El Senet fue el juego de tablero más popular e importante del
antiguo Egipto. Los restos arqueológicos apuntan al hecho de que era
jugado por el pueblo y por todas las capas sociales egipcias.
Es uno de los juegos de mesa más antiguos que se conocen
junto con el oware (también llamado Wari, entre otros muchos
nombres dependiendo del toponimo del lugar uterritorio) o el Juego
Real de Ur.
La referencia conocida más antigua al Senet está pintada en
una pared en la tumba de Hesy, durante la dinastía III (c.
2650 a. C.), que lo muestra siendo jugado con siete peones por
jugador (en otras pinturas se representa con diez peones por
jugador).
Se cree que el juego gozaba de cierta importancia, debido al
descubrimiento de varios tableros en tumbas importantes, como los
cuatro juegos del Senet que fueron encontrados en la tumba
de Tutankamon. Incluso hay arqueólogos que afirman que tenía
cierto carácter mágico o simbólico y que los egipcios creían que
debían enfrentarse a alguna deidad jugando al mismo en su tránsito
hacia el más allá, teniendo mucho que ver el resultado de la partida
con su destino en el mismo. Esto último se deduce porque en algunas tumbas se representa al difunto jugando contra un contrincante
invisible y por las referencias en el Libro de los Muertos.
Era posiblemente el juego más popular del Antiguo Egipto, ya
que se han encontrado juegos de Senet o partes del mismo en un
gran número de tumbas, tanto de nobles como del pueblo llano, y
hay varios frescos que representan a faraones o nobles y esclavos
jugando al mismo tiempo.
El juego del Senet es uno de los más antiguos constatados, y aunque su popularidad alcanzó una cota muy elevada durante el Reino Nuevo, los primeros vestigios arqueológicos sobre el mismo datan del Periodo Predinástico, de una tumba de El-Mahasna, cerca de Abydos. Ya durante el Reino Antiguo aparecerá junto a otro juego muy popular, el Mehen, en la tumba de Hesyre, un oficial del rey Djeser de la III Dinastía.
No será hasta la VI Dinastía cuando nos encontramos, por primera vez, el nombre del juego: snt. Concretamente apareció en la tumba del principe Rahotep (cerca del 2620 a. C.) dentro de una lista de objetos que el difunto quería llevarse al más allá.
A partir de entonces y sobre todo durante el Reino Nuevo, las representaciones en los muros de las tumbas del juego e incluso juegos reales, fueron hallados en numerosísimas tumbas, seguramente para servir de distracción al difunto (por lo menos hasta el Reino Nuevo, luego las cosas cambian). Sólo en las excavaciones arqueológicas se han hallado unos 120 ejemplares y de todo tipo de materiales, desde arcilla, pasando por piedra e incluso madera chapada de marfil.
Asimismo, el juego se expandió por Sudán, Chipre y Fenicia. Y una derivación del mismo sobrevive en la actualidad con el nombre árabe de al-tab al sigah, reconocido por el propio Howard Carter cuando encontró hasta seis tableros en la tumba de Tutankhamon.
El nombre de snt en egipcio antiguo significa “pasar, ir”, aunque también se le conocía como el “juego de las treinta casillas” o simplemente como el “juego de las treinta”. Estas nomenclaturas nos hacen referencia a los movimientos principales de las piezas, que es atravesar las treinta casillas de las que consta el tablero.
Es un juego para dos, y los contrincantes se sitúan uno enfrente del otro, con el tablero de por medio. Dicho tablero es muy sencillo: es un rectángulo de treinta casillas formadas en tres filas paralelas de diez casillas cada una. Dichas casillas reciben el nombre de prw “casas”, y el avance por las mismas se hace en forma de S.
Senet con los dos tipos principales de fichas (XVIII Dinastía)
El número de piezas de cada jugador es el mismo, aunque varía a lo largo del tiempo, va desde 5 a 10, siendo lo más habitual el juego con 7 piezas, y las fichas de cada oponente tiene una determinada forma y color. Las piezas se llaman ibaw “danzarinas/bailarinas” y las tenemos en forma de peón (cuyo signo jeroglífico sirve como determinativo de las palabras relacionadas con el término “juego”) y de carrete/bobina. También tenemos formas zoomorfas, como en forma de león, esfinge o chacal, e incluso figuras divinas (como el dios Bes) y humanas.
Pieza de Senet con forma de Bes (Reino Nuevo)
Para este juego, los antiguos egipcios no utilizaban dados sino los llamados “palos arrojadizos” y “astrágalos”.
Palos arrojadizos de madera (Reino Nuevo)
También se podía emplear el astrágalo empleado como dado de juego. Se lanzaría el astrágado y dependiento del lado que cayese, la pieza se movería x casillas.
Astrágalo (Reino Nuevo)
Bajo los reinados de Seti I y Ramsés II (XIX Dinastía), el renacimiento del culto a Osiris hizo del Senet un elemento fundamental para el mundo funerario: ganar en el senet era alcanzar el más allá, una victoria sobre las criaturas del mundo inferior.
La iconografía funeraria va a integrar al Senet en su registro, apareciendo incluso en el Libro de los Muertos, concretamente en el capítulo 17: el difunto alcanzará la resurrección si gana en el juego. Es por eso por lo que nos encontraremos en numerosas ocasiones, al difunto jugando con un contrincante invisible al Senet.
Esta nueva visión no afecta al modo de juego, aunque si es de destacar que ahora, todas las casillas van a contener una imagen: dios Toth, pilar djed, Maat, libaciones, etc. Todas estas imágenes se han podido reconstruir gracias a los juegos de Senet hallados mediante excavaciones arqueológicas y gracias a un papiro conservado en la actualidad en Turín.
La reina Nefertari jugando al Senet
Era un juego tanto para ricos como para pobres, pues todos tenían la necesidad de divertirse y entretenerse. Hoy en día el juego se ha perdido, y solo los aficionados a la egiptología lo conoce como tal, e incluso podemos comprar tableros con todo tipo de detalles.
http://museodeljuego.org/wp-content/uploads/contenidos_0000001241_docu1.pdf
https://egiptologia.com/que-como-juega-senet/
http://www.egiptomania.com/jeroglificos/articulo/senet.htm
https://sobreegipto.com/2012/10/30/senet-juego-del-antiguo-egipto/
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