sábado, 16 de noviembre de 2019

LAS MIL Y UNA NOCHES


Las Mil y una Noches es una adaptación del título de la colección árabe, Alf layla wa-layla, que hace referencia a mil y una noches, si bien el título en persa sólo aludía a mil. Según algunos especialistas, este título podría quizás explicarse por la aversión de los musulmanes hacia los números redondos, o bien por la influencia de la perífrasis turca bin-bir ('mil y uno'), que sirve para designar genéricamente una gran cantidad o un gran número de cosas. En realidad, la colección no incluye un millar de cuentos, sino sólo unos doscientos.
Zobeida castigando a los perros (1865)
Se ignora la fecha de composición de la colección, aunque todos los indicios sugieren que es una obra colectiva, que fue incorporando nuevos cuentos, extraídos la gran mayoría de una tradición oral inmemorial, a lo largo de un período muy dilatado de tiempo. Aunque sus orígenes habría que situarlos, probablemente, en la India o en Indochina (quizás en el área del actual Vietnam), y con toda seguridad en los primeros siglos de la era cristiana, no se conservan textos de la colección hasta la aparición de breves fragmentos en persa y en árabe en el siglo IX. En el siglo X aparecen noticias y documentos algo más extensos, debidos particularmente a algunos autores árabes. Entre ellos hay que citar a Mas`udi (muerto ca. 957) y, sobre todo, a Ibn al-Nadim (muerto en 978), quienes aludieron a una colección de cuentos persas (Hazar afsané) que llevaba ese título, e incluso identificaron inequívocamente algunas de sus historias y personajes con los de Las mil y una noches.
Abu Hasan gana las mil piezas de oro (1865) 
Se cree que las primeras versiones de la colección debieron englobar un número escaso de cuentos. La mayoría de los críticos apunta a un centenar como máximo en los comienzos de la época abasí. En las historias de incorporación cronológicamente más reciente se aprecia una tendencia progresiva hacia la brevedad. Se cree que el corpus debió quedar definitivamente cerrado en torno al siglo XVI.
De Las Mil y Una Noches existen diversos manuscritos que recogen refundiciones muy distintas. Algunas discrepancias entre manuscritos son particularmente notables. Los que fueron tomados como base por el traductor francés del siglo XVIII Antoine Galland incluían, por ejemplo, los famosísimos cuentos de Alí Babá y los cuarenta ladrones y de Aladino y la lámpara maravillosa, que en Occidente se suelen considerar hoy emblemáticos de la colección. Sin embargo, los manuscritos sobre los que se establecieron las versiones árabes no dieron cabida a estos cuentos, y sí a otros que no figuran en las versiones más difundidas en Occidente.
Agib y el eunuco Hassan Bedreddin (1865)
La historia que sirve de armazón a todo el conjunto de cuentos es la de dos reyes hermanos, Shariyar y Shahmazan, que son engañados por sus respectivas esposas. Tras ordenarlas ejecutar y tras decidir no volver a casarse, uno de los reyes decide tomar cada noche una nueva mujer y mandarla matar al amanecer, para no dar ocasión a que se repitiese la traición. La hija del visir del reino, la hermosísima Sahrazad, Scherezad o Sherezade, horrorizada por la muerte de tantas jóvenes inocentes, se ofreció, en contra de la voluntad de su padre, para pasar una noche con el rey. Para sorpresa de la corte, el monarca no decreta su muerte a la mañana siguiente. La estratagema de la que se sirve la joven para eludir su ejecución consiste en contar cuentos uno detrás de otro, y evitar que su conclusión coincida con el alba, lo que obliga al monarca a pedir su continuación en la noche siguiente. Esta situación se repite durante mil y una noches más, hasta que, tras haber tenido tres hijos de la astuta joven, y estar cada día más prendado de su belleza y discreción, además de sus cuentos, el rey decide esposarse con ella. Al mismo tiempo, el otro hermano del rey, Shariyar, se casa con la compañera de la joven.
Aladino observa a la Princesa Badroulboudour camino de los baños (1865)

Las Mil y una Noches es una obra que incluye cuentos narrados, transmitidos y redactados en lenguas, tradiciones y épocas muy diferentes. Se supone que entre ellos hay aportaciones indochinas, indias, persas, iraquíes, egipcias, sirias y judías, entre otras. Entre sus particularidades figura el hecho de que, a diferencia, por ejemplo, de las narraciones de Calila y Dimna, las de Las Mil y Una Noches no tienen una función esencialmente instructiva ni sentenciosa, sino más bien de pura evasión y entretenimiento (aunque no falten tampoco las historias con algún fondo moral).

Baba Abdala y el Califa (1865)
Entre sus cuentos hay algunos puramente maravillosos y fantásticos, y otros de tipo leyendístico. Algunos se han equiparado a las novelas de caballerías. Una gran sección está formada por narraciones de contenido amoroso, entre las que hay algunas de amor heterosexual, y otras de amor entre hombres, entre mujeres, e incluso de bestialismo. También están presentes las narraciones que podrían llamarse picarescas, las humorísticas, y una pequeña representación es de tipo didáctico y edificante. Éstas suelen coincidir con las de menor extensión. Un pequeño grupo tiene también contenidos mágico-místicos.
Camaralzaman encuentra el talisman de la Princesa Badura (1865)
Pese a lo heterogéneo de su estilo y de sus influencias, y a los notables desequilibrios que se aprecian dentro de una obra que nunca se concibió ni se realizó siguiendo un diseño orgánico, el conjunto de Las Mil y Una Noches posee tanta variedad, riqueza, vivacidad y encanto, que está considerada como una de las obras más importantes e influyentes no sólo del género cuentístico, sino también de toda la literatura universal.
Basándose en sus diferencias de contenido y de estilo, algunos especialistas han establecido la siguiente clasificación:
Comprando una bella persa (1865)
-Cuentos de procedencia india e indochina: son los que conforman la estructura principal de la obra, y los de cronología más antigua. Entre sus argumentos hay historias en las que predomina la magia y en las que se aprecian elementos culturales muy arcaicos, pese a que su forma original se advierte alterada por una notable islamización.
El Califa mirando a través de la ventana(1865)
-Cuentos iranios o persas: se caracterizan también por su notable arcaísmo. Los especialistas consideran pertenecientes a esta clase los cuentos en que los protagonistas tienen nombres persas y en que aparecen demonios poderosos, libres y activos.
El Rey Beder transformado en un pájaro
-Cuentos musulmanes iraquíes: son los que, además de estar ambientados en la esplendorosa capital del califato, Bagdad, se centran en historias de amor cortesano de las que está completamente ausente la magia.
Zobeila descubre al joven recitando el Coran (1865)
-Cuentos musulmanes egipcios: son los que, aunque se desarrollen también en Bagdad, dan entrada a numerosos elementos mágicos, especialmente a los que tratan sobre genios y demonios sometidos al poder de talismanes, etc. Estos cuentos debieron empezar a introducirse en la colección en la época fatimí, y alcanzaron su máximo desarrollo en la época de los mamelucos (siglos XII-XV).
El jorobado canta a la esposa del sastre (1865)
-Cuentos de otras procedencias: en Las Mil y Una Noches hay cuentos de muchas otras procedencias (babilonia, preislámica, etc.). Entre este tipo de narraciones figuran algunas tan importantes como las de La doncella Teodor (noches 436-462), o la de Sindbad el Marino (noches 537-566). Notable parece también la aportación judía. Por ejemplo, entre las noches 482-536 se cuenta la Historia de Hasib, que contiene elementos tan inequívocamente judíos que han hecho pensar en la existencia de dos recensiones egipcias: la primera árabe, y la segunda compilada por un judío islamizado de finales del siglo XV. Este último habría introducido personajes judíos caracterizados muy favorablemente, así como historias y leyendas procedentes de la Biblia y de la Hagadá hebreas.                                                             
          
            Morgania baila ante Houssein (1865)
Diversos cuentos de Las mil y Una Noches fueron conocidos en la Edad Media europea, a través posiblemente de versiones árabes y judías en su mayoría perdidas. En la Disciplina Clericalis del judío Pedro Alfonso, en El conde Lucanor del infante don Juan Manuel, en el Decamerón de Boccaccio, en el Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, y en todas las grandes obras cuentísticas y fantásticas de la Edad Media, se advierte inequívocamente su influencia.
El Mago demanda a Aladino que renuncie a su lampara (1865)
Sus ecos han fecundado, además, numerosas obras de la literatura posterior, y así, el cuento de El caballo de ébano de las noches 357-371 se ha considerado un precedente directo del caballo Clavileño que aparece en el QuijoteBandelloRabelaisTimonedaLope de Vega y muchos otros autores europeos del Renacimiento y del Barroco también se inspiraron en sus cuentos, a través de la complicada red de versiones y derivados intermedios que fue generando.


La Reina Labe se desvela ante el Rey Beder (1865)
Entre 1704 y 1717, el diplomático y orientalista francés Antoine Galland (1646-1715), buen conocedor del árabe, del persa, del turco y del hebreo, que había aprendido en sus destinos orientales, hizo la primera traducción a una lengua europea, el francés, basada en diversos manuscritos árabes e incluso en cuentos escuchados por él de la tradición oral. El éxito de la colección fue fulminante, y fomentó que en el mismo siglo XVIII se tradujese al alemán, al italiano, al flamenco, al danés, al ruso y a otras lenguas europeas. Posteriormente aparecerían las importantes traducciones de los ingleses E. W. Lane (1839-1841) y Burton (1885), del francés J. C. Mardrus (1899), del alemán Littmann (1921-1928), etc. En España, el célebre novelista Vicente Blasco Ibáñez realizó una traducción de la francesa de Mardrus, que vio la luz en 1910.
Fetnab y el Califa (1865)

La rama de traducciones europeas suele ser muy diferente de las traducciones realizadas en el mundo árabe, entre las que se pueden señalar las versiones de Calcuta (1814 y 1839-1842), de Beirut (1888-1890) y de El Cairo (1910). Estas versiones árabes suelen omitir cuentos tan célebres como los de Aladino y la lámpara maravillosa y Alí Babá y los cuarenta ladrones, e introducir otros menos frecuentes en las versiones europeas. Aunque, en un principio, los críticos árabes no consideraron muy favorablemente el nivel literario de la colección, su celebridad en Occidente acabó estimulando su aprecio y su estudio también en el ámbito musulmán.
La bella esclaba (1865)
Las ilustraciones de corresponden a la obra “Dalziel's Illustrated Arabian nights' entertainments” en una edición de 1865, publicada por Ward and Lock de Londres, como referencia de los trabajos de los hermanos Dalziel. Está ilustrada con más de 200 grabados de dibujos a plumilla, realizados por varios artistas entre ellos dos de los hermanos Dalziel (Thomas y Eduardo) , Arthur Boyd Houghton, John Everett Millais y otros.
La princesa de Bengala (1865)
The Dalziel Brothers fue una empresa muy productiva de la época Victoriana fundada en 1839 por George Dalziel (1815-1902) y su hermano Eduardo. A los que se unieron posteriormente John Dalziel y Thomas Dalziel. Todos eran hijos del artista, Alexander Dalziel de Wooler en Northumberland.
Los hermanos Dalziel trabajaron con muchos artistas importantes de la época victoriana, produciendo ilustraciones para revistas y el floreciente mercado del libro de la época. Entre los artistas con los que trabajaron figuran: Arthur Boyd Houghton, Richard Doyle, John Gilbert, William Holman Hunt, John Everett Millais, Dante Gabriel Rossetti y James McNeill Whistler entre otros.
http://www.enciclonet.com/articulo/las-mil-y-una-noches/
https://www.muyinteresante.es/experience/articulo/cuatro-curiosidades-sobre-las-mil-y-una-noches-941366039713
https://es.wikipedia.org/wiki/Las_mil_y_una_noches

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