Zar de Rusia nacido en Moscú el 12 de
julio de 1596 y muerto en la misma ciudad el 12 de julio de 1645. Hijo
de Fiodor Nikitich Romanov y de María Iconomasia, procedía de la familia
de la primera esposa de Iván el Terrible. Su nombre completo era Mikhail Fiodorovich Romanov III.
Subió al trono el 11 de febrero de 1613, elegido por los Estados Generales rusos (Zemski Sobor), de este modo se producía un relevo dinástico al frente del gobierno ruso en el que fue sustituida la familia Riurik por los Romanov.
Subió al trono el 11 de febrero de 1613, elegido por los Estados Generales rusos (Zemski Sobor), de este modo se producía un relevo dinástico al frente del gobierno ruso en el que fue sustituida la familia Riurik por los Romanov.
Miguel
contempló en su niñez la profunda crisis que sacudía Rusia desde la
muerte de Iván el Terrible en 1584. Esta crisis estuvo motivada por las
luchas sucesorias entre los dferentes candidatos al trono,
principalmente entre Feodor Ivanovich y Boris Godunov,
que finalizó con la ascensión al trono de este último. El padre de
Miguel, Fiodor, fue obligado por Godunov a convertirse en clérigo y su
madre confinada en el convento de Kostroma . Sin embargo, Boris Godunov
murió al poco tiempo y fue sucedido por Feodor; tras el reinado de este
último, reclamaron el trono de Rusia una serie de falsos descendientes
de Iván el Terrible. Mientras todo esto sucedía, Miguel se encontraba en
el exilio en Beloozaero con su tío el príncipe Boris Cherkasskii. La
persecución a la familia Romanov respondía al temor de Godunov de que
éstos se hiciesen con el poder, ya que podían reclamar de forma legítima
la sucesión al trono como descendientes de Iván el Terrible.
IVAN EL TERRIBLE
A
los 17 años Miguel fue proclamado zar de todas las Rusias por los
Estados Generales. Su subida al trono puso fin al período de
descomposición y agitación que imperaba en Rusia en esos momentos.
Miguel fue un zar sin la personalidad suficiente para hacerse cargo del
gobierno de Rusia e incapaz de hacer frente al ascendente poder de los
nobles y del Zemski Sobor. Cuando fue coronado contaba con tan sólo
dieciséis años y una pobre educación. Confió el gobierno al Zemski Sobor
y posteriormente a su padre, que se había convertido por esas fechas en
patriarca de la Iglesia ortodoxa
y que asumió las tareas de gobierno hasta 1633, año en el que falleció.
El zar, incapaz de gobernar Rusia y completamente en manos de los
nobles del país, asistió como espectador a la transformación del Zemski
Sobor de órgano consultivo en Asamblea legislativa y ejecutiva, con lo
que el poder de este órgano creció de manera desmesurada.
El joven
zar se encontró al frente de un país arruinado por las continuas
guerras y amenazado por ejércitos extranjeros que se encontraban en sus
fronteras e incluso habían invadido los estados fronterizos; la
situación interna era caótica debido a las bandas de cosacos, tártaros y
polacos que asolaban los pueblos e incluso las ciudades, saqueando a su
paso todo cuanto encontraban. El zar ni siquiera podía confiar en su
equipo de gobierno, en el que reinaba la corrupción y sólo se obedecía a
los dictados de la ambición. Además, el Tesoro se encontraba al borde
de la bancarrota, lo que motivaba que se retrasasen las pagas del
ejército justo cuando su presencia se hacía más urgente para los
intereses nacionales.
IMAGEN DE NOVGOROD
En política exterior, los enfrentamientos
con Suecia y Polonia acabaron en sendas capitulaciones por parte de
Rusia. Con la Paz de Stolboro de 1617, firmada con Suecia, Rusia obtenía
Nóvgorod pero perdía sus posesiones en el Báltico. Con los polacos, la
otra gran amenaza exterior de Rusia, ya que reclamaban los derechos
sucesorios del príncipe Ladislao,
logró la firma de una tregua de catorce años conocida como tregua de
Viasna, a cuyo término Miguel intentó en vano recuperar los territorios
perdidos, pero fue derrotado y tuvo que capitular y firmar la Paz de
Polaenovka en 1634, por la que Rusia abandonaba Smoliensk. Del mismo
modo, tuvo que renunciar a prestar ayuda a los cosacos del Dniéper en su
lucha contra el Imperio Otomano,
debido a la débil posición rusa. Por otro lado, esta sucesión de
acuerdos y tratados permitió concentrar las energías de Rusia en la
reconstrucción nacional y asentar las bases del posterior esplendor de
la Rusia zarista.
COSACO
Para resarcir a su pueblo y al ejército de las
pérdidas territoriales emprendió una campaña de conquista y colonización
de Siberia que se saldó con un rotundo éxito.
En cuanto a la política interna, instituyó en 1636 la adscripción del hombre a la tierra, siguiendo las pautas que la alta nobleza le marcaba para asegurarse así la permanencia de los privilegios medievales; reorganizó el sistema tributario; restauró el comercio de los ingleses en Arjanguelsk, al tiempo que permitía a Holanda fundar colonias en Tula. Estas concesiones pudieron responder tanto a su incapacidad de oponerse a los deseos de las potencias extranjeras como a los deseos de resucitar el comercio ruso; muy probablemente se tratase de lo segundo ya que los tratados fueron ventajosos para Rusia y estuvieron acompañados por la creación de ferias y mercados comerciales. También permitió la colaboración, o el intrusismo, de expertos extranjeros que contribuyeron a modernizar el ejército y la industria. Mantuvo el impulso colonizador del territorio siberiano, tal y como habían hecho sus inmediatos antecesores.
La labor más destacada del período en el que Fiodor controló la voluntad de su pusilanime hijo fue el incremento de la actividad diplomática rusa, así como los contactos comerciales con las potencias del occidente europeo. Ya fuese por la discutida capacidad del zar o por los intereses de las clases dirigentes rusas, lo cierto es que algunas de las reformas realizadas durante su mandato fueron la base de la futura grandeza imperial y de la reorganización del Estado ruso.
A la muerte del padre de Miguel, Fiodor, fue la madre del zar la que ocupó el puesto principal en el gobierno; ésta se dedicó fundamentalmente a preparar la sucesión de Miguel por parte de Alexei.
http://www.enciclonet.com/articulo/miguel-feodorovitch-zar-de-rusia/#
En cuanto a la política interna, instituyó en 1636 la adscripción del hombre a la tierra, siguiendo las pautas que la alta nobleza le marcaba para asegurarse así la permanencia de los privilegios medievales; reorganizó el sistema tributario; restauró el comercio de los ingleses en Arjanguelsk, al tiempo que permitía a Holanda fundar colonias en Tula. Estas concesiones pudieron responder tanto a su incapacidad de oponerse a los deseos de las potencias extranjeras como a los deseos de resucitar el comercio ruso; muy probablemente se tratase de lo segundo ya que los tratados fueron ventajosos para Rusia y estuvieron acompañados por la creación de ferias y mercados comerciales. También permitió la colaboración, o el intrusismo, de expertos extranjeros que contribuyeron a modernizar el ejército y la industria. Mantuvo el impulso colonizador del territorio siberiano, tal y como habían hecho sus inmediatos antecesores.
La labor más destacada del período en el que Fiodor controló la voluntad de su pusilanime hijo fue el incremento de la actividad diplomática rusa, así como los contactos comerciales con las potencias del occidente europeo. Ya fuese por la discutida capacidad del zar o por los intereses de las clases dirigentes rusas, lo cierto es que algunas de las reformas realizadas durante su mandato fueron la base de la futura grandeza imperial y de la reorganización del Estado ruso.
A la muerte del padre de Miguel, Fiodor, fue la madre del zar la que ocupó el puesto principal en el gobierno; ésta se dedicó fundamentalmente a preparar la sucesión de Miguel por parte de Alexei.
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