultura en forma de tubos de David de la Mano y Pablo S. Herrero. También fueron los responsables de dar vida al Mercado Municipal de Tetuán con un ser arbóreo, en el que sus extremidades simulan ramas y se extienden a lo largo de toda la fachada. Sobre un fondo verde recrea los lugares en donde solían habitar, la ninfa tiene una buena visión del barrio y de sus habitantes.
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“Ausencias” en el la plaza del Poeta Leopoldo de Luis.Otra de las maravillas de Madrid es la que el artista Suso 33 bautizó con el nombre de “Ausencias”, y que se localiza en la plaza del poeta Leopoldo de Luis.
Con forma de garabatos y con apenas una sombra, este mural tiene una gran profundidad y una personalidad impactantes. Suso es un artista consagrado, que ha expuesto su obra incluso en el Centro de Arte Reina Sofía.arte-urbano-madrid-06
Murales geométricos de E1000ink.El artista  también ha dejado su huella en la capital a través de estos enormes murales con formas geométricas. A menudo utiliza las líneas y sombras como recurso, para dar una fingida profundidad a las tapas de una alcantarilla, un contador de luz o cualquier otro elemento urbano que le sirva de inspiración.

Lavapiés...Este barrio, de marcado carácter multicultural, siempre está lleno de colorido y de propuestas nuevas. Así, en él puedes ver graffiti en fachadas de edificios, en cualquier hueco aprovechado o incluso, en un espacio que se ha abierto especialmente para este fin. Se trata de la iniciativa ‘Muros’ y se expone en uno de los laterales de La Tabacalera (Calle Miguel Servet), un centro cultural gestionado en parte por el Ministerio de Educación y en otra parte, por un centro social autogestionado. La idea es que se renueve todos los años con artistas reconocidos y relacionados con la ciudad.

Embajadores

Muros


Malasaña es el barrio moderno, fashion, hípster, popero o cuánto adjetivo guay se nos ocurra en Madrid por excelencia. Pero también el barrio de La Movida y de las fiestas infinitas, las cervezas callejeras y una sensación constante de libertad, de dejarse llevar, de que pensar que allí todo puede pasar… En Malasaña hay tantos ambientes y momentos como uno quiera, así que no hay que cerrarse nunca a conocerlo.


Y como no, arte y cultura propios de un barrio de ambiente alternativo. Por eso, los graffiti también pueblan sus paredes, casi siempre de forma armónica aunque también se corre el riesgo de ver simples pintadas. Esta es una de las razones de que haya tantos locales que deciden ellos anticipadamente hacer arte en las persianas de cierre de sus negocios.


Otro barrio en el que pude disfrutar de arte urbano recientemente es Carabanchel. En este tradicional barrio obrero de la capital es también común que las pinturas se representen en la fachada de los negocios y así pude contemplar  una tienda musical dibujaba a grandes maestros de este género sobre un fondo negro.



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