jueves, 7 de noviembre de 2019

J.R.R. TOLKIEN Y LAS LENGUAS ARTIFICIALES DE LA FICCIÓN.

Escritor británico de origen sudafricano mundialmente conocido como autor de El señor de los anillos , un verdadero clásico de la literatura fantástica. Aunque el autor ya era sobradamente conocido, en fechas recientes su obra ha alcanzado una difusión todavía mayor gracias a las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson.
J. R. R. Tolkien

Hijo de padres ingleses, vivió en Sudáfrica hasta la muerte de su padre en 1896, año en que se trasladó con su familia a Inglaterra. La conversión de la madre al catolicismo lo marcó profundamente. Estudió en Oxford, y mostró muy pronto un vivo interés por la filología y las antiguas sagas y leyendas nórdicas. Tras participar en la Primera Guerra Mundial, enseñó primero lengua inglesa en la Universidad de Leeds. Profesor de lengua y literatura anglosajona en la Universidad de Oxford, se especializó en la época medieval.
Tras publicar algunos ensayos (Sir Gawain y el caballero verdeBeowulf, inició la creación de una personal mitología inspirada en la saga artúrica y en la épica medieval anglosajona, plagada de elementos fantásticos y de seres y mundos imaginarios. Así, la novela El hobbit narra las vicisitudes de un pueblo apacible y sensato que vive en un mundo llamado Tierra media, junto con elfos, duendes y magos.
El hobbit fue el punto de partida de un ambicioso ciclo épico que se concretó en la trilogía de El señor de los anillos , dividida en tres volúmenes: La comunidad del anillo , Las dos torres  y El retorno del rey . Dirigida a un público adulto, la obra de Tolkien encontró a mediados de la década de 1960 una gran acogida, hasta el extremo de convertirse en libro de culto y dar lugar a un género en alza, la «alta fantasía».
La actividad de J. R. R. Tolkien como novelista es inseparable de la del filólogo. Su goce intelectual por las lenguas antiguas (conocía el griego, el anglosajón, el medio inglés, el galés, el gótico, el finlandés, el islandés antiguo, el noruego antiguo, el alto alemán antiguo) lo llevaba a crear sonidos y a inventar lenguajes, siguiendo un método rigurosamente filológico.
En El señor de los anillos, Tolkien inventa un reino de fantasía cuyos habitantes, los hobbits (seres antropomorfos y más pequeños que los enanos), poseen una lengua propia, con una gramática perfectamente desarrollada. El eje de la narración lo constituye la oposición entre el bien y el mal, que trasciende de lo puramente local de este reino fantástico a la interpretación del mundo actual. Un anillo de poder, arrancado por un hobbit al enemigo de todos los hombres (Gollum), se convierte en el objeto central de la novela. Las propiedades del anillo (objeto que contiene el máximo poder) lo convierten en una amenaza, por lo que se hace necesaria su destrucción
El narrador sostiene que la historia se apoya en el "libro rojo de Westmach", en el que Bilbo Baggins, el más famoso de los hobbits, recogió la historia de su pueblo. Después de años de peregrinaje, los hobbits se han establecido en un lugar llamado Shire. Bilbo ha conseguido arrancarle un anillo al monstruo Gollum y se lo confía a su pariente Frodo. Pero el mago y consejero Gandalf el Gris descubre que, de todos los anillos, éste es el que más poder confiere, y convoca a un consejo que decide destruir el peligroso anillo. Su destrucción debe efectuarse en Mordor, país habitado por los enemigos de los hobbits: los orcs.
Cartel de Las dos torres , de Peter Jackson,
que adaptó con gran éxito la trilogía de Tolkien

De inmediato se funda una cofradía para librar al mundo del anillo, compuesta por hombres y por criaturas fantásticas como los elfos, los enanos y los hobbits. Boromir, uno de los cofrades, sediento de poder, trata de adueñarse del anillo y se rompe la cofradía. En la segunda parte del libro se cuentan las aventuras que viven los miembros de la hermandad, disgregados y debilitados por la traición. Frodo se enfrenta al monstruo de Gollum iluminado por el sabio sentido común propio de los hobbits y logra vencerle. Herido de muerte, entrega el anillo a su servidor y le ordena llevar a término la misión. El anillo de Gollum es destruido y con él el país de Mordor. Frodo, completamente curado, se marcha con Bilbo hacia tierras lejanas. Un amplio apéndice completa este mundo mítico. En él se incluyen sinopsis históricas y genealógicas, tablas cronológicas, un calendario y los signos alfabéticos de los hobbits.
Inspirado en las leyendas nórdicas y artúricas, el libro puede leerse como una alegoría sobre la búsqueda espiritual, tarea especialmente difícil en una época de crisis de valores. Las leyendas de la cultura anglosajona, y en especial la leyenda de Beowulf, constituyeron la fuente de inspiración para crear sus personajes fantásticos, muchos de ellos con una intencionalidad claramente simbólica.
Crónica histórica, alegoría o utopía, la importancia de El señor de los anillos reside, sobre todo, en su valor literario. Tolkien emplea un lenguaje comprensible, con reminiscencias del estilo bíblico y de las antiguas formas literarias inglesas; junto a esas formas tradicionales, convive en la novela un lenguaje desenvuelto, cotidiano y actual del que se sirven casi todos sus personajes fantásticos. Aunque de trama compleja, en la trilogía se consigue la fusión entre motivos aparentemente dispares, que sirven para interpretar las inquietudes y sueños de nuestra época.
Relata el antiguo Testamento que hubo un tiempo en el que todos los hombres de la Tierra hablaban una misma lengua. En aquel entonces, decidieron construir una torre cuya cúspide llegase hasta el cielo. Ante tamaña osadía, Dios se enfureció y optó por frustrar sus planes. Para ello, confundió sus lenguajes y los hombres, incapaces de entenderse los unos a los otros, abandonaron el proyecto. Poco más cuenta el mito de la Torre de Babel sobre la creación de las lenguas, pero si la historia continuase tendría que explicar cómo la derrota de los hombres tan sólo fue temporal. Las diferentes lenguas pudieron ser una barrera al principio, pero pronto se convirtieron en germen de múltiples y ricas culturas y fueron empleadas como sofisticadas herramientas con las que crear poesía, filosofía, música... e incluso nuevas lenguas, los llamados idiomas artificiales o conlang. No son pocos los idiomas construidos por el ser humano a partir del estudio de las llamadas lenguas naturales. Los hay auxiliares como el esperanto, filosóficos como el Toki Pona y ficcionales, como los muchos creados por el cine y la literatura. Son estos, por su origen, los más populares. No hace falta ser un estudioso de Tolkien para saber que mellon es "amigo" en élfico —muy útil si alguna vez quieres abrir la puerta de las minas de Moria para atravesar las Montañas Nubladas— y no es necesario aprender alto valyrio para conocer la respuesta a valar morghulis ("todos los hombres deben morir"), frase repetida una y mil veces en las páginas de Canción de Hielo y Fuego.


Pero hay quien va aún más allá de las manidas frases de libros, películas y series de televisión, fans que deciden investigar o incluso ampliar los idiomas creados en ficciones como El Señor de los Anillos y Star Trek. Nadie lo tiene tan fácil como los seguidores de J.R.R. Tolkien, apasionado de los idiomas que ya de pequeño se entretenía inventando los suyos propios y que creó a lo largo de su vida más de 15 ideolenguas, algunas con un alto grado de desarrollo. Las más completas son el sindarin y el quenya o alto élfico, ambas habladas por los inmortales personajes de orejas puntiagudas que habitaban la Tierra Media. Sin embargo, a pesar del talento de Tolkien, existen muchas dificultades para aprender estar lenguas. "Las razones son varias: primero, él nunca las creó con la idea de que otras personas las aprendieran. Así que no se preocupó de crear materiales didácticos, explicaciones detalladas, etc. Además, iba creando las lenguas en desorden, según le apetecía, con lo que hay partes muy desarrolladas y otras muy poco", explica Josu Gómez, filólogo y miembro de la Sociedad Tolkien Española. "Además, fue cambiando cosas de un año para otro, con lo que hay partes de sus descripciones que se contradicen", añade. Si escribirlas es complicado, hablarlas es casi imposible. "Hay que tener en cuenta que Tolkien creó estas lenguas con propósito artístico, para que sonaran bien, no para que fueran un instrumento de comunicación normal. Por eso le falta muchísimo vocabulario de uso común. No sabemos cómo se dice "mesa", por ejemplo", cuenta el filólogo, quien explica que ha habido personas que se han molestado en crear "palabras nuevas basadas en raíces élficas anteriores". "En cualquier caso, no existe forma de practicarlo; no hay nadie que lo pueda hablar con fluidez, en ningún lugar del mundo. De hecho, hay estudiosos que opinan que no habría que intentarlo siquiera: el objetivo de Tolkien es que fueran lenguas artísticas, pensadas para crear poemas, canciones, etc, no para hablar del partido de fútbol del fin de semana, por ejemplo", sentencia. A pesar de todos estos obstáculos, tanto el sindarin como el quenya tienen características similares a otros idiomas, lo que hace posible su estudio. "El quenya es muy parecido al finés (con su estructura semiaglutinante, su sistema de casos...) y el sindarin es muy parecido al galés (con sus mutaciones vocálicas, sus plurales irregulares...)", detalla Josu Gómez. Si se sabe inglés, la mejor opción para aprender élfico son los cursos Quenya Course, del noruego Helge Fauskangerm y A gateway to Sindarin, de David Salo, asesor de Peter Jackson en las películas en lo referente a las lenguas. Klingon, dothraki y otras lenguas artificiales En el terreno audiovisual, el idioma mas destacado es el klingon, hablado por los miembros de la raza homónima del universo de Star Trek. El actor James Doohan creó los sonidos básicos y unas cuantas palabras para Star Trek: La película (1979), el primer filme basado en la serie original. Partiendo de esa base, el lingüista estadounidense Marc Okrand amplió la lengua con nuevo vocabulario y una gramática completa que se utilizaría desde Star Trek III: En busca de Spock en adelante. Se trata de una lengua gutural, entrecortada y muy tosca, con un léxico muy centrado en la guerra. De este modo, igual que los esquimales poseen múltiples términos para referirse a la nieve, los klingon cuentan con varias palabras que significan "luchar" que expresan diferentes grados de intensidad. La lengua está estructurada de forma que parezca un lenguaje alienígena y, a diferencia de lo que sucede con el élfico, no pretende transmitir belleza y armonía sino mensajes prácticos y directos.


El klingon forma parte central de la cultura trekkie y es habitual escucharlo en convenciones de fans de la serie y las películas, donde a menudo se repiten expresiones como nuqneH ("¿qué es lo que quieres?") o Qapla' (palabra con la que se desea honor y fortuna a alguien), pero no muchos saben ir más allá de esas pocas palabras. "La mejor manera de aprenderlo es apuntarse al Instituto de Lengua Klingon, que se encuentra en Estados Unidos", asegura Raúl García Tejedor, organizador del salón del cómic Imaginamálaga y autor del libro Star Trek: El imperio Klingon, una fuente mucho más accesible a la hora de sumergirse en la cultura de esta belicosa raza. En Internet es posible encontrar gran cantidad de información y guías para aprender klingon o, al menos, frases como bortaS blr jablu'Dl'reH QaQuq' nay' ("la venganza es un plato que se sirve frío") y Heghlu'meH QaQ jajvam ("hoy es un buen día para morir"), sentencias muy contundentes que lo son aún más cuando se dicen en voz alta, ya que "el klingon es un idioma de fuerte pronunciación, como el alemán". Destaca especialmente la aportación de Bing, el buscador de Microsoft, que ha incluido está lengua como una más dentro su traductor online. A pesar de su limitado vocabulario, se han editado ya tres clásicos de la literatura universal traducidos al idioma predilecto de los chicos de The Big Bang Theory: Gilgamesh (ghİlghameS), Hamlet y Mucho ruido y pocas nueces (paghmo' tİn mİS). Al famoso idioma trekkie le ha salido un duro competidor, el dothraki, lengua nacida en la saga literaria Canción de Hielo y Fuego y popularizada a nivel masivo gracias a la serie Juego de Tronos. El escritor George R.R. Martin imaginó el idioma y creó las primeras palabras, pero fue el lingüista David J. Peterson quien amplió el vocabulario y construyó y perfeccionó la gramática, sobre todo después de que la HBO recurriese a la Sociedad para la creación de idiomas antes de comenzar a rodar la ficción televisiva.


Peterson tomó como base las pocas palabras dothraki existentes, las mezcló con elementos de lenguas como el ruso, el turco y el swahili y construyó el idioma basándose en dos pereceptos: que fuese acorde con los usos que ya se le había dado en los libros y que fuese fácil de aprender y pronunciar para los actores. El fenómeno fan generado por la serie ha disparado el interés por esta lengua. Conscientes de esta realidad, la HBO y el propio Peterson han lanzado Living Language Dothraki, un libro con más de 500 frases y palabras útiles para la vida cotidiana que viene acompañado además por un CD que ayuda a mejorar la pronunciación.Al margen de los productos oficiales también es posible encontrar apps como Diccionario Dothraki y Eduxeso - Dothraki language. Existen además multitud de sitios web en los que aprenderla, así que cada vez es más sencillo mantener una relación  en la lengua de los señores de los caballos. Yer jalan atthirari anni ("Eres la luna de mi vida"), dirá él; Sekh ma shieraki anni ("·Eres mi sol y mis estrellas"), responderá ella. Aunque de momento no ha logrado tanta repercusión, el na'vi —la lengua que hablan los azules habitantes del planeta Pandora, de la película Avatar— también tuvo su momento de gloria gracias al furor generado por la tridimensional cinta de aventuras de James Cameron. Fue creada por el profesor y lingüista Paul Frommer. Su vocabulario estaba formado en 2009 por unas quinientas palabras, pero esa cifra ha ido creciendo gracias a las aportaciones de los fans consentidas por el propio Frommer. Es previsible que, cuando vean las luz mas películas de la saga —en teoría existen varias en  desarrollo cuyo estreno no para de retrasarse—, será normal escuchar algo así como Kaltxì. Ngaru lu fpom srak? ("Hola, ¿Cómo estás?"). A la historia de la literatura ha pasado el nasdat. No se trata de un idioma sino de una jerga juvenil ideada por el escritor Anthony Burgess para La naranja mecánica. Consiste en la sustitución de palabras convencionales por otras extraidas de lenguajes eslavos, sobre todo el ruso. En las primeras ediciones, la novela no incluía ningún glosario, pero ahora es raro encontrarse con una que no lo lleve. Se popularizó sobre todo a raíz de la adaptación cinematográfica de 1971 realizada por Stanley Kubrick, en la que la jerga se simplificó bastante para hacerla más comprensible a los espectadores. A cualquiera familiarizado con la obra le sonarán palabras como militsos ("policía"), drugos ("amigos") o ruca ("mano"). El idioma con el que nadie se ha atrevido aún es el shyriiwook, la lengua principal de los wookiees, la raza a la que pertenece el entrañable Chewbacca de Star Wars. Descifrarla sería todo un reto para los lingüistas... o para los zoólogos, no está muy claro.

https://noitabrega.wordpress.com/2015/02/10/el-hobbit-solo-un-mundo-de-fantasia/
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/tolkien.htm#:~:text=Ronald%20Reuel%20Tolkien-,John%20Ronald%20Reuel%20Tolkien,cl%C3%A1sico%20de%20la%20literatura%20fant%C3%A1stica.
https://www.20minutos.es/noticia/2260261/0/lenguas-inventadas/literatura/ficcion/
https://elcorreoweb.es/aladar/el-maravilloso-mundo-de-las-lenguas-inventadas-HD885889

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