viernes, 20 de febrero de 2015

BATALLA DE SALTA... ARGENTINA LOGRA SU INDEPENDENCIA.EN 1813



                     Batalla de Salta 1813...independencia Argentina

Batalla ocurrida el 20 de febrero de 1813 en la población de Salta (Argentina) entre el ejército español del virrey del Perú, José de Abascal, y el ejército expedicionario de la Junta de Buenos Aires. Los jefes militares que se enfrentaron en esta ocasión fueron Pío Tristán por la parte realista y Manuel Belgrano por la Junta.


Después de acabar con la primera expedición rioplatense al Alto Perú en la batalla de Huaqui, el ejército de pacificación, comandado por el general Tristán, que había sido enviado por el virrey Abascal hacia el norte argentino a mediados de 1812, experimentó su primer revés al caer derrotado frente a las fuerzas de Belgrano en la batalla de Tucumán, el 24 de septiembre de 1812. Tras esta debacle, la vanguardia de la tropa realista al mando del propio Tristán se retiró a Salta, procediendo de inmediato a la fortificación de esta plaza. El valor estratégico de la provincia se basaba en que geográficamente era el punto de encuentro entre las cuencas del Plata y las cordilleras del Alto Perú, por lo que su control militar era vital para el acceso a una y otra geografía.




 De otro lado, el grueso del ejército comandado por el general Goyeneche mantuvo su cuartel general en Jujuy, en tanto que la reserva se mantuvo en Tupiza al mando del general Picoaga. El virrey Abascal sugirió a Goyeneche apoyar a la vanguardia de Tristán en Salta con 1.000 hombres procedentes de Tupiza, y que el general Juan Ramírez asumiera el mando en sustitución de Tristán. Goyeneche rechazó ambas proposiciones alegando la suficiencia militar de aquella vanguardia y la idoneidad de Tristán para hacer frente a la ofensiva argentina. Goyeneche basó este optimismo en los informes que periódicamente recibía de Tristán. Pero Tristán cometió el error de minusvalorar el poderío del segundo ejército expedicionario rioplatense, que al mando del general Belgrano se acercaba a Salta. Este militar calculó que con su vanguardia y la ulterior colaboración del contingente acantonado en la vecina población de Jujuy bastaría para infligir una derrota a los argentinos. En efecto, Tristán desatendió el reforzamiento del fortín con cañones, ya que aventuró que Belgrano no se atrevería a cruzar el caudaloso río Pasaje, sobre todo durante la estación de crecidas. En coincidencia con esta evaluación de la situación, Tristán sólo aceptó el refuerzo de un escuadrón de caballería que arribó a la plaza a principios de 1813.





El 20 de febrero de 1813, para sorpresa de Tristán, Belgrano cruzó el río Pasaje y el ejército argentino (compuesto por 4.000 hombres y varias piezas de artillería) alcanzó las afueras de Salta sin ningún tipo de contrariedad, al colocarse fuera del alcance de la fusilería española. El plan de ataque diseñado por Belgrano consistía en que una columna marchara a la derecha de la ciudad, cortando con ello la posible retirada del ejército español hacia Jujuy; a continuación, los flancos del ejército expedicionario argentino fueron colocados de tal modo que el fortín de Salta quedó totalmente sitiado. El fuego estalló por parte de uno y otro lado al amanecer, fracasando todos los intentos de Tristán por romper la ofensiva argentina y reabrir el paso hacia Jujuy. La desmoralización comenzó a cundir en la infantería realista y en la propia oficialidad, generalizándose el desorden luego de transcurrir las primeras horas de la batalla. El inevitable encierro en la ciudad y la amenaza de perder a todos sus efectivos, obligó a Tristán y su mando mayor a pedir la capitulación, la cual fue de inmediato aceptada por Belgrano.
Por los poderes otorgados a sus negociadores, los coroneles Felipe de la Hera y Juan Bautista Estéllez, Tristán ofreció abandonar la provincia de Salta, además de entregar toda la región norte hasta la provincia de Tupiza. Belgrano aceptó la proposición de Tristán, y concedió los honores de guerra al ejército realista, una vez que se produjera su salida de Salta, exigiendo adicionalmente la entrega de los fusiles, artillería y municiones. La capitulación se firmó el mismo día, y el ejército español inició la retirada con dirección a Potosí.
El número de bajas por parte de uno y otro ejército en el transcurso de este combate se desconoce. La consecuencia más trascendental de esta derrota, dentro del ejército realista, fue la destitución por parte del virrey Abascal del general Goyeneche y su reemplazo por el general Joaquín de la Pezuela. Por el lado argentino, el triunfo en Salta permitió a las fuerzas de Belgrano iniciar la segunda expedición al Alto Perú.


                Monumento al General Manuel Belgrano. Buenos Aires (Argentina).
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