En el lado septentrional del Patio de los Leones, es decir al norte, se encuentra esta sala, la Sala de las Dos Hermanas (también conocida por Sala de las Losas). Se desconoce el nombre original que recibió este espacio durante el dominio nazarí, aunque actualmente se la conoce como Sala de las Dos Hermanas por las dos grandes losas de mármol de Macael que existen en el suelo del centro de la sala, a cada lado de la fuentecilla central. En un poema de Ibn al-Jatib ya se recoge una cita coránica en la que se alude a las Dos Hermanas.
Sin embargo, Yusuf III denominaba a esta sala como Cúpula Mayor del Jardín Feliz o al-Qubba al-kubra en el encabezamiento del poema que aquí se grabó en las tacas del primer arco de acceso en seis versos -tres a cada lado- que aunque desaparecieron del lugar, el rey nazarí lo conservó y dice así:
Sin embargo, Yusuf III denominaba a esta sala como Cúpula Mayor del Jardín Feliz o al-Qubba al-kubra en el encabezamiento del poema que aquí se grabó en las tacas del primer arco de acceso en seis versos -tres a cada lado- que aunque desaparecieron del lugar, el rey nazarí lo conservó y dice así:
Estos arcos a los astros semejantes
obra son de quien hace nobles a los reyes.
Es como si su jarrón fuera
con el panegírico ensartado en su corona.
Mira, pues, una belleza que a las gentes de juicio espantara
que otra sarta [de versos] desearas.
¡Oh alcázar!, gracias al imán Mohammed
que es quien con su belleza te engalana,
y quien te ha brindado este hermosos jardín
en el que las flores sonríen cuando tus galas lo hacen florecer.
En el firmamento del califato radiante permanezca,
iluminando las tinieblas con su deslumbrante justicia.
Según un poema rescatado de Ibn al-Jatib, esta sala sería el nuevo mexuar del rey Mohammed V, al fondo del cual el mirador de la Lindaraja le serviría de salón del trono, desde el que poder contemplar la ciudad de Granada. Mientras que para otros, la estancia tendría un carácter eminentemente residencial, destinada a la esposa principal del monarca nazarí y de la familia real en invierno. De este modo estaría justificada la opinión de que en esta estancia habitara, junto con sus hijos, la esposa de Muley Hacén, Aixa, tras haber sido repudiada por el monarca. Otros opinan que estuvo destinada a las damas distinguidas o favoritas que vivían con cierta independencia dentro del harem.
Un gran arco se abre en cada uno de los costados de la sala: los de levante y poniente fueron alcobas, el de la entrada por el Patio de los Leones al sur y el que da acceso a la Sala de los Ajimeces al norte, antecediendo al Mirador de Lindaraja. Por encima de estos arcos hay otros cuatro mucho más pequeños que sirven de ventanas a los aposentos de la parte alta a los que se accede por el corredor de la derecha -frente a la entrada del retrete mencionado en la fotografía- a través de una escalera. Estas estancias superiores tenían un carácter privado, cerradas al público.
Desde el piso inferior, se puede contemplar el mirador cubierto con una pequeña techumbre de madera abierto al patio y que también se puede apreciar desde el Patio de los Leones |
La estancia principal del palacio, sobre la que gira el mismo, es la qubba mayor, en cuyo interior se encuentra la Sala de Dos Hermanas. La planta baja se abría a un huerto-jardín. La distribución de esta vivienda es semejante a la vecina Sala de Abencerrajes, situada enfrente, pero de mayor amplitud y riqueza decorativa. Se diferencia de aquella por estar abierta al exterior y, en la planta alta, posee ventanas al interior de la qubba, cubiertas con delicadas celosías de madera. Sin duda debió de poseer las mejores perspectivas de la Alhambra de la época.
Un canalillo encauza el agua de la pila esquemática del interior de la qubba hasta la fuente de los Leones |
Flanquean la estancia dos alcobas, ligeramente elevadas mediante un peldaño, en cuyo interior se encuentra el habitual alhamí o compartimento para el reposo, situado al extremo. Ambas estancias presentan en su parte superior una elegante decoración de yesería y magníficos artesonados, así como ventanas al exterior; la de la izquierda fue transformada en puerta para comunicar con las habitaciones añadidas en época cristiana.
Un sobrio pero vistoso zócalo de alicatado diseñado a base de cintas de colores reviste la parte inferior de la qubba. Sobre él corre una inscripción, alternando cartelas rectangulares y circulares, un poema compuesto expresamente por ibn Zamrak para la ceremonia de circuncisión del príncipe, hijo de Mohammed V, que probablemente tuvo lugar aquí. Este poema sustituyó a uno anterior de Ibn al-Jatib que fue borrado a raíz de su exilio.
Este zócalo de azulejos adorna las paredes de la Sala de las Dos hermana, considerándose entre los más bellos y originales de toda La Alhambra por sus reflejos metálicos y composición. |
Este detalle del zócalo muestra el escudo de la Banda, con el emblema de la familia real nazarí, alrededor del cual se desarrolla un laberinto de líneas quebradas sin principio ni fin |
El contrapunto a la decoración de zócalos anteriormente descrita está en los motivos circulares de los zócalos de las jambas de los arcos de entrada de la zona norte |
La planta cuadrada de la sala -de ocho por ocho metros- se convierte en un octógono en la parte alta por medio de una trompas de mocárabes (que conservan restos de pintura verde, azul y rojo oscuro con formas vegetales pintadas en verde), como la cúpula. Cada una de las ventanas localizadas en los planos del octógono proyectaban la luz sobre los mocárabes del techo a través de cristaleras de colores buscando una sensación de movimiento que la luz imprime al techo según el ángulo en que incidía en cada momento.
Esta cúpula es una obra cumbre en su género. Trazada a partir de una estrella de ocho puntas de 90º en el centro y su desarrollo en otra estrella de ocho puntas de 45º, incluye 16 cupulines (uno sobre cada ventana) y cuenta con un total de 5.416 piezas de mocárabe. Aún conservan restos de policromía de distintos colores además de oro y plata.
La cúpula de mocárabes de la Sala de las Dos Hermanas es una obra maestra del arte nazarí |
Conocida la función de nuevo mexuar que tenía esta sala, adquiere mayor sentido el simbolismo astral y cósmico de los veinticuatro versos de la qasida del poeta Ibn Zamrak que decora las yeserías de esta estancia en cartelas rectangulares y circulares, formando el más extenso poema que se ha conservado en las paredes de La Alhambra.
La epigrafía nos descubre el significado cósmico de este espacio, a modo de visión nocturna de la constelación de las Pléyades. Sería un digno correlato y contraposición a la cúpula de Comares:
1-Yo soy el jardín (ana al-rawd) que con la belleza ha sido adornado, contempla mi hermosura y mi rango te será explicado.
2-Por mi señor el imán Mohammed rivalizo con lo más noble por venir o ya pasado.
3-¡Por Dios!, su hermoso edificio supera, por ventura, a los demás que hayan sido construidos.
4-¡Cuánta amenidad hay en él para la vista! ¡Cómo el alma del benévolo realiza allí sus deseos!
5-Cinco pléyades que lo protegen tiene, y la lánguida brisa en él sublime se vuelve.
6-Allí está la espléndida cúpula, sin igual, cuya belleza oculta y manifiesta verán.
7-Orión le tiende la mano para saludarla, y la luna llena se le acerca para conversar.
8-Las brillantes estrellas quieren quedarse en ella, dejando en el cielo de girar,
9-y en sus dos patios presentarse para servir y complacer, mejor que las esclavas, al sultán.
10-Extraño no es que a los luceros dejen en lo alto y rebasen el límite fijado
11-dispuestas a servir a mi señor, pues quien al grande sirve grandezas recibe.
12-Con la cúpula, tal esplendor alcanza al aposento que el palacio a competir llega con el firmamento.
13-¡Con qué galas de adornos bordados lo realzaste que al tejido del Yemen hacen olvidar!
14-¡Cuántos arcos se elevan en su cúspide sobre columnas envueltas por la luz!
15-Arcos de esferas celestes girando te parecen que hasta el pilar de la aurora cuando despunta ensombrecen
16-Son columnas de todo punto insólitas sobre las que vuelan y circulan los proverbios.
17-Allí, el mármol pulido y reluciente, la oscuridad de las sombras ilumina.
18-Y cuando las columnas brillan con los rayos del sol perlas las creerás a pesar de su dimensión.
19-Nunca vimos palacio de más suprema apariencia, de más claros horizontes, ni con más amplio lugar de reunión.
20-Nunca vimos jardín de más agradable verdor, de más aromáticos espacios, ni de más dulces frutos.
21-En él se cambian dos monedas por su justo valor, según el juez de la hermosura permitió,
22-pues sí, al alba, de la mano de la brisa viene llena con dirhames de flores que suficientes son,
23-al reservado del jardín luego lo llenan, entre las ramas, y lo engalanan, dinares de sol.
2-Entre mí y la victoria hay el más noble linaje, linaje que, siendo el que es, te basta.
El poema rodea el interior de la sala en sentido contrario al de las agujas del reloj, comenzando a la derecha de la entrada, a la izquierda si se mira desde el Mirador de la Lindaraja, el solio de Mohammed V, quien tenía frente a él el comienzo del poema de la Fuente de los Leones.
Tal vez en ningún otro lugar de la Alhambra, arte y naturaleza quedaron integrados de forma tan perfecta como en esta vivienda palatina, con la decoración vegetal de atauriques figurativos en el interior y los jardines que por todos sus flancos envuelven la estancia desde el exterior.
https://www.alhambradegranada.org/es/info/palaciosnazaries/saladedoshermanas.asp
http://legadonazari.blogspot.com/2014/12/sala-de-las-dos-hermanas.html
http://musmon.com/es/content/55/es/Alhambra/15
http://www.redjaen.es/francis/?m=c&o=42184&letra=&ord=&id=43160
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