Clara Petacci nacida el 28 de febrero de 1912 y fallecida el 28 de
abril de 1945, llamada cariñosamente por los suyos Claretta Petacci, fue
la amante de Benito Mussolini desde 1932 a 1945
Claretta Petacci nació en Roma en 1912, en el seno de una familia de clase alta.
Claretta era de un gran atractivo físico y una gran inteligencia.
Tenía un alto nivel cultural derivado de sus muchas lecturas. Desde muy
joven sintió admiración hacia Benito Mussolini, de quien tenía retratos
en su habitación. Consiguió una entrevista personal con el en 1932. Ese
mismo día mantuvieron relaciones sexuales plenas en el despacho de
Mussolini, que ya era Dictador de Italia, y empezaron su relación
extramatrimonial que duraría trece años hasta la muerte de ambos.
Cuando iniciaron la relación Claretta tenía 20 años y Mussolini 49.
Cuando fallecieron asesinados el mismo día Claretta tenía 33 y Mussolini
62.
Aunque Rachele Mussolini, la mujer de Benito, conocía este affair (y
el previo con Ida Dalser, madre de Benito Albino Mussolini) e intentó
acabar con él, no lo consiguió nunca.
Claretta estaba casada con Riccardo Federici, un teniente de la
Aeronáutica italiana. Abandonó a su marido en 1936. Todas las
investigaciones biográficas están de acuerdo que Claretta realmente
sintió un amor sincero hacia el Duce y que fue su amante devota e
incondicional. El Duce trasladó a Claretta a un exclusivo barrio romano
llamado Villa Camiluccia, donde Claretta habitó una suntuosa propiedad.
Claretta significaba para Mussolini un oasis de paz y tranquilidad
frente a la histeria de su esposa. Mussolini estuvo
sinceramente enamorado de Claretta y le escribió centenares de
bellísimas cartas de amor llenas de poesía. Parece increíble que un
dictador fuera capaz de poner por escrito sentimientos tan
elevados. Los dos pactaron no hablar nunca de política. Claretta siempre
recibía a Musolini con enorme cariño y procuraba no crearle problema
alguno. Le aliviaba de las enormes tensiones que padecía por los
problemas del gobierno del país, de la Guerra Mundial y las tensiones en
su casa.
A principios de 1945 Mussolini había regresado a Italia tras haber
sido liberado por los alemanes. Estaba al frente de un gobierno títere
controlado por Hitler. La sede del gobierno estaba en el lago di Garda.
Allí acudió por propia iniciativa Claretta. La esposa de Mussolini
descubrió que Claretta estaba en una casa cercana a la suya y fue a
hablar con ella. Luego le contaría la conversación a Mussolini: “Lo que
más me duele de todo, lo que más me entristece es que esa chica
realmente te quiere. Lo he visto en sus ojos. Esta enamorada de ti y el
problema es que tu también estas enamorado de ella. Yo creía que era
algo pasajero, un tema puramente sexual pero es mucho más. Es como un
puñal clavado en mi corazón. No puedo soportarlo”.
Mussolini le prometió a su esposa que rompería con Claretta. En
realidad lo que quería era salvar a Claretta. Sabía que la guerra estaba
perdida
Sabía que iba a morir y quería poner a Claretta a salvo de la
furia de los italianos. Fue a visitar a Claretta. “Lo nuestro se ha
terminado. Este coche te va a llevar a Milán. Allí esta esperando un
avión que te lleva a ti y a toda tu familia a España. Ya lo he hablado
con el presidente de España ( Franco). Os tratarán bien”.
Claretta con lagrimas en los ojos pero con la tranquilidad y el cariño
de siempre le dijo “si esa es tu decisión y es lo que quieres yo lo
acepto pero quiero que sepas que me gustaría estar contigo hasta el
final y morir contigo si tu destino es morir”. Entonces fue el duro
Mussolini el que lloro “Que extraño amor es el tuyo Claretta, no se que
he hecho para merecerlo, vete por favor, salvate por favor, eres muy
joven, atractiva e inteligente, te queda mucha vida por delante, la mía
se acaba”. Mussolini indico a los oficiales alemanes que le acompañaban
que forzaran a Claretta a subir al coche.
El 25 de abril de 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial en
Europa, el Duce abandonó Milán en dirección a Suiza.. El 27 de abril una
patrulla de partisanos detuvo un convoy de la Wehrmacht, donde
descubrieron y reconocieron a Mussolini y le detuvieron.
Claretta no cogió nunca el avión a España. Se fueron sus padres y
resto de familia pero ella se quedo en tierra. Cuando Claretta supo que
Mussolini estaba detenido en al Ayuntamiento de Dongo fue al lugar de la
detención, dijo quien era y pidió estar con el. Ese acto era
literalmente un suicidio porque Claretta sabía que los partisanos iban a
matar a Mussolin. Ella dijo que si Benito moría, ella también.
Posteriormente, en una reunión mantenida entre miembros del Comité de
Liberación Nacional y representantes del Cuerpo de Voluntarios de la
Liberación, que tuvo lugar en Milán, se decidió que Mussolini debía ser
ejecutado.
Walter Audisio, apodado Coronel Valerio, un comunista que había
participado en la Guerra Civil Española en contra del fascismo, pues
estaba en las Brigadas Internacionales, fue el encargado de que el
dictador italiano no fuera entregado a las autoridades y fuese fusilado.
El Coronel Valerio se atribuyó el “honor” de encargarse de la tarea.
Se trasladó a Mussolini cerca de Bonzanigo, donde dieron la
oportunidad a Clara de que abandonara al Duce; pero ella se negó. Los
dos fueron acribillados a balas.
Sus cadáveres fueron trasladados a la plaza de Loreto de Milán donde
fueron entregados al pueblo, sometidos a toda clase de ultrajes por la
muchedumbre y expuestos públicamente con la cabeza hacia abajo.
Hay dos series de televisión y una película que tratan la historia de
Mussolini con especial referencia a Claretta Petacci. La más genial de
todas se titula “Mussolini”. Es una serie de más de seis horas de
William Graham. George Scott es Mussolini. En el rol de Clareta Petacci
actúa de forma absolutamente conmovedora la bellísima Virginia Madsen
que hace una interpretación magistral que consigue que nos enamoremos
del personaje. La otra serie de televisión de cuatro horas es de Albeto
Negrin con Anthony Hopkins y Susan Sarandon en los roles principales. La
serie es también de un alto nivel. Por último la genial película
italiana “The last days of Mussolini” de Carlo Lizzani con Henry Fonda y
Franco Nero nos presenta un relato muy detallado de gran fidelidad
histórica de esos últimos días de un dictador brutal que se enamoro de
una joven admiradora.
https://pedrobeltran.wordpress.com/2013/03/13/claretta-petacci-amante-de-mussolini-elige-morir-con-el-tenia-33-anos/
Buen tema, voy a incluir en mi post alguna referencia de su articulo en la fecha de su muerte
ResponderEliminarMerecido final de un tirano !.
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