domingo, 1 de febrero de 2015

BORIS YELSIN....EL OBRERO TRAVIESO QUE DISOLVIO LA URSS

 

Yeltsin, el obrero travieso que disolvió la URSS



Una Rusia floreciente en el final del siglo XX, ése era el sueño de Boris Yeltsin, el primer presidente ruso que será recordado por su desbordado instinto por el poder y ese carácter travieso que en muchas ocasiones desentonaba con los cargos que ostentó.
Boris Nikolayevich Yeltsin nació el 1 de febrero de 1931 en el poblado de Butka, cerca de Sverdlovsk (República de Rusia), ciudad que fue Ekaterimburg hasta 1924, y en la que fue fusilado el zar Nicolás II y toda su familia en 1918.
Hijo y nieto de campesinos expropiados por el comunismo (kulag), tuvo que trasladarse con su familia a los suburbios de Sverdlovsk, trabajó algún tiempo como obrero de la construcción y, posteriormente, ingresó en el Instituto Politécnico de la Construcción. Fue allí donde conoció a su futura esposa.



Tras obtener Boris y Anastasia la licenciatura de Ingeniería en 1955 y hasta finales de los años 60 Yeltsin trabajó en el ramo de la construcción. Antes, en 1961, se había afiliado al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y en 1968 se incorporaba al aparato del PC en Sverdlovsk. Años más tade, en 1981, era designado miembro de pleno derecho del Politburó.
Cuando Gorbachov llegó al Kremlin, llamó a su lado a este desconocido político de provincia y pronto lo hizo jefe local del partido en Moscú, pero fue a partir de 1985 cuando la personalidad política de Yeltsin comenzó a adquirir gran popularidad entre los moscovitas, por sus críticas contra sus antecesores, algunos de ellos implicados en asuntos de corrupción.




Fue a raíz de entonces, en 1987, cuando el sistema comunista le dio la espalda y fue hundido en el ostracismo.
Luego vino la aparatosa caída en las heladas aguas del río Moscova que él denunció como un intento de asesinato de los servicios secretos. Las malas lenguas dicen que el chapuzón fue obra de una buena borrachera o incluso de un marido despechado por un lío de faldas.
En 1989 entró por la puerta grande en el Congreso de los Diputados del Pueblo, respaldado por el 89% de los votos, y pronto se convirtió en una de las figuras más conocidas del campo reformista extrapartidario. Poco después fue elegido diputado del Congreso de los Diputados del Pueblo de la Federación Rusa, que lo eligió presidente del cuerpo en mayo de 1990. Al poco tiempo, Yeltsin abandonó el Partido Comunista
.


En agosto de 1991, un golpe militar, encabezado por Guenadi Yánayev, pretendió derribar a Gorbachov. Yeltsin se convirtió en el principal baluarte de la resistencia al exigir la presencia de Gorbachov y llamar a la huelga general y a la desobediencia civil.
En diciembre de 1991, junto con los presidentes de Ucrania y de Bielorrusia, Yeltsin declaró disuelta la Unión Soviética. A continuación dejó manos libres a su entonces jefe de gobierno, Yegor Gaidar, para que acometiera una auténtica "reforma de choque" de la economía. En octubre de 1993, los comunistas, que dominaban el Parlamento ruso, intentaron un nuevo golpe de Estado: Yeltsin los expulsó del edificio a cañonazos.
Desde entonces empleó toda su energía en aguantar firme el timón para mantener en lo posible el rumbo que él mismo se había marcado.


La guerra de Chechenia, que inició el propio Yeltsin en diciembre de 1994 para poner fin "manu militari" al secesionismo de la rebelde república caucásica, le costó muy cara: muchos de sus compañeros reformistas le volvieron la espalda. Pero regresaron a su lado después de que el conflicto llegara a su fin, y lo apoyaron con vehemencia en 1996, cuando logró su reelección.
Finalmente su fracaso en Chechenia, el estrepitoso escándalo de corrupción durante su presidencia ('Kremlingate') y su debilitada salud le obligaron a dimitir en 1999. Un desconocido Putin tomó el testigo del gobierno nacional.
Sobre Yeltsin siempre planeó la teoría de que era en realidad un producto de las influencias más o menos contradictorias de su camarilla de ayudantes y consejeros que luchaban entre sí por sus intereses o los de los grupos que representan. El carácter de Boris Yeltsin fue siempre demasiado travieso y a veces no concordaba con la seriedad de los cargos que ocupó. Desde pequeño disfrutaba haciendo gamberradas; prueba de ello es que perdió el pulgar y el índice de la mano izquierda al explosionarle una granada de mano abandonada.

Un enfermo difícil

Yeltsin recibe un beso de su mujer, Naina, en el Central Clinical Hospital de Moscú, el 1 de febrero de 2001. (Foto: EFE)Yeltsin recibe un beso de su mujer, Naina, en el Central Clinical Hospital de Moscú, el 1 de febrero de 2001. (Foto: EFE)

La salud de Yeltsin siempre levantó rumores por sus hospitalizaciones, desapariciones repentinas, desmentidos, aclaraciones... La salud del 'zar' era uno de los secretos mejor guardados de Rusia.
Sufría problemas de hipertensión que unidos a la falta de ejercicio, al estrés y a su enorme afición a las comidas y al alcohol, le provocaron importantes complicaciones de salud. Varios infartos y otras tantas crisis cardiacas dan buena cuenta del delicado estado de un enfermo difícil e indisciplinado con los cuidados y tratamientos que requería.
Cuando era estudiante, dormía cuatro horas y se pasaba el día jugando al voleibol. En la cancha sufrió el primer ataque al corazón, después de empeñarse en jugar a pesar de tener gripe. Se levantó inmediatamente y continuó el partido hasta el final.
Hay quien piensa que en algunas ocasiones utilizó su enfermedad como tapadera y que sus ausencias selectivas en momentos de crisis política eran una estrategia para afianzarse en el poder.
Desde su retirada llevó una vida relajada de la política en su residencia de Barvija, a las fueras de Moscú.
 http://www.elmundo.es/elmundo/2007/04/23/obituarios/1177344527.html

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