sábado, 30 de noviembre de 2019

DELFOS Y SU ORÁCULO,MITOLOGIA Y ARTE

Rodeado de relatos misteriosos, el oráculo de Delfos fue, durante miles de años, uno de los enigmas más desconcertantes del mundo antiguo. Para el mundo griego, los oráculos eran fundamentales para su religión y su cultura;comerciantes, mendigos, filósofos, campesinos y reyes sabían de su existencia y acudían al santuario para saber lo que les deparaba el futuro. El recinto sagrado fue dedicado principalmente al Dios Apolo.

El principal motivo de veneración del santuario residía en la veracidad de sus vaticinios, siendo el oráculo de Delfos el más fiable de la época. Lo cierto es que los griegos tenían una fe ciega en el oráculo, si se equivocaba decían que se había interpretado mal.
Según la mitología griega, el culto tiene origen en la orden de acudir a ese lugar que Zeus dio a Apolo, su hijo, nada más nacer. Para el viaje le proporcionó un carro tirado por cisnes, pero éstos condujeron a Apolo al lejano país de los Hiperbóreos, una región situada en tierras desconocidas al norte de Tracia. El Dios tardó un año en presentarse el Delfos y lo hizo el verano cuando la naturaleza está exultante, a partir de entonces, todos los años se celebra la llegada de esa época con una hecatombe. Apolo antes de instalarse, debía matar al ser que lo custodiaba, una serpiente Pitón, de ahí sugiere el nombre de pitonisa con el que se denominaba a las mujeres que interpretaban el oráculo. Tras el triunfo de Apolo frente a la serpiente, se levantó un templo en su honor. La victoria final de Apolo, se celebrará periódicamente con unos juegos denominados juegos píticos. El oráculo se celebraba sólo el día 7 de cada mes, ya que se consideraba como la fecha de nacimiento de Apolo.

Cuando los peregrinos llegaban al pie del monte Parnaso, donde estaban la ciudad de Delfos y el recinto de Apolo, los recibía el próxenos, el embajador que cada polis tenía en el santuario y que atendía por igual a embajadores y a ciudadanos particulares. Hay que suponer que los días en que el recinto estaba abierto a consultas debía de concentrarse allí mucha gente, y que las colas para entrar eran constantes. Pero no todos tenían que esperar: ciudades como Atenas o Esparta disfrutaban del privilegio de la promanteia, la prioridad de consulta, de la que se beneficiaban tanto sus emisarios como los ciudadanos privados que los acompañaban.

A lo largo de esta avenida que lleva al templo de Apolo se suceden diversos edificios votivos, como el tesoro de los Atenienses, en la imagen, del siglo V a.C.
Lo primero que encontraban los viajeros, a un kilómetro y medio del recinto, era la zona conocida como Marmaria por los mármoles de los edificios allí construidos, entre ellos el templo circular de Atenea Pronaia. Luego los peregrinos pasaban por la fuente Castalia, que brotaba entre las dos piedras Fedríades («brillantes»), y se purificaban con sus aguas. Acto seguido entraban en procesión por la vía Sacra, ya en el interior del santuario propiamente dicho. Esta calzada ascendía por una pronunciada pendiente y estaba flanqueada por los tesoros de las más prominentes ciudades: Sición, Sifnos, Cnido, Tebas, Atenas, Corinto, Massalia. Los tesoros eran pequeños templos o capillas en los que se conservaban los exvotos y donaciones que los ciudadanos de una polis entregaban al santuario. Después la vía llegaba al templo de Apolo, más arriba del cual se encontraban la palestra, el gimnasio, el estadio y el teatro. Este edificio, con capacidad para unos 5.000 espectadores, acogía los certámenes artísticos de los juegos píticos, que se celebraban en honor de Apolo e incluían competiciones atléticas y celebraciones religiosas.

Los restos del templo de Apolo en Delfos datan del siglo IV a.C., cuando se levantó de nuevo después de que un terremoto destruyera el templo anterior.
Frente al templo estaba el altar para los sacrificios. Las consultas al oráculo se «pagaban» en forma de sacrificio o de pastel: el propio templo vendía los animales que debían sacrificarse y las tartas sagradas (pélanos). Aunque no se conocen las tarifas, es de suponer que el precio mínimo por la ofrenda sería asequible para un ciudadano medio. Sin embargo, los más pudientes solían ofrecer, además de un sacrificio, presentes como estatuas, trípodes y otros exvotos. Lógicamente, las tasas en forma de sacrificios o tartas que había que comprar para acceder al oráculo debían de ser mucho más elevadas para las consultas cívicas que para las privadas;poco sabemos de la organización en el interior del templo. Allí se encontraban la sacerdotisa pitia, por cuya boca hablaba Apolo, y el cuerpo de sacerdotes que la atendía y que se repartía las diferentes tareas. Aunque no se conocen con certeza las atribuciones de cada grupo, se cree que los hieréis se encargarían de los sacrificios; los prophetai se ocuparían de ayudar a la pitia e interpretar sus palabras, y los hósioi se cuidarían del culto.
El peregrino entraba en el templo a través del chresmographeion, donde se guardaba el archivo del santuario con la lista de consultantes, sus preguntas y respuestas, así como la lista de vencedores en los juegos píticos; probablemente allí formulaba su pregunta. Según la tradición, en la parte más recóndita del templo de Apolo había un lugar subterráneo, el ádyton, al que la pitia descendía, con una corona y un bastón de laurel, cuando le llegaba el momento de entrar en éxtasis y comunicarse con la divinidad. Se cuenta que ahí masticaba laurel, bebía agua de la fuente Casotis y se sentaba en un gran trípode situado sobre una grieta natural del suelo de la que salían vapores. Al inhalarlos, la sacerdotisa entraba en un frenesí o delirio gracias al cual pronunciaba las palabras, quizás incomprensibles, que los sacerdotes del templo escuchaban y escribían, y que luego se entregaban al consultante. Pero el ritual de la consulta tal como se ha descrito aquí presenta un problema: es tardío y se trata más bien de una elaboración esotérica de la realidad.Los relatos de diferentes historiadores griegos ofrecen una imagen muy distinta de cómo se desarrollaba.
Egeo, mítico rey de Atenas, consultando a la Pitia, el Oráculo délfico, que está sentada en un trípode

Plutarco, que además de historiador y biógrafo fue sacerdote de Apolo en Delfos, no sólo ignora el procedimiento descrito, sino que su narración es incompatible con el mismo. Este autor, que vivió a caballo de los siglos I y II d.C., explica que el ádyton estaba abierto a los consultantes y no era una habitación secreta; y no dice nada sobre el frenesí o trance de la pitia, ni sobre lo incoherente de sus palabras. Sólo en una ocasión refiere que la sacerdotisa se retira a un lugar subterráneo, pero ello sucede en un momento en el que se siente indispuesta y no logra profetizar, cosa que la lleva a la locura. Por su parte, el historiador Heródoto, que vivió en el siglo V a.C., relata la entrada del dirigente espartano Licurgo en el recinto de la sacerdotisa y afirma que ella le habla directamente, sin esperar siquiera a su pregunta y, de hecho, le dicta la constitución espartana. También Jenofonte parece tener una relación directa con la pitia cuando, a finales del siglo V a.C., le pregunta a qué dioses debe encomendarse para tener éxito en el viaje que luego narrará en su Anábasis, el épico itinerario de un ejército de mercenarios griegos a través del Imperio persa.
Es más, algunos ejemplos de consultas históricas que se conservan presuponen no sólo que la pitia estaba presente ante los consultantes, sino que se dirigía directamente a ellos, como cuando los atenienses le solicitaron que escogiera los nombres de las diez tribus de su ciudad, o cuando los tesalios le pidieron que eligiera a un rey. Al parecer, en ambos casos se ofreció a la sacerdotisa una urna con distintos nombres para que ella eligiese. En definitiva, lo que ocurría dentro del templo y la manera en que actuaba la profetisa constituye un misterio. En cuanto al origen de su inspiración, se ha intentado explicar por el uso de sustancias psicoactivas que podían estar presentes en el agua o el laurel, o por algún vapor que actuara sobre su conducta (parece que está confirmada la existencia de etileno en el subsuelo de Delfos). Incluso hay quien afirma que pudo recurrir al hipnotismo o algún tipo de sugestión.
Orestes en Delfos
Después de la consulta, el peregrino regresaba al chresmographeion, donde los prophetai le entregaban por escrito un informe oficial y la respuesta del oráculo interpretada y formulada solemnemente, a menudo en verso. Tras esto emprendía el viaje de regreso a casa, tan peligroso como el itinerario de ida.

La sibila de Delfos, fresco de Miguel Ángel (1475-1564) en la bóveda Capilla Sixtina.
Las pitonisas eran escogidas y entrenadas desde muy pequeñas por los sacerdotes, tenían que tener ciertas cualidades y vivir rodeada de pureza física, psíquica y espiritual, generalmente, las pitias ostentaban su cargo de manera vitalicia.
Para entrar en el ádyton, se sometían al ayuno y la purificación mediante una baño ritual en las aguas del manantial de Castalia y masticando hojas de laurel. El templo de Apolo era el lugar  donde la pitonisa daba consejos. La pitonisa entraba en la zona más profunda y misteriosa del templo, allí se sentaba en un trípode y comenzaban los mensajes. La manera que tenían de revelar los mensajes las pitias nos la cuentan numerosos historiadores y filósofos como Cicerón, Plinio o Estrabón.
Todos coinciden en lo mismo, la pitonisa aspiraba unos gases que emanaban desde una grieta que provenía del fondo de la tierra, de esta forma la pitonisa entraba en una forma de trance delirando y gritando, incluso con espuma en la boca, de esta forma revelaba el mensaje de Apolo.
Muchos científicos dan respuesta al mito del oráculo y se han puesto de acuerdo en que lo sucedido a las pítias no es más que la inhalación de gases narcóticos, como el etano, que fluyen por las grietas producidas por las fallas que hay debajo del templo, y hacen que entren en una especie de trance.


Las Excavaciones
En 1676 Jacques Spon (francés) y Geroge Wheler (inglés) llegaron al emplazamiento del santuario convertido en un poblado llamado en ese momento Castri. En su visita por el lugar se fijaron en muchas inscripciones en la iglesia de un monasterio que había sido construida justamente sobre los muros del antiguo gimnasio. En estas inscripciones leyeron la palabra Delphi. Lo mismo les ocurrió en algunas casas del poblado. En estos años no pasó de ser una noticia para los historiadores; no hubo excavaciones.


Pasados dos siglos, en 1840, un arqueólogo alemán llamado Karl Otfried Müller trabajó en esta zona y descubrió entre las casas del poblado una parte del gran muro poligonal del recinto del santuario.
El descubrimiento fue una llamada a seguir trabajando. Llegaron más arqueólogos franceses y alemanes, que fueron poco a poco descubriendo indicios y vestigios de la joya arqueológica que se escondía en aquel lugar. Pero la tarea era muy difícil, pues la presencia del poblado impedía hacer excavaciones en serio. 
Empezaron entonces los tratos y los proyectos para trasladar a otro sitio todo el poblamiento de Castri, hasta que en 1881 hubo un acuerdo entre el gobierno griego y el gobierno francés (muy interesado en las excavaciones) para expropiar, trasladar y reconstruir el nuevo emplazamiento, la ciudad actual llamada Dhifis (Delfos). Comenzó una gran actividad arqueológica dirigida por el jefe de la Escuela Francesa de Arqueología de Atenas, Téophile Homolle. 
Fueron apareciendo piezas restos de estatuas criselefantinas (es decir, estatuas que tenían la cara, las manos y los pies de marfil y el cabello de oro), piedras de edificios, columnas rotas, etc. Después vinieron las restauraciones llevadas a cabo por la Escuela Francesa de Arqueología, con las subvenciones del Ayuntamiento de Atenas y aportaciones particulares de ciudadanos griegos.
De esta forma vieron la restauración:
El Tesoro de los Atenienses que fue reconstruido pieza a pieza

 Templo de Apolo, del que apenas se conserva algunas columnas.

Estadio, que es el mejor conservado de la Antigüedad.

Teatro de Delfos



Tholos o santuario de Atenea.




La fuente Castalia.




Ágora romana.




Altar de Quíos.

Altar de Apolo

Muchas de las piezas fueron llevadas al museo de Delfos que, en la actualidad, es uno de los más ricos de Grecia: entre otras el famoso Auriga, de bronce, tamaño natural ofrendado por Polyzelos; la Esfinge de Naxos, los Mellizos de Argos y una copia romana del Ónfalos que era la piedra en forma de huevo que señalaba el centro u "ombligo del mundo" en Delfos y que fue encontrado durante las excavaciones hechas en el templo de Apolo.

Auriga de Delfos

Esfinge de Naxos

Mellizos de Argos (Cléobis y Bitón)
Onfalo de Delfos



viernes, 29 de noviembre de 2019

CODEX SINOPENSIS


El Codex Sinopensis es un manuscrito bíblico iluminado del siglo VI. Se conserva en estado muy fragmentado: de los probables 150 folios originales, han sobrevivido apenas 43 con diversos pasajes del Evangelio de Mateo. Es un objeto suntuoso, realizado en pergamino purpúreo y escrito en letras de oro. Forma parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Francia.
El manuscrito, compuesto por 43 folios de pergamino teñido de púrpura ,contiene diversos pasajes del Evangelio de Mateo.Está escrito en griego, en unciales doradas que se suceden en scriptio continua, sin espíritus ni acentos.Está decorado con cinco miniaturas de diversas escenas bíblicas, todas sobre el borde inferior de la página. A uno y otro lado de cada escena, figuran dos profetas con un rollo en la mano: David y Moisés aparecen junto a la imagen del festín de Herodes y las de las multiplicaciones de los panes y los peces, David e Isaías flanquean la de la curación de los dos ciegos, y David y Habacuc, la de parábola de la higuera estéril.


El códice original estaba probablemente formado por 150 folios, pero han sobrevivido sólo 43. Otra página, sin ilustraciones, encontrada en la ciudad ucraniana de Mariúpol,también se ha perdido.Se lo llamó Codex Sinopensis por el lugar en que fue encontrado.
Se lo utilizaba como evangeliario durante la liturgia y el texto es de tipo bizantino.

El Códice Púrpura de Sinope está escrito en oro. Este manuscrito no fue conocido para los investigadores europeos hasta 1899, cuando un oficial militar francés llamado John de la Taille, regresando a su país después de un viaje a la zona al este del Mar Negro, visitó la ciudad de Sinope (en la costa sur del Mar Negro) Y lo compró de una señora que era parte de la población de habla griega allí. Después de que el manuscrito fue llevado a París, Henri A. Omont (bibliotecario de la Biblioteca Nacional de Francia) publicó una réplica uncial (línea por línea) de su texto, junto con una transcripción, en el volumen de 1901 de Notices et Extraits des Manuscrits de La Bibliothèque Nationale . Este volumen está ordenado.Es mucho más fácil leer las transcripciones de Omont que leer el texto en las páginas originales. También en 1901, HS Cronin presentó este código en un artículo detallado en el Journal of Theological Studies .Haciendo hincapié en la similitud de su texto con el texto del Codex Rossanensis .

El Codex Sinopensis es suntuoso: su pergamino ha sido teñido de púrpura  (un tratamiento costoso y raro ) y su texto está escrito en tinta dorada. Sus letras unciales son muy grandes.Posiblemente este manuscrito fuera uno de un conjunto que se destinara a ser utilizado durante los servicios religiosos en Santa Sofía en Constantinopla, o una capilla cercana utilizada por miembros de la familia real del Imperio Bizantino .

La existencia de un manuscrito de los años 500 con un texto esencialmente bizantino contribuye en gran medida a refutar la afirmación de que los manuscritos medievales, debido a sus fechas de producción relativamente tardías, contienen un texto que también es tardío y caracterizado por las expansiones recogidas a través de los siglos . 


Además,por si se precisasen más pruebas de que el texto bizantino es antiguo, el Codex Sinopensis forma parte de un pequeño grupo de manuscritos que pueden considerarse trillizos, es decir, fueron copiados del mismo ejemplar, o copia maestra, de los Evangelios . Los manuscritos hermanos son el Codex Petropolitanus Purpureus , y el Codex Rossanensis . (Otro códice púrpura es el conocido como Codex Beratinus .) Juntos, estos manuscritos, conocidos como los Uncial púrpura, hacen eco de un texto aún más antiguo que en gran medida representa el texto de los Evangelios que se extendió ampliamente a través del imperio Bizantino . (Algunos Evangelios latinos-manuscritos sobre pergamino púrpura también existen, como los Evangelios de Werdenstein .)


Debido al gran daño que ha sufrido el Codex Sinopensis, sus hojas de pergamino se han almacenado por separado en su actual ubicación, la Biblioteca Nacional de Francia. Por esta razón, no puede ser simplemente leído de frente ; A excepción de alguna hoja ocasional que vino mezclada en el medio de un sistema de 10 o 12 hojas de pergamino (tal conjunto es un quire ) que fueron dobladas verticalmente por el centro y cosidas juntas. El frente y la parte posterior de la primera mitad de una hoja contienen un pasaje, y el frente y la parte posterior de la segunda mitad de la misma hoja contienen un pasaje de muy posterior en el texto, saltando asi el texto muchas páginas que estaban en el medio.


Cuando se realizó, este códice eran algo más grandes sus dimensiones que las actuales (12 pulgadas de alto y 10 pulgadas de ancho, más o menos) - casi tan alto y ancho como el Codex Alexandrinus. El texto está escrito en letras muy grandes, en una sola columna por página, con 16 líneas, excepto en las páginas que contienen ilustraciones al pie de la página; Hay cinco de ellos que contienen 15 líneas de texto en lugar de 16. Las ilustraciones son las siguientes:
● Salomé recibiendo la Cabeza de Juan el Bautista
● La Alimentación de los Cinco Mil
● La Alimentación de los Cuatro Mil
● La curación de los dos ciegos en Jericó
● La Maldición de la Higuera
El Codex Sinopensis  tiene una característica que también se ve en el Codex Rossanensis : junto a las ilustraciones principales, se representan escritores del Antiguo Testamento (Moisés, David, Isaías, Habacuc y Daniel), detrás de los púlpitos Y los extractos vagamente redactados de sus escrituras, aplicables a la escena ilustrada que acompañan.

https://es.wikipedia.org/wiki/Codex_Sinopensis#:~:text=El%20Codex%20Sinopensis%20(Gregory%2DAland,b%C3%ADblico%20iluminado%20del%20siglo%20vi.&text=Es%2C%20junto%20al%20Codex%20Rossanensis,de%20Francia%20como%20Supplement%20Grec.
https://arte.laguia2000.com/pintura/codex-sinopensis
https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b105388196.r=codex%20sinopensis?rk=21459;2

jueves, 28 de noviembre de 2019

ANFIPOLIS...UNA TUMBA ENIGMÁTICA


La tumba de Anfípolis, la más grande hallada en Grecia, ha sido fechada desde un principio en el último cuarto del siglo IV a.C., es decir, en un período de violenta conmoción en la historia macedonia, entre las muertes de Alejandro Magno (323 a.C.) y Casandro (297 a.C.), ambos reyes de Macedonia. Alejandro falleció en Babilonia tras caer enfermo y durante los 26 años posteriores se sucedieron las muertes en la realeza macedonia: Filipo III Arrideo, su medio hermano y sucesor en el poder, y su esposa Eurídice fueron asesinados por orden de Olimpia de Epiro en 317 a.C.; uno o dos años después fue ejecutada la misma Olimpia, que era la madre de Alejandro; Casandro había mandado quitarle la vida y también eliminó a Roxana, la joven viuda de Alejandro, y a Alejandro IV, el hijo póstumo de ambos, en 309 a.C.; ese mismo año murió asesinado Heracles, el hijo ilegítimo de Alejandro Magno; un año después fue asesinada Cleopatra de Macedonia, la hermana de Alejandro Magno e hija de Olimpia de Epiro; la muerte de Casandro, por hidropesía, en 297 a.C. frenó este baño de sangre. Sin embargo, en los años venideros se desencadenaron tres conflictos militares entre el Reino de Macedonia y la República romana cuyo resultado fue la conversión de Macedonia en una provincia romana. 


El hallazgo de unos 550 huesos en la tumba de Anfípolis, correspondientes al menos a cinco individuos, no ha hecho más que complicar este rompecabezas. Más aún teniendo en cuenta que los mausoleos familiares no eran lo más habitual en aquellos tiempos. El examen macroscópico de los restos óseos ha permitido identificar a los siguientes individuos: una mujer de más de 60 años de edad; dos hombres de entre 35 y 45 años de edad, uno de ellos con cortes profundos en los huesos que sin duda le causaron la muerte; un recién nacido y un adulto de sexo indeterminado cuyos restos fueron incinerados. Se especula con la posibilidad de que los huesos de la mujer correspondan a Olimpia, la madre de Alejandro Magno, quien murió alrededor de los 60 años de edad. Los restos óseos de los dos hombres podrían corresponder a los hijos del rey Casandro, pues al menos uno de ellos, Alejandro V, fue salvajemente asesinado durante la celebración de un banquete. De momento, todo son especulaciones. 
La tumba de Anfípolis, parece ser que fue erigida en honor a Hefestión, el inseparable amigo de Alejandro Magno y su hombre de confianza en la guerra, quien murió prematuramente en Ecbatana, en el actual Irán, en el año 324 a.C. Los arqueólogos han localizado el monograma de Hefestión tallado en la piedra y una serie de inscripciones con la firma "ANT" y la palabra griega "parelavon", que significa "recibí", según explicó Katerina Peristeri, la directora de las excavaciones, durante una rueda de prensa celebrada el pasado miércoles en Tesalónica. La firma "ANT" ha sido atribuida a Antígono I el Tuerto, mucho mayor que Alejandro y a quien acompañó en la guerra contra Persia. La interpretación de las inscripciones sería la siguiente: "Yo, Antígono, recibí material de construcción para erigir un monumento en honor a Hefestión".
Es mas,cuenta el historiador Plutarco, cuando Hefestión murió súbitamente en Ecbatana (actual Irán) «Alejandro pidió a (su arquitecto) Deinócrates que erigiera santuarios por todos sus dominios» Peristeri añadió a los periodistas. Esta tumba de Amfípolis es la más grande descubierta en toda Grecia hasta la fecha.
Los nuevos hallazgos demuestran que el monumento fue encargado por un individuo poderoso de aquella época, que podría ser el mismo Alejandro Magno. Michalis Lefantzis, el arquitecto que ha trabajado en las excavaciones, autor de los magníficos dibujos del interior de la tumba, sostiene esta posibilidad, pues Alejandro falleció en el año 323 a.C., es decir, un año después de Hefestión. El historiador Plutarco relata que, tras la precipitada muerte de Hefestión en Ecbatana, "Alejandro pidió al arquitecto Dinócrates que se erigieran templos por todo el país", según parafraseó Peristeri. La directora de las excavaciones está convencida de que la tumba fue construida en el último cuarto del siglo IV a.C. (325-300 a.C.) y que fue utilizada hasta la época romana.
Como comenté antes,los restos óseos hallados en la tumba de Anfípolis a finales de 2014 pertenecen al menos a cinco individuos y no a una sola persona, como se creía en un primer momento, según han informado las autoridades griegas, que han dado a conocer los primeros resultados del examen macroscópico. También se han hallado huesos de animales, según parece de la familia de los equinos.
Cabe decir que  padecieron enfermedades degenerativas como la osteoartritis y la espondilitis, por lo que podrían estar relacionados genéticamente.  El quinto individuo, un adulto de sexo también indeterminado, fue incinerado antes de ser enterrado. Sólo se han hallado nueve fragmentos, especialmente huesos largos, que fueron expuestos a altas temperaturas.
A través de las pruebas de ADN se podrá saber si existió algún parentesco familiar entre los individuos y, por tanto, si la tumba fue concebida como un panteón familiar. El análisis del material óseo forma parte de un proyecto de investigación más amplio, consistente en el estudio de unos 300 esqueletos procedentes de la zona de Anfípolis, fechados entre los años 1000 y 200 a.C. 

Las autoridades griegas darán a conocer los primeros resultados del estudio macroscópico de los restos óseos hallados en el subsuelo de la tercera cámara de la tumba de Anfípolis, al norte de Grecia. Entre otras cosas se podrá conocer el sexo, la edad y la estatura que tenía el individuo en el momento de su muerte, a finales del siglo IV a.C., tras la muerte de Alejandro Magno.
También se proporciona información novedosa sobre el estudio geofísico practicado en la colina de Kasta, donde se encuentra la tumba. La tomografía eléctrica, un método de prospección a través de la corriente eléctrica, ha revelado que la mayoría de la colina se compone de formaciones naturales, según un comunicado difundido el pasado 9 de enero. Sin embargo, también precisa que se han detectadoestructuras estáticas que podrían ser construcciones antiguas. Este nuevo espacio, cuya naturaleza todavía se desconoce, está ubicado a unos diez metros al oeste de la tumba. Los arqueólogos realizarán nuevas excavaciones que permitirán saber si se ocultan más estructuras en el interior de la tumba. 
El Ministerio de Cultura de Grecia difundió las primeras imágenes de las pinturas murales halladas recientemente en los arquitrabes del tercer espacio funerario de la tumba de Anfípolis, al norte de Grecia. Las pinturas, que se encuentran claramente deterioradas por la humedad y el paso del tiempo, representan figuras humanas y animales. En una de las composiciones destaca un toro flanqueado por un hombre y una mujer. En otra aparecen urnas y figuras aladas, una de ellas con el cuerpo dirigido hacia una caldera con un trípode. Los colores originales se conservan vagamente en el tocado y en el vestido de la figura femenina. 
En  rueda de prensa se trataron diversos temas de interés. Los investigadores aún no saben si el esqueleto hallado pertenece a un hombre o a una mujer. La mayor parte del mismo yacía en el interior de la fosa, mientras que el cráneo, la mandíbula inferior y algunos huesos se encontraban desperdigados alrededor. Nada es imposible, respondió Katerina Peristeri, la directora de las excavaciones, acerca de la posibilidad de que sean los restos mortales de Alejandro Magno. De hecho, en la tumba de Anfípolis han aparecido unas monedas con la efigie del legendario rey de Macedonia, que murió en la lejana Babilonia en el año 323 a.C. Por otro lado, se han hallado restos de cerámica pintada del siglo IV a.C. Son tantos los trozos de cerámica que no los hemos podido ni contar, afirmó Peristeri. 
Una de las prioridades de las excavaciones consiste en el apuntalamiento de las estructuras. Al menos diez piezas del tejado se desprendieron cuando el equipo arqueológico intentó acceder a la tercera cámara. El rostro de una de las cariátides sufrió una mutilación como consecuencia de un desprendimiento en tiempos remotos. Las autoridades también explicaron que en su origen el monumento debió de estar abierto al público, pero parece ser que fue saqueado en época romana y entonces fue sellado. Los trabajos arqueólogicos en la colina de Kasta se interrumpieron durante años porque nadie contaba con nuevos hallazgos. En cambio, el saber popular parecía indicar lo contrario, pues los aldeanos se refirieron siempre a este lugar como la tumba de la reina.

Los restos pictóricos, hallados en el tercer espacio funerario, están siendo tratados con láser, mientras las excavaciones se han extendido a otros puntos del inmenso túmuloLas investigaciones en Anfípolis se encuentran actualmente en una fase científica: los hallazgos están siendo estudiados en laboratorios, especialmente los restos óseos del difunto, descubiertos en el subsuelo de la tercera cámara. El cadáver no fue incinerado en la Antigüedad, como sí ocurrió con los restos de otros macedonios prominentes, por lo que las pruebas de ADN podrían determinar el sexo y la edad aproximada del difunto. Por otro lado, el Ministerio de Cultura de Grecia anunció el pasado sábado que se han descubierto unas presuntas representaciones humanas en un epistilo o dintel localizado en el tercer espacio funerario. Los restos pictóricos están siendo tratados con láser y otras técnicas modernas.La segunda fase de excavaciones se ha extendido a otros puntos del inmenso túmulo funerario y a los terrenos aledaños, en busca de nuevas tumbas u otros indicios que puedan esclarecer la investigación. El estudio geofísico, a cargo de la Universidad Aristóteles de Tesalónica, pretende dilucidar si se trata de una enorme tumba individual o una vasta necrópolis. En relación a la tierra que cubría el interior de las cámaras, el ministro Constantinos Tasoulas ha explicado que durante años cumplió la función de apuntalar el monumento evitando su hundimiento. La nueva fase en la investigación se presenta como una gran promesa y podría deparar nuevos descubrimientos significativos, expresa el último comunicado.



Los restos óseos, prácticamente intactos, han sido hallados en una tumba situada en el subsuelo de la tercera cámara junto a trozos y adornos del ataúd de madera.Todavía no se han difundido imágenes de los restos óseos hallados en la tercera cámara los cuales serán transferidos a un laboratorio para realizar las pruebas de ADN, que aportarán información sobre el sexo y la edad del difunto. Un ataúd de madera debió de contener los huesos, según se infiere por los trozos de madera hallados entre la tierra, además de una veintena de clavos de hierro y cobre y varios elementos decorativos tallados en hueso y vidrio. El fallecido era una figura prominente, sólo así se explica la construcción de este complejo funerario único, explican los responsables en un comunicado.

La tercera cámara estaba cubierta de tierra, como el resto de los espacios. El armazón de piedra de la tumba estaba situado a 1,60 metros de profundidad desde el umbral de la puerta, mientras que la altura total hasta la bóveda es de 8,90 metros. La tumba mide 3,23 metros de largo y 1,56 de ancho. Por otro lado, en las inmediaciones se han hallado más de 500 piezas procedentes del muro que rodeaba el sepulcro, de unos 500 metros de perímetro. El mármol procede de la isla de Tasos.  Aunque la cámara funeraria no ha resultado tan suntuosa como cabía esperar, el hallazgo de restos óseos prácticamente intactos supone un éxito en la investigación por toda la información que pueden aportar.

Los arqueólogos que excavan la tumba tambien han hallado enterrada en la tercera cámara la cabeza de una de las esfinges que flanquean la entrada principal, que ha sido descrita como una magnífica obra de arte, según informó el Ministerio de Cultura de Grecia en un comunicado.La cabeza, de 0,60 metros de altura, se encuentra prácticamente intacta, sólo presenta una pequeña rotura en la nariz. Conserva restos de color rojo en el cabello ondulado, que cae sobre su hombro izquierdo. Se ha podido comprobar que corresponde al cuerpo de la esfinge situada a la derecha de la entrada. También han aparecido fragmentos de las alas de las esfinges. Cabe preguntarse qué hacían todos estos restos enterrados en la tercera cámara, pero todavía se desconoce.

Las excavaciones están progresando en la tercera cámara. Se ha descubierto un suelo de piedra caliza con una capa de color blanco. Las estructuras precedentes muestra signos de colapso en algunas secciones, con algunas piedras desprendidas, probablemente como consecuencia de un terremoto. 
En el pavimento han aparecido también los rieles por los que corrían los dos batientes de la pesada puerta de mármol que conduce a la cuarta cámara.

Los arqueólogos han hallado pedazos de las alas y del cuello de las esfinges, además de las partes desaparecidas del mosaico.Los arqueólogos que excavan la tumba de Anfípolis han desenterrado nuevos fragmentos de las esfinges que custodian la entrada principal. La semana pasada se anunció el hallazgo de la cabeza de una de las esfinges y hoy se han difundido imágenes que muestran fragmentos de las alas, con las plumas finamente detalladas, además de trozos del cuello de una de las estatuas. También han aparecido las teselas desprendidas de la parte central del mosaico, que narra el rapto de Perséfone por parte de Hades.Las dos esfinges estaban desprovistas de sus respectivas cabezas, pechos y alas y sus restos estaban desperdigados por el interior de la tumba, por lo que cabe pensar que fueron mutiladas de forma deliberada. Los destrozos causados en la parte superior de la tercera entrada y en la puerta de mármol recientemente hallada corroboran esta opinión, aunque un terremoto también pudo ocasionar los desperfectos. Hay indicios muy importantes de una grave intervención por parte de ladrones, ha reconocido Lina Mendoni, la secretaria general del Ministerio de Cultura.

Los arqueólogos han retirado la tierra que cubría el pavimento de la segunda cámara y han descubierto un mosaico que representa a Hermes y a un hombre barbudo desconocido a seis metros de profundidad con respecto a la bóveda han sacado a la luz un espléndido mosaico realizado con gran maestría y que presenta una magnífica armonía cromática, . El mosaico, de 4,5 metros de ancho y 3 metros de largo, ocupa toda la superficie de la segunda sala, pero todavía se desconoce su extensión total. Está formado con teselas blancas, negras, grises, azules, rojas y amarillas que representan una escena mitológica enmarcada por una orla con olas y otros motivos geométricos más intrincados.

Hermes, el heraldo o mensajero de los dioses, aparece representado a la izquierda actuando como psicopompo o acompañante de almas, es decir, con la función de conducir las almas de los difuntos hacia el cielo o el infierno. El sombrero de ala ancha, la capa, el caduceo o vara de heraldo y las sandalias aladas son los atributos de Hermes. En el centro aparecen dos impetuosos caballos blancos que tiran de un carro que transporta a un hombre barbudo que luce una corona de laurel. Este segundo personaje, que todavía no ha sido identificado, podría estar relacionado con el propietario de la tumba. Las teselas del centro del mosaico se desprendieron con los años, pero los arqueólogos esperan poder recomponerlas. Por otro lado, también han despejado la puerta de mármol que conduce al tercer espacio y han revelado las molduras de estilo jónico en la parte inferior de la entrada. 
El Ministerio de Cultura de Grecia tambien ha difundido unas imágenes sorprendentes en las que aparecen las dos cariátides de la tumba de Anfípolis totalmente excavadas, además de un nuevo dibujo que revela el estado de las excavaciones. Los arqueólogos se encuentran en este momento en la tercera cámara abovedada de este recinto funerario tan protegido, que ha sido datado a finales del siglo IV a.C. A la tercera cámara se podía acceder a través de un agujero situado en la parte superior izquierda del tercer muro, pero los arqueólogos han preferido retirar la tierra que cubría la entrada original y acceder gradualmente a la tercera cámara de forma segura.

Las deslumbrantes cariátides, ataviadas con túnicas vaporosas, miden 2,27 metros de altura, es decir, prácticamente como las célebres cariátides del Erecteion de Atenas.
 Sin embargo, las de Anfípolis muestran los dedos de los pies y la parte frontal de las sandalias, esculpidos todos los detalles con una destreza insólita. Ambas cariátides lucen un himatión o manto envolvente, con unos pliegues excepcionales, por encima de sus respectivos quitones o túnicas. En las kothornoi o sandalias de suela gruesa, una especie de calzado con plataforma, se han detectado restos de pintura roja y amarilla. Por otro lado, al retirar la tierra que cubría la mayor parte de sus cuerpos, se han encontrado trozos de sus manos... Sin embargo no se ha terminado de hallar una respuesta definitiva en el análisis de las ruinas. y este tema es solo una presentación de algo que todavia queda mucho por escribir,ver y hablar...
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/especulaciones-sobre-anfipolis_8912#:~:text=La%20tumba%20de%20Anf%C3%ADpolis%2C%20la,)%2C%20ambos%20reyes%20de%20Macedonia.
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20141026/el-misterio-de-anfipolis-3635309
http://algargosarte.blogspot.com/2014/09/la-tumba-o-tumulo-de-anfipolis-esfinges.html