sábado, 8 de junio de 2019

PATIO DE LOS LEONES



Cuando Mohamed V sucedió a su padre Yusuf I (1377), no se limitó a terminar las reformas que éste había comenzado, sino que comenzó a construir lo que sería su gran obra, el magnífico legado que nos dejó en la Alhambra: el Palacio de los Leones. Este palacio constituía las estancias privadas de la familia real, y se construyó en el ángulo que forman los Baños y el Patio de los Arrayanes.
El palacio está compuesto por un patio central rodeado de galerías de columnas a modo de claustro cristiano, que permite el acceso a distintas salas: al oeste la de los Mocárabes, al este la de los Reyes, al norte la de Dos Hermanas, Ajimeces y Mirador de Daraxa y al sur la de los Abencerrajes y el Harén. No hay ventanas que miren al exterior, pero sí hay un jardín interior como corresponde a la idea musulmana del paraíso. Lo que hoy es tierra en el patio, fue jardín. De cada sala fluyen 4 arroyos que van al centro: los 4 ríos del paraíso. Las columnas se unen con paños calados que dejan pasar la luz. Fustes cilíndricos muy delgados, anillos en la parte superior, capiteles cúbicos sobre los que corren inscripciones. Las planchas grises de plomo son amortiguadores para los terremotos. Los dos templetes que avanzan a los dos lados opuestos del patio son como un recuerdo de la tienda de campaña de los beduinos. Son de planta cuadrada, decorados con cúpulas de madera que se apoyan en pechinas de mocárabes. El alero es obra del siglo XIX. Toda la galería está techada con artesonado de lacería.

Se sabe que del Patio de los Leones o Sahan-al Osud actual no había nada más que la Sala de Dos Hermanas el 30 de diciembre de 1362, reinando Mohammed V, y que a partir de esa fecha se construyeron el resto de edificaciones que lo encierran. Este espacio abierto del Palacio de Los Leones se configura como un patio de crucero que suponía una ruptura con sus precedentes en la propia Alhambra, lo que ha llevado a los historiadores y estudiosos a analizarlo minuciosamente. Algunos ven influencia de los patios claustrales de los monasterios de la propia Península Ibérica, o de los palatinos como el normando de la Siza en Palermo, mientras que otros consideran que proviene de una tradición norteafricana cuyo antecedente sería el palacio Zirí de Asir en Argelia.

El Palacio de los Leones no es una casa con jardín sino
un jardín con casa que debería ser contemplado desde
las esquinas y a ras del suelo para responder mejor a la
"forma de mirar" de sus constructores" musulmanes
Sea como fuere, el espíritu de jardín puede apreciarse con intensidad en el planteamiento del Patio de los Leones y sus salas inmediatas, lugares destinados a la vida íntima de los soberanos de la Alhambra. El cielo y la luminosidad, con el mismo criterio del patio privado de la vivienda nazarí, constituye aquí un elemento de singular importancia, con la luz atravesando los calados de las yeserías de los paramentos decorados de sebka. Las columnas soportan unas pilastras sobre las que se apoya una estructura adintelada. Los espacios entre pilastra y pilastra están ocupados por superficies de sebka caladas o "de cortina" que no tienen otra función que la de decorar, que nos recuerdan a la vegetación de  la copa de los árboles, en este caso en yeso y mármol.
Investigaciones actuales apuntan que el patio, de forma rectangular de 28.5 por 17.5 metros y orientado este-oeste, debió de estar pavimentado con losas de mármol y tal vez arriates para árboles de pequeño porte, disponiendo de un jardín al norte del palacio, en la terraza inferior, ante la qubba mayor, donde hoy se encuentra el patio de la Lindaraja.
La última restauración del Patio de los Leones ha puesto
de manifiesto la posibilidad de que estuviera cubierto de
losas de mármol, y no ajardinado como se venía pensando
hasta el momento; aunque sí contaría con arriates como este


Este patio de crucero, simboliza el Paraíso, con una descripción común en la religión cristiana y musulmana, cuya ramificación de los cuatro ríos vendría representada por los cuatro andenes o brazos que parten de los ejes cardinales y que portan unos canalillos con agua que, procedentes de varias fuentes circulares rehundidas en el pavimento, llamadas pilas esquemáticas, confluyen en la fuente central: la Fuente de los Leones.

Una de las cuatro pequeñas fuentes rehundidas en el pavimento,
llamadas pilas esquemáticas y que a través de canalillos llevan
su agua hasta la fuente central de los Leones


Rodeando todo el perímetro del patio, una galería porticada formada por arcos sostenidos por 124 columnas de mármol de Macael -cuyos capiteles cúbicos, policromados en su día, tienen una gran variedad en la riqueza decorativa que no es apreciable a simple vista- que siguen el sistema proporcional trazado a partir de la diagonal de un cuadrado. Observando detenidamente las columnas, pueden verse pequeños trozos de plomo en las juntas, confiriéndoles mayor flexibilidad, para soportar los tan frecuentes terremotos de la zona. 

El alero de madera tallada y ensamblada, con canecillos bellamente
esculpidos, estuvo policromado en época nazarí, protege en
saledizo la decoración de los arcos y columnas, así como la banda
epigráfica con la divisa real nazarí: "Sólo Allah es vencedor"
Con todo, la simetría del patio no está completa; las dos esquinas del lado este se resuelven con tres columnas, mientras que la oeste emplea cuatro. La galería este presenta a cada lado del templete dos grupos de dos columnas y una aislada, mientras que en la oeste la serie es de 1-1-2.



Las columnas que sostienen el pórtico del Patio de los Leones
aparecen tanto aisladas como en grupos de dos, de tres y de cuatro;
su disposición y número ha motivado diversos estudios sobre su
posible simbología e intenciones a través de condicionantes
matemáticos muy complejos
Los lados norte y sur sí son simétricos, compuestos por un arco central de medio punto con archivolta de mocárabes que señalan la entrada a las salas de Abencerrajes al sur y Dos hermanas al Norte. Además ambos pórticos cuentan, de derecha a izquierda, con otros cinco arcos más pequeños y con la misma cimbra y, en los extremos, tres claros de ojiva y colgantes estalactíticos y enjutas adornadas de rosetones y ataurique.
Lado sur del Patio de los Leones, donde destaca el arco central
de medio punto con archivolta de mocárabes que señala la
entrada a la sala de Abencerrajes
En los lados más estrechos del patio sobresalen sendos pabellones  sostenidos por doce arcos de estalactitas apoyados en veinte columnas. Estos templetes carecen de antecedentes claros en la tradición arquitectónica islámica, sustituyendo en todo caso a las características albercas enfrentadas que hubo en otros palacios hispanomusulmanes anteriores, reducidas aquí a sutidores o fuentes esquemáticas que refrescan el ambiente, por las que fluye el agua desde los cuatro lados hasta la Fuente de los Leones. Estos quioscos de planta cuadrada estan cubiertos con techos cupulares semiesféricos de madera con labor de lazo que aún conservan restos de policromía y que se apoyan en un friso y pechina de  mocárabes.


En los lados menores del patio (este y oeste) se levantan dos
 templetes -uno de ellos en esta imagen- a modo de quiosco
oriental, cobijando una fuentecilla en cada uno de ellos,
perteneciendo también a la imagen del jardín paradisíaco,
ya que el Corán habla del Paraíso como altos baldaquinos
(rafraf) o tiendas, toldos que flotan sobre delicadas columnas



Estos canalillos en el suelo representan los cuatro ríos del Paraíso

La Fuente de los Leones es el mejor exponente de uno de los aportes más significativos de los nazaríes al desarrollo: la ingeniería del agua llevada al refinamiento. Conocían los sistemas de regadío dependientes de inundaciones periódicas y los anticuados acueductos romanos que ignoraban la ley de los vasos comunicantes, pero la red de canalización granadina basada en el discurrir natural del agua supuso una verdadera revolución agrícola y social que maravillaba a cuantos viajeros visitaban el reino nazarí de Granada.

Simplificación del sistema hidráulico de la Fuente de los Leones

Los palacios, como toda la Alhambra, recibían el agua de la Acequia Real, que en la parte más alta de la medina palatina se remansaba en una alberca cuya altura le proporcionaba a presión necesaria. Incluso se ha especulado con el hecho de que los palacios reales no se encuentren en el punto más elevado de la colina de la Alhambra por disponer de presión suficiente para hacer funcionar fuentes y canalillos, elementos cruciales en la arquitectura nazarí.
Heredera de la tradición islámica en Oriente de utilizar como surtidores figuras o cabezas de animales, que fue difundida en Al-Ándalus a partir del siglo X. Según algunos investigadores, el origen de esta tradición se encuentra en el "Mar de Bronce" del templo de Jerusalén descrito en la Biblia, sustituyéndose aquí los doce toros por leones.


Según la tradición, los doce leones de mármol, podrían provenir
de un antiguo palacio zirí que construyó en el siglo XI el visir
judío Ibn Nagrela en la zona de la actual Alcazaba de la Alhambra

Aunque similares, las figuras son diferentes entre sí, mostrando un minucioso detalle de ejecución. El bloque de mármol debió de ser escogido por el tallista, que usó las vetas naturales de la piedra para acrecentar el modelado de cada figura y sus formas redondeadas, marcando los pelajes de la melena, también diferentes en cada uno de los leones, y las fauces entreabiertas con sus pliegues, detalles tan delicados como el vello de las extremidades y la singularidad de cada dedo, en consonancia con la decoración naturalista del palacio.
Dispuestas a espaldas de la fuente, con una actitud simbólica intencionada, todos ellos se encuentran en postura de alerta, colas replegadas, orejas levantadas, dientes apretados, actitud tensa, expectantes a la orden de su señor, el rey de Granada. Por otro lado, la asociación con el agua, fuente de vida y purificadora, con la imagen del león, guardián del poder, integrado simbólicamente en las tradiciones de las grandes religiones monoteístas.
La pila de la fuente o taza de la fuente (llamada en árabe manhuta min lú'lú o escultura de perlas) esta tallada in situ en un bloque de mármol blanco con forma dodecagonal, que sería escogido por los maestros artesanos, como ocurriera con los doce leones que la soportan sobre sus espaldas. Probablemente fue tallada por medio de un ingenioso sistema hidráulico le permitía mantener un nivel constante de agua, como se describe y exalta mediante sugerentes metáforas en los doce versos de una qasida o poema árabe, compuesto por el visir y poeta Ibn Zamrak -la qasida madre original fue descubierta por Dernburg en el códice 1377 de la Biblioteca Real de París- alabando al rey que la mandó construir, tallado en bella caligrafía árabe, el borde exterior de la taza. Toda la fuente recibió, además una sutil policromía que resaltaba los elementos decorativos, desgraciadamente perdida tras siglos de agresivas limpiezas mecánicas.

El agua llegaba con la presión natural bastante alta debido al
desnivel, pero al subir por las anchas tuberías perdía fuerza para
acceder a la taza mansamente. Este sumidero que toma el agua
para las bocas de los leones, y a poca distancia por debajo de las
entradas de agua, calculados de forma que el nivel del agua fuera
constante y el equilibrio de presiones y fluido uniforme. Hoy en día
el ingenio hidráulico original esta desmontado y puede admirarse
en el Museo Arqueológico del Palacio de Carlos V de La Alhambra


Cada verso ocupa uno de los doce lados de la taza de la fuente, esculpidos en caligrafía cursiva en el interior de una cartela rectangular con los lados menores lobulados. En las esquinas, estas cartelas se entrelazan con un círculo polilobulado que rodea el escudo real nazarí. El poema comienza en el lado norte de  la fuente, frente a la Sala de Dos Hermanas y al Mirador de Lindaraja, continuando por la izquierda siguiendo el sentido de las agujas del reloj.


¡Bendito sea Aquel que dio al imán Mohammed  
ideas que embellecen sus mansiones! 
¿No hay en este jardín maravillas 
que Dios no quiso que semejantes hallara la hermosura? 
Tallada de perlas, de diáfana luz 
engalanada toda ella está por el aljófar derramado. 
Líquida plata entre joyas fluyente, 
con la belleza de éstas, blanca y transparente. 
Tan semejante lo que fluye es a lo inerte 
que no sabemos cuál de ambos discurre. 
¿No ves que el agua por su taza corre 
pero ésta le cierra su cause,  
igual que un amante cuyas lágrimas van a desbordarse 
y que por temor al delator las retiene? 
Y es que en verdad no es sino una nube 
de la que manan canales hacia los leones, 
lo mismo que la mano del califa 
dones hacia los leones de la guerra mana.  
¡Oh tú que los Ansar por línea directa heredaste 
un sublime legado que a las firmes montañas menosprecia! 
La paz de Dios sea contigo, vive por siempre, 
repítanse tus celebraciones y tus enemigos abátanse.


Ibn Zamrak para Mohammed V

Sin duda, el patio de los Leones es un ejemplo de integración de la arquitectura con el agua, donde la Fuente de los Leones reparte desde el centro del patio el agua por todo el palacio, significando un claro elemento visual de unión con sus costados.

https://www.alhambra.info/palacio-leones.html#:~:text=Cuando%20Mohamed%20V%20sucedi%C3%B3%20a,el%20Palacio%20de%20los%20Leones.
http://legadonazari.blogspot.com/2020/07/fuente-de-los-leones-palacio-de-los.html
https://rinconesdegranada.com/patio-de-los-leones

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