domingo, 8 de febrero de 2015

ABRAHAN LINCOLN Y LA GUERRA DE SECESION



Abogado y político estadounidense, decimosexto presidente de los Estados Unidos de América (1861-1865). Nació el 12 de febrero de 1809, en Hodgenville, condado de Hardin (estado de Kentucky), y murió el 15 de abril de 1865, en Washington (Distrito de Columbia), víctima de un tiro en la nuca, disparado por el actor y fanático sudista John Wilkes Booth, mientras asistía a una representación en el Teatro Ford. Lincoln tuvo el trágico "honor" de ser el primer presidente de los Estados Unidos que murió asesinado. Todo su período presidencial estuvo marcado por la Guerra de Secesión (1861-1865), que enfrentó a los estados del Norte y a los del Sur, éstos agrupados en una Confederación. No obstante, Lincoln consiguió mantener bajo control tanto al ejecutivo, como al poder militar, y crear un fuerte movimiento de oposición a favor de la emancipación de los esclavos negros (Proclamación de Emancipación, 1862) y, por consiguiente, de apoyo a la guerra. Está considerado como uno de los presidentes más grandes de Estados Unidos, compartiendo tal gloria con George Washington, Thomas Jefferson y Andrew Jackson.


Su entrada en política

Ese mismo año se desató una guerra de exterminio entre los colonos blancos contra los indios sank, liderados por su jefe Halcón Negro, por la disputa de las tierras cercanas al Mississippi. Lincoln consiguió que lo nombraran capitán de una pequeña compañía, lo que le permitió ganarse el respeto de la pequeña comunidad. A su regreso, Lincoln se presentó a las legislativas del estado por el Partido Whig. Perdió ante su oponente, pero no así en los comicios celebrados desde el año 1834 al 1841.
Gracias a su nueva posición económica, Lincoln pudo volcarse en conseguir una formación cultural adecuada a su posición política. En el año 1836, acabados sus estudios de leyes, comenzó a ejercer la abogacía en Springfield, convertida en capital del estado a raíz de una propuesta encabezada por el propio Lincoln. Partidario de la abolición de la esclavitud, Lincoln fue uno de los pocos congresistas de su estado que se opuso a su continuidad, firmó incluso una nota de protesta.
En el verano de 1842, Lincoln contrajo matrimonio con Mary Todd, dama perteneciente a una familia acomodada y bien relacionada, gracias a cuyos contactos pudo dar el salto político definitivo. Así pues, en el año 1846 fue elegido miembro de la Cámara de Representantes en Washington por Illinois, en donde logró acaparar la atención por su adhesión a todas las campañas abolicionistas que surgían y por atacar duramente la Guerra Mexicano-estadounidense (1846-1848), emprendida por el presidente James Knox Polk (1845-1849), que terminó con la incorporación de Texas y Nuevo México a la Unión, junto con los enormes territorios de California, Arizona, Nevada, Utah, Colorado y Wyoming, unos tres millones de kilómetros cuadrados, a la que Lincoln calificó de sangrienta e innecesaria. Propuso al Congreso un proyecto de ley de emancipación gradual y compensada de la esclavitud en el distrito federal de Columbia que, en último término, fue rechazado. Este hecho y la merma de votos y popularidad por su negativa a la guerra contra México, hicieron que, en el año 1849, decidiera abandonar la política, desencantado y resignado a pasar el resto de su vida ejerciendo la abogacía en su tranquilo bufete de Springfield.


El camino hacia la presidencia. La secesión de los estados del Sur

Tras cinco largos años en el anonimato, en el año 1854 Lincoln decidió regresar al ruedo político a causa del proyecto de ley que el senador Stephen A. Douglas (antiguo pretendiente de su esposa y enemigo político de Lincoln) presentó al Congreso la Kansas-Nebraska Act, por la que dichos territorios serían organizados como dos nuevos estados dentro de la Unión con capacidad por parte de sus pobladores de decidir la introducción o no del sistema esclavista. Esta propuesta conculcaba de lleno el Compromiso de Missouri de 1820 que prohibía dichas prácticas en todos los territorios situados más al norte del paralelo 36º 30´. Aunque la ley fue finalmente aprobada por el Congreso y sancionada por el presidente Franklin Pierce (1853-1857), Lincoln se enfrentó con una fuerza inusitada a los intereses electoralistas de Douglas, lo que significó su vuelta a la política activa.
Una vez disuelto el Partido Whig, LIncoln se presentó, en 1856, como candidato al Senado representando al remodelado Partido Republicano. Consciente de la imposibilidad de ganar, abandonó la candidatura para favorecer al demócrata Lyman Trumbull, ya que éste también era favorable a la supresión de la Kansas-Nebraska Act.
Entre el año 1856 y 1858, se preocupó por consolidar suficientemente su prestigio dentro del partido para poder enfrentarse, en 1858, a su rival, Douglas, por un escaño en el Senado. Aunque nuevamente resultó derrotado, no desfalleció un momento, sino que dio comienzo a una serie de agrios debates con Douglas por la cuestión esclavista y preparó su candidatura, no al Senado, sino a la presidencia de la nación, aprovechándose del caos interno por el que pasaba en esos momentos el Partido Demócrata debido a la gravísima situación económica del país como consecuencia de la nefasta política económica del presidente James Buchanan (1857-1861) y al ambiente irredentista, nacionalista y secesionista de los estados del Sur, que continuamente amenazaban con separarse de la Unión si persistía el clima antiesclavista.
Después de conseguir ser elegido candidato presidencial por su partido en la Convención Nacional celebrada en Chicago en el año 1860, Lincoln inició su campaña electoral con un programa que unía la abolición de la esclavitud, el reparto de tierras en el Oeste y medidas comerciales fuertemente proteccionistas. La respuesta por parte de Carolina del Sur, estado abanderado del sistema esclavista, no podía ser más clara y contundente: si Lincoln era elegido presidente, la secesión sería un hecho irreversible.
Efectivamente, Lincoln ganó en las elecciones del 6 de noviembre a sus tres adversarios: Stephen A. Douglas, por los demócratas del Norte; John Breckinridge, por los demócratas del Sur; y a John Bell, como representantes del efímero Partido de la Unión Constitucional.
El 20 de diciembre de 1860, Carolina del Sur declaró su separación de los estados de la Unión, a la que siguieron, a primeros del año siguiente, otros diez estados más: Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Louisiana, Texas, Virginia, Carolina del Norte, Tennesse y Arkansas. El 1 de febrero de 1861, el Congreso de Montgomery (estado de Alabama) sancionó el nacimiento de los Estados Confederados de América, con Jefferson Davis como presidente y con capital en Richmond (estado de Virginia).
Pese a los esfuerzos del presidente saliente James Buchanan por buscar una salida pacífica al conflicto que se avecinaba, las posiciones de ambos bandos ya estaban marcadas; ni uno ni otro se encontraban en disposición de retroceder.



La presidencia de Abraham Lincoln

Con la idea de la reconciliación prácticamente cerrada, la guerra no tardó en estallar. Los estados confederados amenazaron Fort Sumter, en Charleston (Carolina del Sur). Lincoln, en un primer momento, se negó a llevar a cabo una acción militar, pero, presionado por el ala más radical de su partido y por la petición de ayuda del fuerte, se decidió a lanzar una proclama pidiendo el reclutamiento voluntario para hacer frente a los rebeldes sudistas. Logró la movilización inmediata de unos 75.000 voluntarios. La Confederación acusó a Lincoln de ser el verdadero agresor. El 12 de abril de 1861, estalló la Guerra de Secesión.


Problemas económicos y de liderazgo militar para Abraham Lincoln

Gracias al apoyo del Congreso y del Ejército del Norte, Lincoln pudo establecer un Gobierno personalista como única solución para hacer frente a semejante crisis. La primera preocupación del presidente fue la de encauzar los importantes recursos que el Norte había puesto a su disposición para luchar contra la amenaza sudista y, sobre todo, nivelar la ventaja económica del Sur, ya que seguía suministrando importantes cantidades de tabaco y algodón a Europa, mientras que la industria del Norte hubo de que reorientar su producción en aras de servir a un Gobierno paralizado por la guerra. Alarmado, Lincoln trató de subsanar las carencias volcándose en el Ejército del Norte y en la búsqueda de una solución rápida al conflicto. Para ello estudió y supervisó, en calidad de comandante en jefe del Ejército de la Unión, las estrategias y técnicas de sus generales. Pero, tuvo serias dificultades para encontrar generales capacitados.
Después del desastre del general Scott en la Batalla de Bull Run, el 21 de julio de 1861, Lincoln llevó a cabo sucesivos cambios en el mando supremo de las tropas nordistas (generales Irving McDowell, George McClellan, John Pope, Joseph Hooker y George Made). De hecho, constituyó junto con Henry W. Halleck y Edwin M. Stanton, una especie de triunvirato hasta que, por fin, Lincoln encontró al hombre ideal en la persona del general Ulysses S. Grant, quien, gracias a sus victorias en Fort Danelson (Tennessee) y Vicksburg (Mississippi), convenció al presidente para asumir la jefatura de los ejércitos nordistas. La medida permitió dividir las funciones de la cúpula militar: Lincoln, como comandante supremo; Halleck, jefe del Estado Mayor; Stanton, a cargo de los suministros generales; y Grant, jefe de los ejércitos de la Unión.
Una vez que se descargó de tanta responsabilidad, pudo ocuparse de asuntos importantes como asegurar la fidelidad del Oeste, visitar los frentes de batalla para dar ánimos a las tropas y desarrollar una intensa campaña diplomática destinada a contrarrestar el apoyo de Gran Bretaña y Francia a la causa de la Confederación Sudista, cuyos puertos fueron prontamente bloqueados por la Armada de la Unión.

La Proclamación de la Emancipación

Lincoln fue consciente de que con las armas no se podía vencer al Sur, necesitaba también de la política y de medidas radicales, como la Proclamación de la Emancipación de los negros (septiembre de 1862, y aplicada a partir del 1 de enero del año siguiente). Con la abolición de la esclavitud en todos los estados de la Unión, Lincoln consiguió dos objetivos: por un lado, aumentar considerablemente el número de adeptos a la causa de la Unión entre las masas populares y también en las más importantes cancillerías de Europa; y, por el otro lado, la emigración masiva hacia los estados de la Unión de los esclavos negros, que abandonaron las plantaciones e ingresaron como soldados de la Unión. Ciertamente, con la liberación de los esclavos negros, Lincoln labró convenientemente el camino hacia el éxito final.
No obstante, antes de decretar la proclamación, Lincoln tuvo sumo cuidado en no darla a conocer hasta que no consiguió una victoria militar contundente, la de la Batalla de Atientam, el 17 de septiembre de 1862. Para asegurar los efectos de la proclamación, introdujo una enmienda a la Constitución, en 1864, que no sería aprobada hasta su reelección, cuando pudo hacer uso de todos los poderes de su cargo para asegurarse su aprobación.

Política de guerra y de equilibrio

Entre tanto, Lincoln se enfrentó a continuas críticas provenientes de algunos sectores de su propio partido y de la oposición, que le acusaban de cierta conducta débil en la dirección de la guerra y de una excesiva lentitud en la reconstrucción de los territorios que se iban conquistando al enemigo. Aun así, fue capaz de mantener una aceptable armonía entre los elementos dispares de su partido, a los que dio entrada en su propio gabinete de guerra, como William Seward, secretario de Estado, y a Bates, secretario de Justicia. Asimismo, Lincoln también se concilió con los demócratas y satisfizo las peticiones de los estados más fronterizos, haciéndoles ver la necesidad de formar un frente común para acabar con la secesión confederada.
Para solucionar la financiación de la guerra, Lincoln emitió papel moneda (los famosos greenbacks), sacó al mercado una gran emisión de créditos del Gobierno, con lo que logró ampliar la base del crédito nacional y puso a disposición de la industria los fondos necesarios para su desarrollo. En febrero de 1863, Lincoln emitió la National Bankin Act con el objetivo de proporcionar a los banqueros una moneda fuerte y crear un sistema bancario nacional con reservas suficientes. A principios del año 1864, Lincoln promulgó la Homestead Act, por la que el Gobierno concedía 64 hectáreas de tierra gratuitas en los territorios del Oeste para su cultivo.


El triunfo de la Unión: reelección de Lincoln y reconstrucción nacional

El general Ulysses S. Grant confirmó el gran acierto de Lincoln al ponerle al frente de los ejércitos cuando ocupó las ciudades de Nueva Orleans, Memphis y Vickinburg, esta última el 4 de julio de 1863, tras de lo cual asestó un golpe todavía más duro a las fuerzas confederadas al bloquear la única ruta de abastecimiento que les quedaba por el oeste.
Al iniciarse el año 1864, año electoral, presentó su reelección con la promesa de poner fin a la guerra y programar un plan de reconstrucción nacional. Sin embargo, en el transcurso de la Convención Nacional del partido, Lincoln encontró un gran escollo por parte del ala más radical del partido, molestos por la Proclamación de Aministía que el presidente había lanzado en diciembre del año pasado, por la que pedía la admisión en la Unión de todos los estados insurgentes si el 10% de su electorado juraba fidelidad a la Unión. El Congreso, dominado por los radicales, aprobó, en julio de 1864, la Wade-Davis Act, exigiendo condiciones más duras para los estados sudistas y elevando el quórum al 50%. El veto de Lincoln ahondó todavía más las diferencias, pero, finalmente, consiguió vencer en las elecciones presidenciales del mes de noviembre al candidato demócrata, el general George McClellan.
Cuatro meses antes, en julio, el general Grant avanzaba, frenando al general sudista Robert E. Lee en Petersburg, mientras que su lugarteniente, el general Sherman, se dirigía hacia Atlanta, a la que logró sitiar por completo en el mes de diciembre.
Lincoln intentó acelerar el fin de la guerra aceptando la invitación del general Lee y del presidente de la Confederación Sudista, Jefferson Davis, para dirimir los acuerdos de paz, en Hampton Roads (Virginia). Lincoln se mostró inflexible en cuanto a la abolición de la esclavitud y la supremacía del Gobierno federal, cuestiones innegociables, por lo que las conversaciones fracasaron. Ordenó a Grant el asalto definitivo a la Confederación. Se conquistó Richmond, lo que obligó a Lee a capitular en Appomatox Courthouse, el 9 de abril de 1865, ante las fuerzas de Grant y Sherman. Una vez que se produjo la rendición total del enemigo, Lincoln se apresuró a retirar las anteriores propuestas conciliatorias emitidas por las necesidades de la guerra, demostrando lo realmente cerca que estaba de los radicales de su partido. Más aun, anunció públicamente su apoyo al derecho limitado del sufragio para los negros en Louisiana.

El asesinato

Lincoln esperaba acabar su segundo mandato y, una vez libre del cargo, conocer California y establecerse nuevamente en Springfield para dedicarse a la abogacía. Pero, cinco días después, el 14 de abril, mientras el presidente y su esposa asistían a la representación de la obra Our American Cousin en el Teatro Ford de Washington, el conocido actor John W. Booth, exaltado sudista, entró en el palco por detrás, aprovechando un descuido de la escolta presidencial, y dirigió su Darringer (pistola pequeña de un solo tiro) a la cabeza del presidente, que cayó mortalmente herido. Llevado con urgencia a la Casa Blanca, Abraham Lincoln murió a las 7 de la mañana del día siguiente. Curiosamente, el general Ulysses S. Grant y su esposa estaban invitados al palco presidencial, pero a última hora declinaron la invitación por una indisposición de éste. El asesino logró huir y llegar hasta Chicago, donde a las pocas semanas fue abatido por la policía mientras intentaba huir.
Aunque bien es cierto que Abraham Lincoln supo aprovechar el momento adecuado para llevar a cabo el proceso de emancipación y abolición de la esclavitud, no lo es menos que supo estar a la altura de las circunstancias, hacer frente a una guerra civil cruel y sangrienta y erradicar de la política estadounidense el sangrante y agotador problema de las relaciones Norte-Sur, que llevaba envenenando la cohesión del país desde que éste lograse su independencia a finales del siglo XVIII.
http://www.enciclonet.com/articulo/lincoln-abraham/#



                                               




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