El
encuentro entre los dos ejércitos se produjo en el llano de Elviña, en
las inmediaciones de la ciudad de A Coruña en la que se hallaban
fondeados los barcos de la Royal Navy dispuestos para la evacuación.
Lejos de actuar como un ejército derrotado y diezmado las tropas
británicas se propusieron proteger la evacuación rechazando los ataques
franceses, normalmente mediante la propia infantería ligera creada por
Moore.
Cogiendo lo mejor que quedaba de sus tropas (entre ellos
los regimientos 51st Highlanders y 95th Rifles), Moore se enfrentó a los
franceses y consiguió evitar la destrucción total, dando a sus
exhaustas tropas el tiempo necesario para embarcar en los transportes
anclados en el puerto. El propio Moore fue herido en el pecho por un
proyectil de cañón durante la batalla, falleciendo poco después en la
ciudad de A Coruña, pero con la satisfacción de ver como su ejército se
salvaba de la destrucción.
El fuego de cobertura de los barcos de
guerra mantuvieron a Soult a distancia permitiendo a los británicos
embarcar sin problemas y retornar sanos y salvos a Gran Bretaña. Los
sucesivos ataques franceses fueron rechazados y el ejército británico se
retiró con una pérdida de aproximadamente 900 bajas (entre muertos y
heridos) incluyendo al propio Sir John Moore. Las bajas francesas
ascendieron a aproximadamente 2.000 hombres. El Mariscal Soult pudo
tomar la ciudad poco después de que la abandonaran las tropas británicas
y, al encontrar el cuerpo del comandante británico, decidió enterrarlo
con los honores que merecía.
El ejército británico, a pesar de su
retirada de la península ibérica, había combatido exitosamente contra
un enemigo mayor y mejor aprovisionado. A pesar de la pérdida de Sir
John Moore, un comandante muy popular, la tropa tenía la sensación de
haber conseguido un triunfo moral (similar a lo que significó Dunkerque
en la Segunda Guerra Mundial), lo que ayudó a mantener la reputación de
los soldados británicos en las subsiguientes contiendas dentro de las
guerras napoleónicas.
Los británicos regresaron a la península
por Portugal en abril de ese mismo año, con tropas de refresco, nuevos
aprovisionamientos y un nuevo comandante, Sir Arthur Wellesley, futuro
Duque de Wellington y que, años más tarde, derrotaría definitivamente a
Napoleón en la Batalla de Waterloo.
http://arete140.blogspot.com.es/2007/04/la-batalla-de-elvia1809.html
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