Un día como hoy hace tan solo 100 años atrás el Rey Alfonso XIII de España disolvía el congreso.
Aunque hablar de 1914 suena lejano, sin duda fue “ayer”, y analizar los motivos de éste momento histórico en resumidas palabras casi se hace imposible, ya que fue una época de la historia para España y el mundo especialmente complicada.
Alfonso XIII toma el trono el 17 de mayo de 1902, con tan solo 16 años, después de la regencia de su madre doña María Cristina, período caracterizado por la oligarquía, el caciquismo, problemas regionales, pérdida de territorios, etcétera.
Asegura encontrarse con una España en ruinas, a la que intentará regenerar, porque de él depende una España republicana o borbónica. Hablamos de así de La Restauración.
Éste período se caracteriza por una permanente crisis política y las causas de esta inestabilidad son diversas.
La lucha de los “nuevos” políticos surgidos por el descontrol de sus grupos, condujo a generar gobiernos de concentración, ya que ningún grupo tenía la capacidad de gobernar por sí solo.
Numerosos intentos de modernización y los fracasos profundizaron el deterioro político y social, desembocando en una gravísima crisis en 1917.
El aumento de los tributos sobre los productos de primera necesidad, las nuevas cargas fiscales, la “revolución desde arriba” por Maura, el intento de desbancar a la vieja casta caciquil, una reforma electoral en 1907 que intento acabar con la corrupción y democratizar el sistema político, pero que no lo consiguió, son motivos del desequilibrio.
Éste desequilibrio provocó sucesos trágicos, como la Semana Trágica, que acabo con el gobierno conservador de Maura, propiciada también por la Guerra de Marruecos.
No hubieron muchos progresos con Canalejas, quién también apostó por una modernización política. Intentó atraer ciertos sectores políticos, limitar el poder de la iglesia, impuesto sobre la renta, Ley de reclutamiento y la promoción de la Ley de Mancomunidades.
Parecía que nada podía dar estabilidad a la situación, así Canalejas termina siendo asesinado en plena Puerta del Sol el doce de noviembre de 1913, por un anarquista, rompiendo el turno de partidos y siendo sucedido por Eduardo Dato por designación del Rey Alfonso XIII, que ante esta situación disuelve el Congreso el 2 de Enero de 1914.
Sin duda una época desequilibrada por cuatro motivos principales, la gran oleada de huelgas, los problemas de la intervención de la iglesia, los problemas militares por la degradación del ejercito y finalmente el asentamiento del movimiento nacionalista catalán.
Y si será caprichosa la historia, que parece que se repite. ¿Cuantas veces nos sucede que cuando analizamos la historia, vemos que determinados hechos se repiten, aunque quizá sin las mismas consecuencias, quizá?
Si analizamos puntualmente este trasfondo que rodea la historia de aquellos tiempos hay muchos puntos en común que nos traen hacia el presente.
El problema sin resolver del nacionalismo catalán, cada día más enervado, la corrupción política y la impunidad del caciquismo político, la creación de leyes para evitar que la “burguesía” pague igual que un ciudadano de a pie por sus errores, la imposición de leyes para la satisfacción eclesiástica, el peso de los impuestos para que el pueblo cargue con las deudas, robos y despilfarres hechos por los mismos gobernantes… parce que la historia caprichosa se repite, aunque de momento sin las mismas consecuencias…
Aunque hablar de 1914 suena lejano, sin duda fue “ayer”, y analizar los motivos de éste momento histórico en resumidas palabras casi se hace imposible, ya que fue una época de la historia para España y el mundo especialmente complicada.
Alfonso XIII toma el trono el 17 de mayo de 1902, con tan solo 16 años, después de la regencia de su madre doña María Cristina, período caracterizado por la oligarquía, el caciquismo, problemas regionales, pérdida de territorios, etcétera.
Asegura encontrarse con una España en ruinas, a la que intentará regenerar, porque de él depende una España republicana o borbónica. Hablamos de así de La Restauración.
Éste período se caracteriza por una permanente crisis política y las causas de esta inestabilidad son diversas.
La lucha de los “nuevos” políticos surgidos por el descontrol de sus grupos, condujo a generar gobiernos de concentración, ya que ningún grupo tenía la capacidad de gobernar por sí solo.
Numerosos intentos de modernización y los fracasos profundizaron el deterioro político y social, desembocando en una gravísima crisis en 1917.
El aumento de los tributos sobre los productos de primera necesidad, las nuevas cargas fiscales, la “revolución desde arriba” por Maura, el intento de desbancar a la vieja casta caciquil, una reforma electoral en 1907 que intento acabar con la corrupción y democratizar el sistema político, pero que no lo consiguió, son motivos del desequilibrio.
Éste desequilibrio provocó sucesos trágicos, como la Semana Trágica, que acabo con el gobierno conservador de Maura, propiciada también por la Guerra de Marruecos.
No hubieron muchos progresos con Canalejas, quién también apostó por una modernización política. Intentó atraer ciertos sectores políticos, limitar el poder de la iglesia, impuesto sobre la renta, Ley de reclutamiento y la promoción de la Ley de Mancomunidades.
Parecía que nada podía dar estabilidad a la situación, así Canalejas termina siendo asesinado en plena Puerta del Sol el doce de noviembre de 1913, por un anarquista, rompiendo el turno de partidos y siendo sucedido por Eduardo Dato por designación del Rey Alfonso XIII, que ante esta situación disuelve el Congreso el 2 de Enero de 1914.
Sin duda una época desequilibrada por cuatro motivos principales, la gran oleada de huelgas, los problemas de la intervención de la iglesia, los problemas militares por la degradación del ejercito y finalmente el asentamiento del movimiento nacionalista catalán.
Y si será caprichosa la historia, que parece que se repite. ¿Cuantas veces nos sucede que cuando analizamos la historia, vemos que determinados hechos se repiten, aunque quizá sin las mismas consecuencias, quizá?
Si analizamos puntualmente este trasfondo que rodea la historia de aquellos tiempos hay muchos puntos en común que nos traen hacia el presente.
El problema sin resolver del nacionalismo catalán, cada día más enervado, la corrupción política y la impunidad del caciquismo político, la creación de leyes para evitar que la “burguesía” pague igual que un ciudadano de a pie por sus errores, la imposición de leyes para la satisfacción eclesiástica, el peso de los impuestos para que el pueblo cargue con las deudas, robos y despilfarres hechos por los mismos gobernantes… parce que la historia caprichosa se repite, aunque de momento sin las mismas consecuencias…
