La
única mención biográfica que Isaac Asimov hace sobre Henry
Cavendish en su Introducción a la ciencia es la
siguiente: fue un opulento y neurótico genio que vivió y
murió en una soledad casi completa, pero que realizó algunos de
los experimentos más interesantes en la historia de la Ciencia.
La verdad es que la frase invita a conocer algo más sobre la
vida y la personalidad de Cavendish, aunque en primer lugar
veremos someramente cuál ha sido el legado por el que debemos
considerar a Cavendish como uno de los más importantes
científicos de la historia.
Cavendish fue un ser excéntrico que pasó sesenta
años de su vida dedicados casi exclusivamente a la investigación
científica. Parece que su teoría del Universo era que está
constituido por multitud de objetos que pueden ser pesados,
numerados y medidos. Esa era la vocación de su vida, en la que
fue un genio y como tal debe ser considerado. Tal como nos
cuenta M. Lozano Leyva,
Cavendish
tenía tal aprecio por la medición que cuando no la podía hacer
exacta ... trataba de aproximarla a toda costa. Como no disponía
de amperímetro, un aparato que le pudiera dar la “cantidad de
electricidad” que circulaba por los alambres, se utilizaba a
sí mismo, de manera subjetiva pero realizando tablas bien
elaboradas. Quiero decir que recibía descargas, o sea,
calambrazos, y anotaba con cuánta intensidad los había sentido.
).
Su primer trabajo, que guardó inédito, trató sobre el arsénico.
Esta circunstancia no fue inusual en él, como comenta Asimov,
[el amor de Cavendish por la ciencia era puro], pues nunca se
preocupó de si sus descubrimientos eran publicados o no, si se
estaba acreditando o no, o en general de cualquier cosa que no
fuera el hecho de satisfacer sus curiosidades. Como resultado de
esto, muchos de sus logros permanecieron desconocidos durante
años después de su muerte. No obstante, antes de pasar a sus
logros desconocidos, sería conveniente hacer un resumen de los
sí conocidos. En palabras de Asimov
En
1766 comunicó a la Royal Society algunos de sus primeros
descubrimientos, como el trabajo que había realizado con un gas
inflamable que se obtenía de la reacción de metal y ácido. Dicho
gas, ya había sido descubierto antes por Boyle y Hales, pero
Cavendish fue el primero que estudió sus propiedades
acreditándosele generalmente su descubrimiento. Veinte años más
tarde, Lavoisier llamó hidrógeno a este gas.
Cavendish fue el primero que pesó un volumen particular de distintos gases para determinar su densidad. Encontró que el hidrógeno, gas particularmente ligero, tenía sólo 1/14 parte de densidad del aire. Como este gas era tan ligero y además inflamable, creyó que había aislado el flogisto que postulo Stahl.
Cavendish fue el primero que pesó un volumen particular de distintos gases para determinar su densidad. Encontró que el hidrógeno, gas particularmente ligero, tenía sólo 1/14 parte de densidad del aire. Como este gas era tan ligero y además inflamable, creyó que había aislado el flogisto que postulo Stahl.
En algún momento de la década 1780-1790 demostró que el hidrógeno al arder
producía agua. De este modo, el agua se convertía en una
combinación de dos gases y si la noción griega de los gases
hubiera necesitado algo más para ser rechazada por completo,
aquí estaba la prueba.
Por aquellos tiempos, estaba de moda hacer experiencias con el aire y Cavendish se ajustó a ella. En 1785 hizo cruzar chispas eléctricas por el aire formando así la mezcla del nitrógeno con el oxígeno (usando terminología moderna) y disolvió el óxido que aparecía en agua. (Al hacer esto averiguó la composición del ácido nítrico). Añadió más nitrógeno con la intención de consumir todo el oxígeno presente a la vez. Sin embargo siempre quedaba una pequeña porción del gas sin combinar, hiciera lo que hiciera. Dijo que el aire contenía una pequeña cantidad del gas que había de ser muy inerte y resistente a reaccionar. De hecho, descubrió el gas que hoy conocemos con el nombre de argón. El experimento fue ignorado durante un siglo, hasta que Ramsay lo siguió paso por paso al repetirlo.
Por aquellos tiempos, estaba de moda hacer experiencias con el aire y Cavendish se ajustó a ella. En 1785 hizo cruzar chispas eléctricas por el aire formando así la mezcla del nitrógeno con el oxígeno (usando terminología moderna) y disolvió el óxido que aparecía en agua. (Al hacer esto averiguó la composición del ácido nítrico). Añadió más nitrógeno con la intención de consumir todo el oxígeno presente a la vez. Sin embargo siempre quedaba una pequeña porción del gas sin combinar, hiciera lo que hiciera. Dijo que el aire contenía una pequeña cantidad del gas que había de ser muy inerte y resistente a reaccionar. De hecho, descubrió el gas que hoy conocemos con el nombre de argón. El experimento fue ignorado durante un siglo, hasta que Ramsay lo siguió paso por paso al repetirlo.
El
experimento más espectacular de Cavendish incluye el inmenso
globo terráqueo en sí… … utilizó un método que sugirió Michell,
llevando a cabo lo que hoy se conoce comúnmente como el
experimento de Cavendish.
Isaac Asimov, Enciclopedia biográfica de ciencia y tecnología.
Con este experimento Cavendish
determinó la densidad de la Tierra y, como el volumen del
planeta era bien conocido, lo que hizo en realidad Cavendish fue
pesar la
Tierra. Esta información que aporta Asimov se basa
fundamentalmente en los artículos sí publicados por el propio
Cavendish, todos ellos en las Philosophical Transactions de la Royal Society. Publicó su primer documento en 1766, On
Factitious Airs. No
fue esta, sin embargo, su primera publicación científica pues en
1764 publicó, como parte de un artículo de William Heberden, un
trabajo titulado Some Account of a Salt Found on the Pic of
Teneriffe
Muchos de los artículos los publicó Cavendish durante los
30 años que vivió en la mansión familiar con su padre, también
aficionado a la experimentación. Las publicaciones que podríamos
llamar más “relevantes” vinieron después de la muerte de su
padre, en 1783, cuando Cavendish tenía 52 años.
Así en ese mismo año publicó Observations on Mr. Hutchins’s
Experiments for Determining the Degree of Cold at Which
Quicksilver Freezes.
Es curioso ver cómo con el
paso de la vida de Cavendish sus publicaciones van cambiando su
temática. Empezó por el estudio de los fenómenos eléctricos,
pasó después a estudiar la congelación de diferentes compuestos
y mezclas, también determinar la composición del aire, el agua y
las propiedades de sus componentes. En la última parte de su
vida, aparte del experimento para determinar la densidad de la
Tierra, un problema por entonces geológico, publicó sobre
cuestiones astronómicas
En cuanto a sus logros no publicados,
hoy sabemos de parte de ellos gracias a James Clerk Maxwell
quien en 1871 se convirtió en el primer profesor de Física del
Laboratorio Cavendish, en la Universidad de Cambridge. Maxwell
supervisó la puesta en marcha de dicho laboratorio gracias a la
generosa contribución para tal fin del 7º duque de Devonshire.
En 1874 el duque permitió a Maxwell tener los manuscritos de
Henry Cavendish y, cuando los leyó, no pudo creer lo que estaba
viendo, no podía salir de su asombro. Repitió algunos
experimentos, transcribió los artículos y preparó, una densa,
completa y anotada edición de los documentos no publicados de
Cavendish referidos a sus experimentos eléctricos: The
Electrical Researches of the Honourable Henry Cavendish (1879). Estos documentos muestran que los experimentos sobre
electricidad que Cavendish realizó se anticiparon a la mayor
parte de lo que se habría de descubrir en cincuenta años. En su
biografía de la Física, George Gamow menciona que Henry
Cavendish era uno de los científicos experimentales más grandes
que ha existido. Descubrió todas las leyes de las interacciones
eléctricas y magnéticas al mismo tiempo que Coulomb y sus
trabajos en química desafían a los de Lavoisier. Más
concretamente: estableció una definición de potencial eléctrico
que él llamó “grado de electrificación”; una de las primeras
unidades de capacitancia para medirla en una esfera de una
pulgada de diámetro; la fórmula para la capacidad de un
condensador plano; el concepto de constante dieléctrica de un
material; la relación entre el potencial y la corriente
eléctrica, hoy llamada ley de Ohm; las leyes que rigen la
división de la corriente en los circuitos en paralelo; la ley
que establece que la fuerza eléctrica entre cargas varía con el
inverso del cuadrado de la distancia que las separa, hoy Ley de
Coulomb.
Los documentos inéditos sobre química en un principio llamaron la atención de los químicos por la llamada “controversia del agua” referida a la prioridad en el descubrimiento de sus componentes. En 1839 Vernon Harcout hizo una selección de los mismos con la intención realizar una edición de dichos documentos. Sin embargo esta edición no se realizó. George Wilson también pudo analizar estos documentos y el resultado fue su libro en el que analiza dicha controversia, pero no fue hasta 1921 cuando la editorial Cambridge University Press reimprimió la edición de Maxwell acompañada de un volumen que contenía el resto de trabajos publicados por Cavendish en Philosophical Transtactions y una pequeña selección de manuscritos científicos que no trataban sobre electricidad. Fueron dos volúmenes que aparecieron bajo el título de The Scientific Papers of the Honourable Henry Cavendish, F.R.S. (1921). La selección fue realizada por el editor y químico Edward Thorpe, junto con otros cuatro expertos en física, astronomía y geología. Estas “nuevas revelaciones”, junto con los artículos que Cavendish sí publicó, nos muestran sus descubrimientos en química y física. Entre los papeles inéditos sobre química Cavendish se anticipa a la Ley de Richter de las proporciones recíprocas, la ley de Dalton de las presiones parciales y la ley de Charles de los gases, que relaciona el volumen y la temperatura de un determinado gas a presión constante. Por si todo esto fuera poco, Jungnickel y McCormmach mencionan que la mayor parte de los manuscritos científicos de Cavendish permanecen inéditos.
http://www.escritoscientificos.es/trab1a20/cavendis.htm
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