El método naturalista de la gallega Emilia Pardo Bazan culmina en Los pazos de Ulloa , su obra maestra...patética pintura de la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia.
La
novela, publicada en 1886, narra el impacto que produce la llegada de
Julián, joven sacerdote, a los Pazos de Ulloa, donde el señor marqués
vive una vida semisalvaje en compañía de sus supuestos servidores. El
principal (Primitivo) especie de mayordomo a quien, en la sombra, todos
obedecen; su hija, la bella Sabel, vive amancebada con el marqués, y de
tal relación ha nacido un niño, (Perucho). Julián pretende cambiar este
estado de cosas y, para ello, consigue que el marqués lo acompañe a
Santiago en busca de esposa legímita. La hallará entre sus primas: pero
no será Rita, la que en verdad le gusta, de carácter fuerte y muy
atractiva para los hombres, sino que elegirá, influenciado por Julián en
buena parte, a Nucha, la menor de las hermanas, mujer dulce, de buenos
sentimientos, no tan agraciada, y de una cierta debilidad enfermiza.
Cuando, ya en Los Pazos, Nucha dé a luz a una niña, ambas caerán en
desgracia ante el marqués, quien, naturalmente, deseaba una varón.
Nucha, enferma tras el difícil parto, acabará por descubrir la relación
de su esposo con Sabel, y que el marqués es el padre de Perucho. La
situación se va haciendo poco a poco insostenible, sobre todo después de
que el marqués pierda, por causa de una traición de Primitivo, las
elecciones en las que era candidato por el sector conservador de la
comarca. Nucha, temiendo por su hija, que estorba los planes de
Primitivo, decide huir ayudada por Julián, pero el marqués, alertado por
el malhadado mayordomo, lo impide: acusa a su mujer de adulterio y echa
de su casa al capellán. Este desenlace coincide con la muerte de
Primitivo, asesinado por su traición en las elecciones. El epílogo
cuenta la vuelta a Los Pazos de Julián, diez años después. Al visitar la
tumba de Nucha, muerta seis meses después de marcharse él, se encuentra
con los dos niños: es Perucho quien ahora viste elegantemente y la hija
de Nucha, con el atuendo de una campesina pobre.
El
tema central de la obra es la oposición entre naturaleza y
civilización, de modo que son las fuerzas naturales las que triunfan;
este tema se construye con otros secundarios: política y costumbres
ancestrales, religión y brujería; la caza y la pasión frente a los
sentimientos, fundamentalmente, el amor materno. Y, a su vez, estos
temas secundarios se sirven de motivos que desempeñan una función
importante en la estructura de la obra: envilecimiento, brutalidad del
medio rural; nobleza decadente, representada por el marqués y, en menor
medida, por su familia de Santiago; el caciquismo como signo de la
corrupción política imperante; la ley de la fuerza y de la astucia,
representada por Primitivo; la Iglesia oficial, acomodada al poder, a la
que se opone un sentimiento religioso de carácter idealista, encarnado
por Julián. A la religión se opone, por el lado de las fuerzas
ancestrales, la brujería de la Sabia y sus comadres, cuyos vaticinios se
cumplirán todos. Y, por último, dos motivos desencadenantes de la
acción: Julián aconseja al marqués que tome esposa legítima entre sus
primas para acabar con el estado de ‘salvajismo’ imperante en la vida de
Los Pazos y Julián le aconseja, además, que elija a Nucha frente a
Rita. Esto último propiciará el desenlace: Nucha es un ser sensible,
pero débil, y no podrá adaptarse a la vida de Los Pazos, lo que
provocará el triunfo de las fuerzas de la naturaleza.
La estructura externa viene dada por treinta capítulos, cada uno de los cuales guarda una cierta unidad en sí mismo. Y la estructura interna es como sigue:
1. Planteamiento de la acción,la descripción de
Los Pazos, su entorno, sus habitantes, la relación existente entre
ellos, y la genealogía del marqués.
2. Nudo: a) se
desencadena el drama a través de los consejos sucesivos que da Julián al
marqués; se trata de un movimiento ascendente que tiene su clímax con el nacimiento de la hija de Nucha; b)
comienza un movimiento descendente en el que la naturaleza vuelve a
ganar el terreno perdido, en paralelo a la enfermedad de Nucha; Julián
descubre también que el marqués y Sabel han vuelto a
reanudar sus relaciones.
3. Desenlace:los dos capítulos
finales de esta parte, tras el paréntesis electoral, narran una gran
acumulación de hechos que concluyen con Primitivo asesinado, Julián
expulsado de los Pazos y Nucha, totalmente vencida (morirá seis meses
después).
4. Epílogo: la novela se inicia con la visión de Julián
a su llegada a Los Pazos; pues bien, se cierra con la visión de Julián
diez años después, de regreso a la parroquia de Ulloa. Comprende que ha
sido vencido por la naturaleza que él intentó dominar: Perucho viste
elegantemente; la niña, como una campesina pobre. A la vez, este final
plantea una nueva situación que servirá de punto de partida a la novela
siguiente: La madre naturaleza .
Los
personajes están diseñados según parejas que oponen el mundo rural y el
urbano, o el natural y el ‘civilizado’ si se quiere: don Manuel-
Primitivo; Nucha-Sabel; Nené(la niña)-Perucho. Y don Pedro, el marqués,
en medio: unas veces, inclinado hacia un lado, otras, hacia el
contrario. Tiene dos suegros, dos mujeres y dos hijos, pertenecientes a
mundos contrapuestos: hubiera sido interesante conocer las tensiones
internas del personaje, pero, en todo caso, el marqués representa la
decadencia de la nobleza rural. Entre los personajes femeninos también
se pueden establecer correlaciones interesantes: Nucha-Sabel es la
correlación fuerza/sensualidad frente a debilidad/sentimientos;
curiosamente, Rita, su hermana, es un personaje equivalente a Sabel por
fuerza y sensualidad, pero si el marqués la hubiera elegido, no
habríamos tenido novela. Por otro lado, es llamativo el personaje de la
Sabia, que adelanta con sus predicciones el desenlace de la novela y que
es expresión de los poderes ocultos de la ‘brujería’.
En cuanto al espacio, debemos decir que, en la novela, la naturaleza lo invade todo: desde el comienzo, con la llegada de Julián a Los Pazos (no encuentra el sendero) hasta el final, en el cementerio, donde las tumbas se ven devoradas por una exuberante vegetación. Es frecuente que las descripciones de esta naturaleza se hallen en relación con el desarrollo de los acontecimientos: el paisaje es bello y sereno cuando predomina la calma en la historia, pero si es la angustia la que se impone, por ejemplo en el caso de la enfermedad de Nucha, entonces es una naturaleza amenazante y tormentosa la que se describe. En cuanto al tiempo, se ve claramente un desarrollo lineal de los acontecimientos, aunque el ‘tempo’, es decir el ritmo con que se narran, sea diferente: el ‘tempo’ es lento, moroso, en los sucesos más importantes, como es el nacimiento de la ‘heredera’(casi dos capítulos completos) o la decisión de huir de Nucha (peripecia que desencadena el desenlace); ahora bien, el ritmo narrativo se acelera una vez que la suerte está echada, cuando se ve que ya no hay salida; entonces la acción se desarrolla casi en cascada. Para terminar, eso sí, con un paréntesis de diez años, narrado en el capítulo final, lo que amplía la perspectiva temporal y permite que se capte la conclusión con mayor objetividad.
En cuanto al espacio, debemos decir que, en la novela, la naturaleza lo invade todo: desde el comienzo, con la llegada de Julián a Los Pazos (no encuentra el sendero) hasta el final, en el cementerio, donde las tumbas se ven devoradas por una exuberante vegetación. Es frecuente que las descripciones de esta naturaleza se hallen en relación con el desarrollo de los acontecimientos: el paisaje es bello y sereno cuando predomina la calma en la historia, pero si es la angustia la que se impone, por ejemplo en el caso de la enfermedad de Nucha, entonces es una naturaleza amenazante y tormentosa la que se describe. En cuanto al tiempo, se ve claramente un desarrollo lineal de los acontecimientos, aunque el ‘tempo’, es decir el ritmo con que se narran, sea diferente: el ‘tempo’ es lento, moroso, en los sucesos más importantes, como es el nacimiento de la ‘heredera’(casi dos capítulos completos) o la decisión de huir de Nucha (peripecia que desencadena el desenlace); ahora bien, el ritmo narrativo se acelera una vez que la suerte está echada, cuando se ve que ya no hay salida; entonces la acción se desarrolla casi en cascada. Para terminar, eso sí, con un paréntesis de diez años, narrado en el capítulo final, lo que amplía la perspectiva temporal y permite que se capte la conclusión con mayor objetividad.
Los Pazos de Ulloa está narrada en la tercera persona de un narrador omnisciente, modo habitual de la novela naturalista, según el cual el narrador lo sabe todo acerca de sus personajes. Así, son frecuentes las anticipaciones, es decir los pasajes en los que se adelanta lo que va a suceder. No obstante, cabe destacar la intromisión del autor en ocasiones para enjuiciar los hechos que se narran (en lo referente a la actividad política, por ejemplo) o presentarlos a través de algún personaje, como ocurre con Julián, cuyas valoraciones adoptan la forma del monológo interior.
La novela se inscribe dentro de lo que se denomina literatura naturalista. La propia autora, reclamaba que la literatura debe recoger la realidad en todos sus aspectos, incluso los más nimios o los más sórdidos. Y eso es lo que lleva a cabo en su novela: lo desagradable (la forma como se emborracha a Perucho), lo tierno (la descripción de la niña de Nucha) lo humorístico-algunos rasgos caracterizadores del ama de cría, un tanto tosca..., todo está recogido en las páginas de la novela, a la vez que exhaustivas descripciones de objetos y costumbres. En este sentido, la obra es proyección de las teorías y técnicas naturalistas: cómo influye en el individuo el medio ambiente, su fisiología, las cargas de la herencia genética... Los Pazos de Ulloa ponen al descubierto la ‘fisiología" de una sociedad cerrada, que vive según pautas "naturales", a través de un testigo, Julián, ajeno a la misma que, ingenuo y sin ideas preconcebidas, se adentra en la realidad de los Pazos. El sentido último de la obra consiste en mostrar que todo aquel que no se adapta a ese medio o bien lleva una existencia marginal (el señorito de Limioso), o bien es aniquilado, como ocurre con Julián y con Nucha. La conclusión es verdaderamente tremenda, pero los presupuestos del naturalismo exigían que se contara la verdad de las cosas con absoluta objetividad. En última instancia, si en Los Pazos de Ulloa la que triunfa es la naturaleza, sabemos que, en la novela que la continúa, La madre naturaleza, la que triunfa es la ‘civilización’, pero también habrá tragedia... ¿Por qué? Porque en tanto no se integren naturaleza y civilización, tradiciones ancestrales y cultura, no se logrará el equilibrio.
En "Los Pazos de Ulloa"
se nos traslada al presente finisecular de una pequeña nobleza gallega
que, asentada antaño sobre una base rural centralizada en el Pazo,
defensora de unos valores de dignidad y buen comportamiento, ha entrado
en el s. XIX en una profunda decadencia.
Hasta aquí,cual pareciera el planteamiento de una novela conservadora, destinada a destacar la falta de grandeza del vulgo respecto al digno señorío ejercido por la nobleza. Sin embargo, el naturalismo ha igualado las condiciones al situar a la naturaleza y no a la nobleza como marcador del sino de cada uno. Por eso Don Pedro descubrirá en Santiago cómo el párroco Don Julián no acaba manipulando menos su vida de lo que otrora hacía el inicuo Primitivo. Ambos entornos acaban mezclándose para demostrarle que, más que los títulos, es la propia condición humana de cada uno, la madera con la que estamos hechos, quien nos permite afrontar las vicisitudes y problemas de la vida.
La perfección de esta novela se observa no solo en su planteamiento y desarrollo, magistrales en aspectos como el estilo o el tono, sino también en el cuidado escrupulosísimo que Doña Emilia Pardo Bazán ha puesto en el uso del lenguaje. Tanto en los diálogos como en la voz narradora, se ha esforzado en cuidar el entorno sociolingüístico bilingüe, en mostrar al lector cómo la presencia de la lengua gallega caracteriza a uno de los elementos de esa dualidad urbano-rural (diglosia). Su consideración hacia el lector castellano la lleva a intentar evitar que ese reflejo sociolingüístico consienta cualquier tiempo de incomprensión, y por ello manipula la expresividad de los personajes de forma que pueda, de alguna manera, conservar la expresividad propia de la lengua gallega mientras transmite sin problemas al lector castellano su mensaje.
Hasta aquí,cual pareciera el planteamiento de una novela conservadora, destinada a destacar la falta de grandeza del vulgo respecto al digno señorío ejercido por la nobleza. Sin embargo, el naturalismo ha igualado las condiciones al situar a la naturaleza y no a la nobleza como marcador del sino de cada uno. Por eso Don Pedro descubrirá en Santiago cómo el párroco Don Julián no acaba manipulando menos su vida de lo que otrora hacía el inicuo Primitivo. Ambos entornos acaban mezclándose para demostrarle que, más que los títulos, es la propia condición humana de cada uno, la madera con la que estamos hechos, quien nos permite afrontar las vicisitudes y problemas de la vida.
La perfección de esta novela se observa no solo en su planteamiento y desarrollo, magistrales en aspectos como el estilo o el tono, sino también en el cuidado escrupulosísimo que Doña Emilia Pardo Bazán ha puesto en el uso del lenguaje. Tanto en los diálogos como en la voz narradora, se ha esforzado en cuidar el entorno sociolingüístico bilingüe, en mostrar al lector cómo la presencia de la lengua gallega caracteriza a uno de los elementos de esa dualidad urbano-rural (diglosia). Su consideración hacia el lector castellano la lleva a intentar evitar que ese reflejo sociolingüístico consienta cualquier tiempo de incomprensión, y por ello manipula la expresividad de los personajes de forma que pueda, de alguna manera, conservar la expresividad propia de la lengua gallega mientras transmite sin problemas al lector castellano su mensaje.
La maravilla que es "Los Pazos de Ulloa" destaca al ser, en el realismo español, su novela naturalista más sólida. Además,representa también un cuadro extremadamente preciso sobre las condiciones sociológicas de transformación que estaban determinando, en aquel tiempo y hasta más o menos la década de 1920, a la comunidad de Galicia. Una pieza de la Historia de esta comunidad, que Doña Emilia Pardo Bazán conocía de primera mano, y de la que nos ha dejado un testimonio de ficción inigualable. Los lectores que se asomen a esta obra verán en estas páginas cómo el brillo de la literatura hace viable la esperanza de volver a recuperar las mejores esencias, representadas por nuestra autora, de un férreo compromiso personal y una sólida formación intelectual puestas al servicio de una literatura con altísimo nivel.
http://mar-maior.com/autoreas/emilia-pardo-bazan/
https://www.rae.es/publicaciones/obras-academicas/bcrae/los-pazos-de-ulloa-de-emilia-pardo-bazan
https://www.actualidadliteratura.com/los-pazos-ulloa-emilia-pardo-bazan/
https://www.catedra.com/libro/letras-hispanicas/los-pazos-de-ulloa-emilia-pardo-bazan-9788437615370/
http://www.cervantesvirtual.com/portales/pardo_bazan/autora_biografia/#:~:text=Emilia%20Pardo%20Baz%C3%A1n%20nace%20el,Somoza%2C%20recibe%20una%20educaci%C3%B3n%20esmerada.
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