La Biblia Políglota Complutense o Biblia Sacra Polyglota "Nunc Primum Impressa" fue una obra realizada en la Universidad de Alcalá gracias al mecenazgo del cardenal Cisneros. Aunque sus trabajos se iniciaron en 1502 se imprimió entre 1514 y 1517. Fue la primera obra que se imprimió en la historia de libro en varios idiomas.
El director de la obra fue Benito Arias Montano políglota que según sus biógrafos llegó a dominar hasta 13 idiomas y además, humanista formado en el Estudio General de Alcalá de Henares donde había estudiado Artes, Teología y Gramática latina
En ella participaron los maestros más eminentes de su época, entre otros, los conversos Alfonso de Alcalá, Pablo Coronel y Alfonso de Zamora, que se encargarían de la parte hebrea y aramea. La parte griega la trabajaron Demetrio Ducas “el Cretense”, Fernando de Valladolid, Diego López de Zúñiga y Hernán Núñez, el pinciano, El texto latino se le encargó a Elio Antonio de Nebrija. Con él colaboraron Juan de Vergara que era el secretario y amigo personal de Cisneros y algún otro de los maestros mencionados como es el caso de Zúñiga. Antonio de Nebrija fue el autor de la primera Gramática y del primer Diccionario en lengua castellana. El texto de Nebrija dio lugar a su versión de la Vulgata, que a su vez sirvió de base para la realización de las restantes biblias políglotas que fueron apareciendo en el resto del continente europeo.
Fue impresa por Arnao Guillén de Brocar, el cual fue traído expresamente para esta obra por el cardenal desde Logroño el año 1510, quizás aconsejado por Antonio de Nebrija. Como no existían por esa época caracteres griegos ni hebreos ni caldeos hubieron de ser éstos fundidos ex profeso y por primera vez. Arnao se instaló en el Convento de las Clarisas de Alcalá de Henares.
En 1502 se empezaron a fundir los tipos en el taller de Arnao de Brocar situado en Alcalá de Henares. Esta enorme tarea retrasó la publicación del primer tomo hasta el año 1514. En realidad este primer volumen corresponde al quinto libro de los seis que componen la obra. El sexsto y último, estuvo terminado en 1517. En total, para la preparación e impresión de la obra se tardaron 15 años.
El prólogo de la obra dice:
...ninguna versión puede trasladar fielmente toda la fuerza y propiedad del original, principalmente cuando se trata de la lengua de Dios mismo quien ha hablado, cuyas palabras están, por decirslo así, preñadas de sentido y llenas de misterio...”
CONTENIDO
Esta maravillosa obra consta de seis tomos en folio.. Los distintos tomos contienen: T.I: Pentateuco . T.II: Josué, jueces, Rut, Reyes, Paralipomenos . T.III: Esdras, Nehemias, Tobias, Judit, Ester, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría, Eclesiástico . T.IV: Profetas, Macabeos . T.V: Nuevo Testamento . T.VI: Vocabularium . Interpretationes artis grammatice hebraice
Los tomos I al IV corresponden al Antiguo Testamento y comprenden: texto hebreo, el Tárgum de Onkelos en versión de los Setenta (ambos con traducción latina) y la Vulgata. El tomo V contiene el Nuevo Testamento griego, en versión latina literal y la Vulgata. El tomo VI, es un apéndice con vocabulario hebreo y arameo y una gramática hebrea. El texto de la Vulgata está en gótica. El griego del Antiguo Testamento está en cursiva, y el del Nuevo en minúscula. El diseño tipográfico es de una gran complejidad ya que aparecen en una misma página distintos alfabetos a distintos cuerpos.
La edición complutense del Nuevo Testamento era una obra sin precedentes; era la primera vez que se imprimía todo el Nuevo Testamento griego (dos años después lo haría Erasmo de Rotterdam) . El texto griego del Antiguo Testamento aparecía como edición príncipe de la Biblia Griega o Biblia Septuaginta, uno o dos años antes de que se publicara en Venecia la edición Aldina (1518) de la Biblia Griega. Su autor Andreas Asolanus se contentó, al parecer, con utilizar la colección de códices de Besarión que se conserva aún en la Biblioteca Marciana de Venecia, sin hacer una búsqueda tan extensa como Cisneros en la selección de manuscritos.
Los caracteres griegos de extrema elegancia fundidos por Brocar fueron, al parecer, los primeros que se conocieron en España y en consecuencia el Nuevo Testamento Complutense representa también el comienzo de la tipografía griega en nuestra patria y, a juicio de los historiadores de la imprenta, es la única contribución original de España a la tipografía griega.
Por lo que toca al Antiguo Testamento Griego el Cardenal Cisneros advierte en el Prólogo al lector, que los editores se sirvieron de manuscritos antiquisimos de la Biblioteca Vaticana que le había enviado el Papa León X, y de una copia de un códice del Cardenal Besarión que le envió el Senado de Venecia. Alude además a otros códices que buscó por todas partes sin reparar en esfuerzos y en gastos. En el Prólogo al Nuevo Testamento, habla también de manuscritos muy antiguos y corregidos que le envió el mismo León X desde la Biblioteca Vaticana. Es más, en el Prólogo dedicado al Papa León X, col. 2 da las gracias a su Santidad expresamente por los códices griegos que amablemente le envió la Biblioteca Vaticana tanto para el Antiguo como para el Nuevo Testamento.
Destaca entre todos la distribución del primer tomo; las páginas en su tres cuartas partes superiores se divide en tres columnas que contienen; la izquierda el texto griego con la interpretación latina interlineal, la central la Vulgata, y la de la derecha la versión en hebreo. La parte inferior se divide en dos columnas; la izquierda para la traducción caldea y la derecha para la latina. Cada columna lleva sus epígrafes y, en el margen derecho, apostillas.
Era la primera edición de la Biblia en la que aparecían juntos el texto latino de la Vulgata, la versión griega de los Setenta con la traducción latina interlineal, el texto hebreo del Antiguo Testamento y la paráfrasis caldea. Junto a todo ello un Vocabularium Hebraicum atque Chaldaicum y las Introductiones artis Grammatice Hebraice.
La edición se terminó en 1517 pero no se difundió hasta 1520 tras la autorización del papa León X, debido a litigios por la herencia del Cardenal Cisneros.
Se realizaron mil doscientos ejemplares de cada volumen que se vendían a seis ducados y medio, con diferencias en las decoraciones xilográficas ya que cada cierto uso debian ser remplazadas por otras nuevas. Los gastos totales ascendieron a la increible cifra – para le época- de 50.000 ducados.
Cuando el Cardenal muere, Alcalá de Henares cae en declive ya que la orden Dominica se hace con el control de la Inquisición. El hecho de que en esta Biblia trabajaran profesores hebreos y moriscos convertirán a La Biblia políglota complutense en un libro prohibido.
Este hecho provoca que Guillén de Brocar viaje a Roma con varios ejemplares de la Biblia en busca de una autorización del Papa. Allí, tras tres años de espera, lo consigue, pero como el Papa necesita visar todos los ejemplares, estos son trasladados desde Alcalá a Valencia, donde embarcarán destino Roma.
En el viaje el barco se hunde con casi todos los ejemplares a bordo. Sólo se salvan unas decenas de ejemplares. Actualmente se conocen (según datos)cincuenta y cinco ejemplares con variaciones en la portada. Por este motivo, la obra religiosa más importante del siglo XVI no se difunde y tiene menos peso que la que tras ella se llevó a cabo en Amberes de la mano de Plantino: la Biblia Regia, Sacra o políglota de Amberes..
LA BIBLIA REGIA Ó POLIGLOTA DE AMBERES
La edición de la Biblia Políglota Complutense fue admirada por toda Europa hasta la aparición de la de Amberes aunque ésta estaba inspirada (y algo más que eso) en la realizada por Cisneros. Su edición fue dirigida por Benito Arias Montano y fue costeada por Felipe II. Se imprimió entre 1569 y 1572. Al parecer fue elaborada a petición de Felipe II, por Cristóbal Plontino.
El tiraje de esta Biblia escrita en latín, griego, hebreo y caldeo fue de alrededor de mil doscientos ejemplares, pero se calcula que sólo existen cien versiones completas en todo el mundo. La Biblia de Amberes fue una nueva edición de los textos del Antiguo y Nuevo Testamento en sus lenguas originales y en sus principales versiones antiguas que fue elaborada ante la escasez de ejemplares de la Biblia Políglota Complutense del Cardenal Cisneros, también del siglo XVI. Abierta de par en par contiene cuatro columnas, cada una habla de lo mismo pero en diferente idioma, además incluye grabados que representan las virtudes cristianas y la gloria de España.
Si algún día vamos al Museo Plantín-Moretus de Amberes tal vez alguien nos diga que ese museo lo financiaron los españoles. Y visto el resultado de la inversión, muy gustosamente, porque el dinero se aprovechó bien. Claro que si nos preguntamos ¿por qué esa financiación? Igual no sabemos la respuesta, así que vamos a ver algunas claves para comprenderlo. Para ello nos tenemos que situar hacia el año 1560 ...
El tiraje de esta Biblia escrita en latín, griego, hebreo y caldeo fue de alrededor de mil doscientos ejemplares, pero se calcula que sólo existen cien versiones completas en todo el mundo. La Biblia de Amberes fue una nueva edición de los textos del Antiguo y Nuevo Testamento en sus lenguas originales y en sus principales versiones antiguas que fue elaborada ante la escasez de ejemplares de la Biblia Políglota Complutense del Cardenal Cisneros, también del siglo XVI. Abierta de par en par contiene cuatro columnas, cada una habla de lo mismo pero en diferente idioma, además incluye grabados que representan las virtudes cristianas y la gloria de España.
Si algún día vamos al Museo Plantín-Moretus de Amberes tal vez alguien nos diga que ese museo lo financiaron los españoles. Y visto el resultado de la inversión, muy gustosamente, porque el dinero se aprovechó bien. Claro que si nos preguntamos ¿por qué esa financiación? Igual no sabemos la respuesta, así que vamos a ver algunas claves para comprenderlo. Para ello nos tenemos que situar hacia el año 1560 ...
Plantín (oriundo de los Países Bajos Españoles) era un mago de la imprenta. Hábil, con gusto y trabajador incansable, rápidamente se hizo un hueco en la ciudad de la imprenta por excelencia: Amberes (Países Bajos,entonces Españoles). Fue allí donde abrió su "Officina Plantiniana".
En unos pocos años había superado a su competencia por la perfección, belleza y número de sus publicaciones. Su imprenta, no obstante era una más, de excelente calidad sí, tal vez la mejor, pero una más de las muchas que había en Amberes a mediados del Siglo XVI. Seguramente no hubiera tenido mayor transcendencia si no hubiera sido porque su buen hacer llegó a oídos de Felipe II.
En primer lugar debemos nombrar a Arias Montano. Si existiera actualmente sería de los que acumulan Premios Nobel y darían clases en las mejores Universidades ... pero él era un hombre de origen modesto,que nació en Fregenal de la Sierra, un precioso pueblo de Badajoz (Extremadura).Estudió en Alcalá, hablaba 10 lenguas entre modernas y antiguas, participó activamente en el Concilio de Trento y gozó del favor de Felipe II que gustaba rodearse y dejarse aconsejar de los mejores en todas las materias.
Fue seguramente Arias Montano quien hizo ver al rey la excelente acogida que tendría reeditar una Biblia como la del Cardenal Cisneros (La Políglota complutense, que era ya casi imposible de encontrar si bien sólo hacía unas pocas décadas desde su publicación).
Una vez logrado el consentimiento y la financiación de Felipe II.Se pusieron a buscar a un impresor... Al mejor impresor del Imperio regido en ese momento por Felipe II . Ahí es donde entra Plantín.
Cristóbal Plantino (Saint Avertin, c. 1520 - Amberes, 1589) nace en 1520 cerca de Tours, en Touraine o Saint-Avertin, aprendiendo en Caén el oficio de encuadernador e impresor. Se casa en 1549 y se establece en la ciudad natal de su mujer, Amberes (Antwerp) como encuadernador.
A los 35 años funda la imprenta en la propia Amberes, en 1555 considerándose desde muy pronto como la más progresista de todo el continente.
La primera obra salida de sus talleres es "La Institutione di una fanciulla nata nobilmente" por J. M. Bruto, acompañada de una traducción francesa.
Plantin dio lugar a la aparición de una dinastía de editores comparable a la familia Elzevir, que conformaron junto con los anteriores, los mejores impresores europeos del siglo XVI. Así, Plantin, su hijo Jan Moretus I y sus descendientes en la conocida como “Officina Plantiniana” guardaron fiel registros de todas sus publicaciones y los aspectos mercantiles que la rodeaban: Permisos, licencias, materiales, costes, herramientas utilizadas, punzones, tinta o papel.
Tuvo una estrecha relación con España como lo demuestran obras como la Biblia Políglota de Benito Arias Montano (1528-1578) o los libros de rezos para uso de los eclesiásticos españoles.
Uno de los proyectos que Plontino perseguía era la edición de una Biblia Políglota, similar a la Complutense (ya por entonces una obra agotada) completada con algunas ediciones como el texto siríaco del Nuevo Textamento. Buscando apoyo financiero imprimió unas hojas de prueba y la llevó a la Feria de Frankfurt de 1566, donde contactó con Gabriel de Zayas, secretario de Felipe II. Finalmente en 1568 el Duque de Alba le informa de que había conseguido el apoyo del monarca y que había enviado a su capellán, Benito Arias Montano, gran conocedor de las lenguas orientales. Benito llega a Amberes el 17 de mayo de 1568. Además de Benito Arias Montano, colaboran Francisco Raphelengius -especialista como Benito en lenguas orientales y yerno de Plantino- y los hermanos Guy y Nicolás Lefevre de la Borderie.
La obra finalmente tardó 8 años en completarse y está escrita en 5 lenguas distintas. Son 8 volúmenes tamaño folio y los 4 primeros contienen el Antiguo Testamento. En formato de doble página a 4 columnas figuran de izqda a derecha el texto hebreo y versión de la vulgata y en la página derecha, latín y griego. Al pie del párrafo la paráfrasis aramea y su versión latina. Necesitado de la bula papal, la consigue en 1572 gracias a la intervención de Arias Montano por un periodo de 20 años. Se imprimieron 1200 ejemplares salvo del sexto y octavo que sólo se imprimieron 600 por dificultades económicas. Finalmente se imprimieron, pero con ciertas diferencias que hacen que existan dos versiones distintas de la obra.
Finalmente, fue nombrado por ello architipógrafo regio por Felipe II. Hay que entender esta protección en perjuicio de los editores españoles pues Plantino era un súbdito fiel al Rey y además Amberes estaba mejor equipada que cualquier otra ciudad española además de su privilegiada posición geográfica en el corazón de Europa. La “Officina Plantiniana” tenía 22 prensas capaces de producir 1.250 hojas impresas diarias. Publicó en cuarenta años más de 1.600 libros: obras científicas, de lingúistica, jurídicas, matemáticas, pero también muchas ediciones de clásicos, literatura francesa, obras teológicas, etc.
Así podemos entender que en un periodo de tan sólo 5 años, imprimiese 52.000 misales destinados a apoyar la Contrarreforma auspiciada por Felipe II que gobernaba el sur de los Países Bajos. Plantin era muy exigente con la calidad de sus impresiones; evitaba el uso de caracteres gastados debido a la débil impresión que estos ejercían sobre el papel e insistía en usar grabados metálicos para las ilustraciones (muchos realizados por Paul Rubens) en lugar de los de madera de más bajo coste pero menor calidad.
La casa de Plantino seguirá imprimiendo hasta el siglo XIX. En 1867 Edouard Moretus vende el edificio a la ciudad de Amberes, convirtiéndose en un museo dedicado a la imprenta que hoy en dia se conserva tal cual.
Resumiendo... la Biblia Regia fue un éxito de crítica y público. Un trabajo sublime tanto por el texto en sí como por la tipografía utilizada y que sólo el monarca español era capaz de costear (y aún con problemas). El renombre que le proporciona a Plantín este trabajo no tiene paragón: A partir de ahí le llueven los contratos a la Imprenta (libros, láminas, mapas)
Bibliografía
http://www.todolibroantiguo.es/libros-raros/biblia-poliglota-complutense-cardenal-cisneros.html
Dr. Natalio Fernández Marcos, EL TEXTO GRIEGO. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid
José Javier Etayo Gordejuela, Francisco Galino Nieto, Francisco Portela Sandoval. Universidad Complutense de Madrid: de la edad media al III milenio
Luis Jiménez Moreno. La Universidad Complutense cisneriana: impulso filosófico, científico y literario, siglos XVI y XVII. Editorial Complutense, 1996
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