Los álbumes de amistad son preciosos archivos donde amigas, generalmente adolescentes y veinteañeras (en ocasiones, incluso amigos), conservaban e intercambiaban recuerdos comunes, tales como anécdotas, dibujos, mechones de pelo y retazos de telas o papel con los cuales formaban figuras. Datan de principios del siglo XIX europeo, en plena época victoriana, bajo la cual existió un inusitado y refinado culto a los sentimientos de afecto.
Estos álbumes estaban encuadernados con cuero y a veces la cubierta era decorada con el nombre o la inicial del nombre de la dueña. Sus páginas estaban en blanco (albus) para poder ser rellenadas por las amigas a lo largo del tiempo. Sobre ellas, las chicas se escribían dedicatorias y pequeños poemas, y dejaban por escrito acontecimientos importantes de sus vidas, tales como un noviazgo, un cumpleaños o la muerte de algún familiar o amiga/o, todo ello con una caligrafía muy cuidada y ornamentado con pequeñas pinturas a acuarela, tejidos confeccionados con sus cabellos, trozos de encajes y flores secas. Era muy habitual que las mujeres jóvenes de esa época aprendieran “labores femeninas” en sus escuelas, que aprovechaban de lucir en sus propios álbumes y los de sus amigas.
Tener un álbum de amistad era un bonito pasatiempo, en el que se exploraba la creatividad y la expresión más genuina del afecto. Una forma de expresar esos sentimientos era por medio de ilustraciones florales. En la época victoriana existía un lenguaje de las flores y cada cual poseía un simbolismo conocido por todos.
Definitivamente los álbumes de amistad son un tesoro que debiera dejar de ser una antigüedad y convertirse en un objeto cotidiano, sobre todo en estos tiempos donde los manuscritos y las manualidades han sido casi olvidados…
Cada álbum estaba escrito por varias manos. Podía contener textos de amigos y miembros de la familia, reflejando el entorno cercano de la propietaria. Pero la mayor parte del contenido se debía al intercambio entre amigas de todo tipo de recuerdos, como trenzas de pelo, pedazos de tela, flores secas y postales que se iban pegando en las hojas blancas del álbum. También era habitual escribir en ellos poemas y pintar dibujos con acuarelas para decorar las páginas. Muchas de estas prácticas nos recuerdan al scrapbooking actual.
El álbum de Anne Wagner
Uno de los álbumes de amistad más famosos es el de Anne Wagner (1795-1834) que llevaba el título de Memorials of Friendship. Podéis verlo digitalizado al completo en la página de la Biblioteca Pública de Nueva York.
Anne Wagner vivió en Liverpool y en su álbum destacan sobre todo los escritos de su sobrina la poetisa Felicia Dorothea Browne.
Le dejo algunas imágenes del álbum donde pueden ver poemas, acuarelas, figuras de papel y una gran trenza de cabello con un lazo que sirve para unir las hojas.
Álbum victoriano con postales.
Este es otro tipo de álbum, pertenece a la época victoriana y está formado exclusivamente por postales escritas a mano, casi todas litografías de vivos colores con relieves dorados o plateados. Algunas de ella son tarjetas de San Valentín.
El álbum de Matilda Cassey.
Como es lógico, los álbumes de amistad también se extendieron a las antiguas colonias inglesas.
Este álbum perteneció a una rica mujer afroamericana que vivió en Filadelfia en el siglo XIX. Su nombre era Matilda Cassey y fue completando su álbum entre los años 1833 y 1856. El álbum es muy interesante porque se conservan pocos documentos de mujeres afroamericanas adineradas de los años previos a la Guerra de Secesión de Estados Unidos.
Gracias a los distintos textos del álbum, se puede trazar una red de relaciones sociales entre la élite de afroamericanos dentro de la ciudad de Filadelfia. Muchas de las personas que escribieron en este álbum de amistad, ya fuesen blancas o negras, eran abolicionistas de Filadelfia y de otros lugares. Por ejemplo, algunas de las mujeres que aparecen en estas páginas estaban conectadas con la Sociedad Antiesclavista Femenina de Filadelfia y con la Asociación Literaria de Mujeres Afroamericanas.
Este álbum contenía anotaciones de lugares donde estas mujeres podían alojarse durante sus viajes para dar conferencias contra la abolición o sobre cuestiones feministas. Por ejemplo, Sarah Mapps Douglas, que pintó la mariposa que veis abajo en el álbum de Matilda Cassey, llegó a dar una conferencia sobre medicina e higiene femenina.
Álbumes de amistad de la Segunda Guerra Mundial
La costumbre de escribir álbumes de amistad permaneció todavía durante el siglo XX y un bonito ejemplo son dos álbumes escritos durante la Segunda Guerra Mundial.
En realidad se trata de un intercambio de álbumes que tuvo lugar entre mujeres de Glasgow y de Goatbridge en Escocia y mujeres de Leningrado que se escribieron mensajes para animarse mutuamente durante los días tan difíciles de la guerra,
Un álbum fue enviado desde Leningrado a Escocia en 1942 y actualmente se conserva en la Biblioteca Mitchell de Glasgow. Mientras que otro álbum fue enviado ese mismo año por las mujeres escocesas a Leningrado gracias a la embajada soviética en Londres. El álbum escocés se conserva hoy en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo.
Espero que les haya gustado descubrir estos álbumes de amistad tanto como a mí. Hasta hace pocos días no sabía que existían y me parece una costumbre muy interesante.
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