Situada en la calle de los Oficios, frente a la Capilla Real, la Madraza era la antigua universidad islámica (junto a la cercana mezquita aljama, es decir en el centro neurálgico de la sabiduria) y en la actualidad continúa con este legado, albergando el Servicio de Extensión Universitaria y la Academia de Bellas Artes de Granada.
Posiblemente, en el siglo XI el lugar estaba ocupada por una almunia de la familia real Zirí, tal como evidencian los hallazgos resultado de la última excavación arqueológica dirigida por Antonio Malpica, ya que se sabe que el rey Badis tenía una en las proximidades de Bib-Rambla. La Madraza constituía uno de los edificios más destacados del Barrio de Gélices o Posaderos, centro mercantil constituido por la Alhóndiga Zaida, el Zacatín y la Alcaicería.
Constituye el único ejemplar de madraza pública de la Península Ibérica, aunque se tiene constancia de otras de fundación privada en Málaga y Ceuta, siguiendo la tendencia que comenzó en Oriente, que al mismo tiempo proclaman la piedad y poder del sultán, así como la difusión de la religión. Según sabemos por Ibn al-Jatib, en Málaga ya existía un centro universitario ubicado igualmente junto a la mezquita aljama de esa ciudad y que fue construido por una comunidad de seguidores de un místico sufista, siendo de esta índole la enseñanza impartida en ese centro.
Oratorio de la Madraza de Granada |
Puerta de acceso al oratorio desde el patio de la Madraza |
Restos ziríes cubiertos por un cristal en el suelo del oratorio de la Madraza |
Posiblemente, en el siglo XI el lugar estaba ocupada por una almunia de la familia real Zirí, tal como evidencian los hallazgos resultado de la última excavación arqueológica dirigida por Antonio Malpica, ya que se sabe que el rey Badis tenía una en las proximidades de Bib-Rambla. La Madraza constituía uno de los edificios más destacados del Barrio de Gélices o Posaderos, centro mercantil constituido por la Alhóndiga Zaida, el Zacatín y la Alcaicería.
Detalle decorativo de los mocárabes del oratorio de la Madraza |
Combinación de mocárabes y paños de sebka en el oratorio de la Madraza |
Constituye el único ejemplar de madraza pública de la Península Ibérica, aunque se tiene constancia de otras de fundación privada en Málaga y Ceuta, siguiendo la tendencia que comenzó en Oriente, que al mismo tiempo proclaman la piedad y poder del sultán, así como la difusión de la religión. Según sabemos por Ibn al-Jatib, en Málaga ya existía un centro universitario ubicado igualmente junto a la mezquita aljama de esa ciudad y que fue construido por una comunidad de seguidores de un místico sufista, siendo de esta índole la enseñanza impartida en ese centro.
Mirhab del oratorio de la Madraza |
Detalle decorativo del arco del mirhab |
El jardín permitía filtrar la luz por estas ventanas |
Detalle del arco de una de las ventanas |
Trompas de mocárabes del oratorio |
Techo del oratorio |
La escuela de estudios superiores del reino granadino fue fundada en el siglo XIV (decretada su fundación en 1340 y se finalizó en 1349) por mandato del rey nazarí Yusuf I, por lo que se conocía como Madrasa Yusufiyya o Madrasa Nasriyya, aunque la iniciativa de la construcción fue de su visir Ridwan y pronto la institución se convirtió en uno de los referentes para el estudio del Derecho en el Occidente musulmán.
Arco de entrada al oratorio islámico |
Se sabe que se acabó de construir en 1349 por la inscripción fundacional cuyos fragmentos se conservan en el Museo Arqueológico de Granada. De nuevo Ibn al-Jatib nos cuenta que completaba la entrada dos losas de mármol simulaban dos ventanas en la parte superior y un arco de herradura de mármol blanco decorado con inscripciones coránicas servía de entrada a la Madraza, junto con inscripciones en prosa y verso que hacían alusión a su fundación y al uso para el que estaba destinada.
La madraza contaba con un patio central, con una alberca embaldosado en mármol, el mismo mármol que fue utilizado en el siglo XVIII en el lienzo del edificio. La alberca tenía un rebosadero que evacuaba directamente al río Darro. Este patio distribuía las estancias a través de arcos sobre columnas y en las paredes, bellos epígrafes de contenido similar a los de la fachada exterior.
Restos arqueológicos de la alberca |
A la planta alta se accedía a través de una escalera precedida de una enorme puerta rectangular y a través de la galería superior se accedería a aulas, zona de trabajo y alojamiento para los estudiantes. Sobre las letrinas y el zaguán de la planta baja pudo haber existido una biblioteca.
Este centro de enseñanza nazarí surgió con posterioridad a otros semejantes que ya existían en Oriente y norte de África, hasta entonces en el Reino Nazarí era en las mezquitas donde se realizaban estas funciones de divulgación del saber. En la madraza de Granada, maestros de reconocido prestigio transmitían diferentes conocimientos. Hakim, era el nombre que se daba a estos maestros, sabios que impartían materias de carácter jurídico-religioso, derecho islámico, jurisprudencia y teología, así como medicina, cálculo, álgebra, geometría, mecánica y astronomía. El título que los estudiantes recibían se llamaba ichaza, una especie de certificado de licenciatura que permitía la enseñanza de tal o cual campo o conjunto de ellos.
Hay que citar dos grupos de doctos: el de los místicos y el de los retóricos. Al primer grupo pertenecía y destacaba al-Maqqari, antepasado de un embajador merení, así como el célebre e intrigante Ibn Marzuk, refugiado aquí por caer en desgracia en Marruecos y quien fue nombrado predicador de la Mezquita de la Alhambra. En el segundo grupo, literatos de talla de Sarif al-Garnati y como no, Ibn al-Jatib, el más importante de su época en numerosas materias.
La duración de los cursos era variable, dependiendo del número de materias, del tiempo que los profesores prolongaban su estancia en la ciudad y de las posibilidades económicas de los alumnos.
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