lunes, 5 de agosto de 2019

GENERALIDADES DEL IMPERIO BIZANTINO Y SU ARQUITECTURA



Parte oriental del Imperio romano desarrollado con autonomía a partir de la división que hizo Teodosio en el año 395 entre sus hijos Arcadio (357-408) y Honorio. Tal división dio lugar al nacimiento de una dualidad, el Imperio Romano de Occidente (con capital en Roma) y el Imperio Romano de Oriente (con capital en Constantinopla) el cual perduró hasta el año 476 en el que Odoacro depuso al último emperador occidental, Rómulo Augústulo, y envió las insignias imperiales a Zenón de Bizancio, que quedó como único emperador y sucesor de la dignidad romana.
Mientras este proceso tenía lugar, la tradición romana y latina del Imperio de Oriente se fue diluyendo entre los caracteres griegos y helenísticos, más próximos, y la incesante llegada de elementos orientales. Por todo ello, el fundamento cultural de Bizancio es, por una parte, el derecho y la administración romanos, y por otra, el idioma y la civilización griega, mientras que las creencias y costumbres son cristianas. Con el tiempo, el carácter bizantino se convirtió en oriental.
Durante la primera mitad del siglo V se dejó sentir la presión conquistadora de los germanos, que influyeron en la corte. El emperador León I (457-474) consiguió acabar con ella gracias a la ayuda de los isaurios del Asia Menor. De todos los emperadores de la primera época destaca Justiniano, que rigió el imperio entre los años 527 y 565. Con él, Bizancio adquirió un gran desarrollo en el exterior gracias a los generales Belisario y Narsés, y en el interior fue dotada de un gran esplendor cultural y artístico. A los pocos años de ser coronado, año 532, concluyó una paz con el rey de los persas, Cosroes; pudo así emplear todas sus fuerzas en la reconquista de la parte occidental del Imperio. Ocupó el reino de los vándalos del África del Norte y, en el Mediterráneo, las islas de Córcega, Cerdeña y Baleares. Al poco tiempo, año 535, Justiniano intervino en Italia, donde Amalusunta, hija del rey ostrogodo Teodorico el Grande, había sido asesinada.
El general Belisario en primer lugar, y, más tarde, Narsés, anexionaron al imperio de Justiniano Italia y Sicilia. Mientras tanto, el noble visigodo Atanagildo se había sublevado contra el rey visigodo Agila solicitando la ayuda del emperador bizantino para derrotarlo.

Efigie del rey Agila.
Atanagildo subió al trono hispano pero tuvo que permitir, en pago a la ayuda militar recibida, que los bizantinos se reservaran para su dominio los territorios del sur de España y la plaza de Ceuta. Con estas conquistas de los generales Belisario y Narsés, se restablecía su dominio efectivo sobre casi todo el perímetro del Mediterráneo.
En el interior, Justiniano emprendió la reforma de la administración y la codificación del derecho romano, de la que se encargó una comisión encabezada por el jurisconsulto Triboniano. Durante siete años (528-535) se elaboró el Corpus iuris civilis, que abarcó todo el derecho y jurisprudencia anteriores y fue la base del renacimiento del derecho en el siglo XIII. Este código consta de cuatro textos: Institutiones (es un tratado para el estudio de los escolares), Digesto o Pandectas ( es una recopilación de las obras jurídicas clásicas de origen romano), Codex Justinianus y Novellae (compilación de las constituciones imperiales y de las promulgadas por el propio Justiniano). También tuvo que reprimir duramente algunos levantamientos populares, como el del año 532 protagonizado por Niká, permitiéndose así desarrollar una política autocrática y absolutista el resto de su reinado.
Los últimos años de su gobierno fueron de decadencia: las luchas contra los persas se reemprendieron y el exceso del gasto público llevó al Estado a un endeudamiento ruinoso. En los aspectos artísticos, fue el promotor legendario de numerosas obras arquitectónicas religiosas que constituyen lo mejor del arte bizantino.

Santa Sofía. Constantinopla. Turquía.
Los sucesores inmediatos de Justiniano perdieron el dominio sobre algunas zonas periféricas del Imperio. En Italia, casi todas las posesiones pasaron a manos de los lombardos en el año 568. El persa Cosroes II recuperó Mesopotamia, Siria y Asia Menor, llegando hasta Constantinopla. Por último, Mauricio (582-602), tras las incursiones de ávaros y eslavos sobre los Balcanes, se vio forzado a establecer dos hexarcados o gobiernos provinciales, uno en Rávena y otro en Cartago, con el fin de reforzar el Imperio. En estas circunstancias, una sublevación militar entregó el poder a Heraclio( 610-641). Se inició así una nueva etapa en la formación del Imperio Bizantino: elImperio Medio.
El nuevo emperador había sido un general experimentado que venció a los ávaros en Europa, derrotó a los persas en Asia y llevó sus ejércitos hasta Ctesifonte, provocando el derrumbamiento del imperio sasánida y obligándolo a devolver sus anteriores conquistas y la reliquia de la Vera Cruz, que habían tomado de Jerusalén en el año 614. Por sus victorias, Heraclio se convirtió en el defensor de la religiosidad de los Santos Lugares. Durante su mandato se construyeron basílicas en Jerusalén y Belén. Pero mientras los dos Imperios se debilitaban mutuamente, un nuevo poder se levantó amenazadoramente: el IslamInspirados por Mahoma, los nómadas del desierto arrebataron en pocos años, bajo los primeros califas, las provincias de Siria y Egipto, forzando a los emperadores de Bizancio a abandonar la península balcánica en manos de los eslavos y a defender Constantinopla en varias ocasiones de los intentos de conquista árabes.
El advenimiento al trono del emperador León III (717), estratega sirio de Anatolia, fundador de la nueva dinastía de los isaurios, señala un paso decisivo en orden a la orientalización del Imperio. En el comienzo de su reinado, 718, consiguió salvar a Constantinopla del asedio que los árabes estaban haciendo a la capital del Imperio, derrotándoles en Acroinon (740) con lo que se pudo emprender la ofensiva en Siria y llegar hasta el Éufrates con su hijo Constantino V (741-775). Las victorias frente a árabes y búlgaros, invasores de los Balcanes, rehabilitaron el prestigio imperial empañado durante el reinado de Heraclio y su hijo.
En política interior, acentuaron la unión del poder civil y militar. Mediante la aplicación de un Código rural, trataron de detener el desarrollo de los latifundios. También promulgaron códigos de carácter militar, naval y un nuevo Código civil, inspirado por una mayor equidad cristiana que los anteriores de Justiniano.
Pese a todo, lo más destacado de su reinado es la llamada guerra de las imágenes o querella iconoclasta, surgida por influjo tanto de sectas religiosas orientales como del judaísmo y del Islam, entre los adversarios (iconoclastas) y partidarios (iconodulos) del culto a las imágenes. El emperador León III prohibió en el año 726 todas las imágenes, salvo la de Cristo, a lo que se opusieron violentamente los veneradores de imágenes, apoyados por el papa Gregorio III, quienes las consideraban como símbolo y mediación con la divinidad. Pocos años después llegó a decretarse la pena de muerte para los iconodulos. A este problema de estricta religiosidad se unen las intrigas palaciegas, los conflictos en los Balcanes, la caída de Rávena en manos de los carolingios, el hundimiento del poder bizantino en Italia y el vertiginoso ascenso de Carlomagno. Todo ello, en su conjunto, provocó el fin de la dinastía isáurica con el reinado de León V el Armenio (820).
Durante breves años (820-867), subió al poder la dinastía armoriana o de Frigia, durante la cual se perdió el control sobre Creta (que cayó en manos de los árabes). También se extendió el protectorado bizantino sobre Bulgaria y se inició una política ofensiva en Asia. En los aspectos religiosos, finalizó la guerra de las imágenes en el año 843 y se inició un período de cierta tranquilidad durante el reinado de Miguel III (842-867).
Bajo el reinado de Basilio I se inauguró la dinastía de Macedonia (867-1056). En ella, Bizancio llegó a uno de sus siglos de oro en el terreno cultural; en el aspecto de las ideas políticas el Imperio alcanzó su máximo esplendor: la legitimidad del poder absoluto del soberano alcanzó su punto culminante al ser considerado el Emperador como un elegido de Dios. En el campo de las ideas religiosas, durante el patriarcado de Focio, año 867, la iglesia bizantina inició un cisma ortodoxo, abandonando la obediencia a Roma, con lo que Bizancio se apartó aún más de Occidente.
El más sobresaliente de los emperadores de esta dinastía fue Basilio II (976-1025) que llevó al Imperio bizantino a uno de sus momentos de auge al obtener grandes triunfos sobre los búlgaros (durante decenios guerreó cruelmente contra el zar búlgaro Samuel). Expandió el cristianismo en Rusia, cuya iglesia quedó subordinada al patriarcado de Constantinopla. También mantuvo relaciones con el Imperio Germánico, casando a una princesa bizantina con el emperador Otón II. En el interior, el acontecimiento más importante durante esta dinastía fue la consumación del Cisma de Oriente, llevado a cabo en el año 1054 por Miguel Cerulario, patriarca de Constantinopla. La causa de esta separación fue, en esencia, la rivalidad existente entre las supremas jerarquías de la iglesia griega y el Pontífice romano, aunque su promotor quiso encubrir las diferencias sólo en los aspectos litúrgicos.
A partir del año 1056 se extinguió la dinastía macedonia y con ella se inició la decadencia del Imperio que, durante dos siglos, y a través de varias dinastías, la de los Ducas (1059-1078), la de los Comneno (1081-1185) y, finalmente, la de los Angel (1185-1204), van debilitando el esplendoroso Imperio que se ve acosado por selyuquíes, normandos, pechenegos, turcos y húngaros. Otras causas son las luchas civiles por el poder imperial, la implantación de un sistema feudal que minó las bases fiscales y militares del Imperio y el resurgir del poder económico veneciano, que eclipsó el tradicional comercio bizantino entre Oriente y el Mediterráneo.
El año 1203, después de haber perdido Anatolia, Tesalónica, Dalmacia, Serbia, Croacia, los cruzados, en lugar de ir a Tierra Santa, atacaron Bizancio y conquistaron Constantinopla, provocando la huida del emperador Alejo con el tesoro imperial. Al año siguiente, 1204, los cruzados formaron en Constantinopla el Imperio Latino (1204-1261). Paralelamente, surgieron muchos otros reinos independientes en territorios antes bizantinos (Épiro, Morea, Trebisonda, Servia, Bulgaria, etc.). Desde Nicea, la capital de exilio de los bizantinos, se reconquistó Asia Menor, Tracia y otros países. En 1261 se volvió a recuperar Constantinopla. Tras un afianzamiento inicial, este Imperio, socavado ya internamente, sucumbió al empuje de los servios y búlgaros, y luego, sobre todo, al de los turcos osmanlíes, que conquistaron Asia Menor y los Balcanes durante la primera mitad del siglo XIV.
En los cincuenta últimos años del siglo, Bizancio se vio obligado a rendir vasallaje a los turcos, y el Imperio bizantino quedó reducido a la capital, hasta que el 23 de mayo del año 1453 se produjo el hundimiento definitivo: la conquista de Constantinopla por los ejércitos del sultán Mehmet II.


Basilica de San Apolinar el Nuevo


El origen del Arte Bizantino se sitúa en el Arte Romano, centrándose en el Oriente del Imperio tras su escisión en el siglo IV. En Orinte su desarrollo llegará hasta el siglo XV, en que se produce la toma de Constantinopla por los musulmanes.
Se desarrolla entre los siglos IV y XV d.C.



Se divide en tres etapas:

-Edad de Oro (s. IV-IX): No surge de manera espontánea, se inicia como continuación del arte Romano y se la denominará "Nea-Roma", ya que quiere imitar en todo las formas romanas. En el siglo V se verá influenciada por las aportaciones del arte Cristiano Oriental, que pondrá las bases para su época de esplendor.
Destaca el siglo VI como el más importante, coincidiendo con el reinado del Emperador Justiniano, que personalmente se encargo de impulsar la construcción de grandes obras a lo largo del Imperio de Oriente. Al tiempo se dedicó a ampliar las fronteras del Imperio llegando hasta el sur de la Península Iberica.
Coincidió bajo su reinado una época de gran riqueza económica y esplendor en las artes. Con su muerte se iniciará la decadencia.

Época Iconoclasta (s. IX-XI): Coincide con una etapa de crisis en Bizancio que ya se había iniciado en el siglo VIII, y que tendrá su principal manifestación en una explosión de radicalismo religioso. Se comienzan a considerar heréticas las representaciones humanas en pintura y escultura religiosa. Así las escenas figuradas que se realizan son profanas.
Una de las consecuencias más negativas de la revolución iconoclasta fue la destrucción de imágenes de épocas anteriores.

II Edad de Oro (s. XI-XV): Coincidiendo con el llamado "Renacimiento Macedónico" y posteriormente con la Dinastía de los Comenos.
Ya se marcan las características propias del Arte Bizantino que se desliga de su pasado romano.
Los lugares en los que se desarrolla se diversifican: Rusia, Italia, Armenia, Grecia, Constantinopla,... Éste último será el centro principal del desarrollo de éste arte, al igual que lo había sido en la I Edad de Oro junto con Rávena. Pero ahora en lugar de Rávena destacará en Italia la ciudad de Venecia. Grecia será otro de los focos importantes junto con Rusia, que bajo el mando del Príncipe Vladimir de Kiev, casado con una princesa Bizantina, extiende hacia esta zona el arte Bizantino.
Hay autores que dan otra datación a estas edades debido a que la etapa Iconoclasta se prolongó más en unas zonas que en otras.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ARQUITECTURA BIZANTINA


Los MATERIALES más utilizados son:

- Piedra
- Ladrillo.
Las construcciones siguen diferentes modelos de PLANTA:



- Centralizada: octogonal, circular.




- De cruz griega.



- Basilical



La CUBIERTA puede ser:




- Cúpula: gallonada o lisa, sobre pechinas, muy abierta por vanos y de piedra porosa.

Gallonana




- Bóvedas: de cañón 



-De crucería o aristas.

El tipo de SOSTÉN también es variado:




- Pilar
- Columna de fuste liso y CAPITEL bizantino.

El CAPITEL Bizantino tiene forma de pirámide truncada invertida decorada con motivos florales o figurados. Aparece el CIMACIO, que es una moldura que se sitúa sobre el capitel dando paso al arco.


También aparecen ARCOS de diferente tipo:





- Medio punto. 



- Rebajado o deprimido.


- Arco peraltado


Se abren numerosos vanos o ventanas en los muros, que en el exterior van reforzados con numerosos CONTRAFUERTES.


El edificio más común es la BASÍLICA, herencia de la etapa Paleocristiana, que tanto en Occidente como en Oriente seguirá siendo el modelo más común. 
La Basílica Bizantina consta de:
- Atrio con fial para agua bendita.
- Nartex: el vestíbulo para los feligreses, donde se colocan los Iconos en la llamada ICONOSTASIS, aunque en ocasiones se sitúan también separando la zona del altar.
- Tribuna: planta superior sobre las naves laterales; cuando aparece es la zona en la que se sitúan las mujeres y los niños, y que tiene la misma amplitud que dichas naves.

http://www.enciclonet.com/articulo/imperio-bizantino/
https://masdearte.com/especiales/arquitectura-bizantina-la-apoteosis-de-la-cupula/
    https://www.arteguias.com/bizantino.htm
    https://www.culturagenial.com/es/arte-bizantino/
    http://algargosarte.blogspot.com/2014/10/arquitectura-bizantina-caracteristicas.html

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