“El guante es una prenda, cuya finalidad es la de proteger las manos o el producto que se vaya a manipular’. Con esta definición, podemos entender que hayan existido siempre guantes para oficios, deportes y profesiones como jardinería, cirugía, podología, agricultura, boxeo, ciclismo, alpinismo, equitación, esgrima…entre otras muchas,su uso es necesario para la protección de las manos de las temperaturas extremas…pero, los guantes han sido también un objeto de gran valor como signo de distinción. El origen de los guantes se remonta a la prehistoria, cuando los habitantes de las zonas frías tuvieron la necesidad de proteger sus manos contra los rigores de la nieve, el hielo y los vientos polares y se cubren las manos con telas o pieles. Pero también el uso de guantes estaba muy difundido entre otros pueblos de Asia Menor, y tanto etruscos como egipcios conocían su uso en la antigüedad.”
En varias ciudades, la corporación que unía a los artesanos guanteros estaba unida al de los perfumistas, formando los gremios de los maestros ‘guanteros-perfumistas’ algo que en París se prolongó hasta bien entrado el siglo XVIII. Recordemos que desde que los guantes adquieren categoría de objeto de lujo, éstos son perfumados, por lo que la elaboración de los guantes tendría que culminar con el proceso de perfumado.
Es así como se concede a los guanteros la autorización para la elaboración y venta, paralela a los guantes, de perfumes. Desde la Edad Media los árabes habían descubierto el proceso de destilar los aromas de las plantas, con lo que se abrió un caudal de fragancias extraídas del mundo vegetal. Las esencias de lavanda, almendra, cedro, canela, incienso, enebro, mastique, rosas…fueron utilizadas tanto para empapar los guantes como para ser vendidos como aceites aromáticos desde el siglo XV.
Lógicamente, el gremio de los guanteros estaría también muy relacionado con el de curtidores. La materia prima es fundamental para lograr guantes de calidad, por ello el vínculo de los guanteros con los curtidores era algo habitual. Conocidos como “aluderos”, trabajaban la piel, generalmente lanar, curtiéndola con ‘alumbre de roca’, sulfato doble de aluminio-potasio, mineral disponible en la naturaleza. Añadiéndole otros elementos como yema de huevo, harina y sal…se obtenía una piel curtida extremadamente suave y flexible.
Los maestros guanteros españoles (conjuntamente con los franceses) eran los más reconocidos en lo concerniente a la confección y elaboración de guantes de piel durante los siglos XVI al XVIII. También los artesanos de Inglaterra se destacaron, sobre todo, por la calidad del tratamiento de sus pieles, principalmente de ciervo, cordero y oveja.
Tan importante como la materia prima, lo era el corte de los guantes. Proceso que requería de gran habilidad para que la pieza encajara a la perfección en las manos y dedos de los clientes. Así se justifica que uno de los apartados de la gran Enciclopedia de Diderot se dedicara a ilustrar los patrones de los guantes.
En la búsqueda de imágenes para ilustrar esta publicación,se hallan muchos retratos (sobre todo de los siglos XVI y XVI) en los que los personajes retratados están acompañados de sus guantes. Ya sea con sus manos enfundadas en ellos o, muchos, con los guantes colocados en un mueble cercano, la mayoría de los nobles debían demostrar su estatus, entre otros elementos vestimentarios, a través de los guantes.
https://vestuarioescenico.wordpress.com/2015/11/12/sobre-los-oficios-de-la-costura-los-maestros-guanteros/
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