La Cueva de Lascaux es un recinto arqueológico de inmenso valor que cuenta con magníficas pinturas prehistóricas -datadas del 17.000 A.C., incluyendo casi 1500 grabados y 600 pinturas, además de contener numerosos signos y caracteres aún no descifrados.
Es tal la calidad de esta obra de arte que en un principio se pensó que se trataba de un fraude, pero hoy se sabe a ciencia cierta que la misma constituye una de las máximas expresiones de la civilización rupestre.
Sus pinturas pertenecen a finales del período auriñaciense, y principios del magdaleniense, estos últimos quienes, según se cree, inventaron la aguja de coser y el farol de grasa.
La gruta de Lascaux se encuentra en el Suroeste de Francia, en el valle de la Vézère, dentro de la comuna de Montignac (Dordoña). Lascaux es parte del conjunto de manifestaciones artísticas de pintura rupestre franco-cantábrica, al igual que Altamira,El Castillo y Chauvet.
La gruta de Lascaux fue descubierta por casualidad el 12 de Septiembre 1940 por 4 adolescentes (Marcel Ravidat, Jacques Marsal, Georges Agnel, Simeon Coencas), cuando el perro de uno de ellos se escapó y se introdujo a la cueva por un agujero.
Fue examinada rápidamente por Breuil y Bouyssonie, que para su asombro y el de toda la comunidad científica, las pinturas de su interior se encontraban intactas, tal como habían sido dejadas miles de años atrás.
El mismo año de su descubrimiento fue clasificada “Monumento Histórico” y desde Octubre de 1979 formó parte del “Patrimonio Mundial de la Unesco”.
La cueva esta compuesta por una serie de salas y pasillos que el abad Breuil nombró en referencia a la arquitectura religiosa: Abside, Nave, Sala de los Toros, Pozo y otras galerías más.
La primera es la “Sala de los Toros” o “Rotonda”, de 17 mts de largo, 6 mts de ancho y 7 mts de alto.
Su composición es circular, y se trata de la cueva más significativa por la cantidad y la calidad de los animales representados.
Esta galería realmente parece planificada como una galería de arte, por donde el espectador va caminando, apreciando las grandiosas obras de arte
Algunos toros son realmente impresionantes, de unos 5 metros de largo.
La “Nave” está decorada con un friso de 5 ciervos, de los que sólo se ve del cuello para arriba, como si vadearan en fila india un río imaginario.
En el sitio más recóndito de la caverna del “Pozo” se encuentra la pintura más dramática de todas: un bisonte herido, con una lanza atravesada en su vientre, desparrama sus entrañas mientras, frente a él, se desploma un cazador (con con cabeza de pájaro), presumiblemente muerto a causa de una cornada.
A un costado, un pájaro es testigo de todo el acto, y alrededor, signos de puntos y líneas completan la escena.
La cueva de Lascaux no era un simple refugio, sino que era más bien una especie de santuario, un lugar sagrado. Siempre se pensó que las pinturas estaban ligadas a la caza, pero lo cierto es que los animales representados no eran los que más les servían de comida, ya que normalmente se alimentaban de renos.
La figura del “Unicornio” es imposible de asociarla a algún tipo de animal real. La misma ha sido estudiada por muchos expertos de la astronomía, entre ellos Gérard Jaswniewicz, quien asegura que en la cueva se ha simbolizado parte de la bóveda celeste.
Sus estudios han determinado que las estrellas de la constelación de Capricornio constituyen un dibujo lineal sobre el cual está montado el unicornio pintado en el extremo superior izquierdo de la Sala de los Toros.
La suposición de que dicha representación fuese intencional, rebelaría no sólo la habilidad de la técnica de pintura, sino también el conocimiento astronómico de esta sociedad paleolítica, además de el carácter místico de la figura del unicornio
La suposición de que dicha representación fuese intencional, rebelaría no sólo la habilidad de la técnica de pintura, sino también el conocimiento astronómico de esta sociedad paleolítica, además de el carácter místico de la figura del unicornio
Asimismo, se ha identificado una solapamiento muy preciso entre la figura de un uro con ciertos signos, y la posición de Tauro, las Pléyades y Orión.
A pesar de las precauciones que se han tomado desde el principio, las pinturas se han venido deteriorando por la modificación de su microclima (temperatura, gérmenes, humedad, iluminación, etc.).
Entre 1948, año en que abrió al público, y 1963, en el que fue cerrada (al descubrir sobre las paredes una gran cantidad de algas unicelulares).
Diez años después de su cierre se aprobó el proyecto de crear una réplica de la cueva, con el fin de preservar la original. En 1983 se inaguró Lascaux II, a 200 metros de la gruta original, una copia exacta de la cueva original la cual utiliza los mismos materiales y pigmentos y posee las mismas medidas al milímetro.
Con el fin de reproducir lo más fielmente posible la textura de la roca, se realizaron varias series de pares estereofotográficos. Esta técnica optimiza la fase del modelado que restituye las diferentes asperezas del soporte.
La pintura revela las técnicas empleadas que no difieren de las actuales como degradado cromático, coloración parcial de patas, vientre y hocicos. Por sobre todo, indican un profundo conocimiento de la “animación de imágenes”, ya que descomponían el movimiento en series, como los ciervos de la Nave.
Empleaban además la perspectiva y deformaban algunas siluetas para que sean vistas desde todos los ángulos, tal como puede ser apreciado. En la cueva se han encontrado encajes que se suponen eran utilizados para colocar andamios.
Las lámparas de grasa, al no despedir humo como las antorchas, permitían conservar intactas las pinturas que contaban con 25 tonalidades, desde el negro de manganeso hasta el óxido de hematites.
Los colores utilizados son de gran variedad: negro, amarillos, naranjas, marrones.
El negro fue obtenido de diferentes óxidos de manganeso. Los amarillos, marrones, naranjas, rojos, estaban hechos a partir del oxido de hierro.
Para la pintura utilizaron varios métodos. En el caso del soplado (aerografía) colocaban los colores dentro de un hueso hueco luego los soplaban sobre la roca, cubriéndolos luego con una capa de grasa animal. También aplicaban los colores con juncos o ramas aplastadas a modo de brocha.
Las representaciones originales están realizadas con pigmentos extraídos de la tierra, compuestos de diferentes minerales pulverizados y mezclados con grasa animal, clara de huevo, extractos de plantas, cola de pescado y también sangre.
Los pinceles que usaron estaban hechos de varitas y juncos y utilizaban técnicas que les permitían soplar la pintura sobre la pared.
Lo que demuestran estos testimonios de nuestros antepasados, es que lejos de tratarse de seres rústicos, tenían un profundo conocimiento del concepto artístico, así como de nociones astronómicas, además de las habilidades técnicas necesarias para expresar ese saber en una pared de una cueva.
Podían plasmar ese conocimiento abstracto en imágenes y símbolos, desarrollando todos los materiales que fueron necesarios para semejante obra arquitectónica y pictórica, incluso la indispensable luz artificial.
Este factor de la luz en medio de la oscuridad, lo hace aún más similar a la idea de una galería de arte contemporánea, en donde uno ingresa a un recinto donde solo el protagonista, la obra artística, está en el centro de la escena bajo el foco de iluminación, todo lo demás, es oscuridad.
https://lapasiondepensar.wordpress.com/2019/06/11/cuevas-lascaux/#:~:text=En%20el%20suroeste%20de%20Francia,Altamira%20del%20a%C3%B1o%2015.000%20a.c).&text=La%20cueva%20estaba%20cerca%20de,propiedad%20de%20la%20familia%20Lascaux.
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/cueva-lascaux-mayor-museo-arte-prehistorico_6471
https://archeologie.culture.fr/lascaux/es/cueva-lascaux
https://www.ecured.cu/Cueva_de_Lascaux
https://reydekish.com/2015/09/15
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