En este artículo recogeremos una síntesis de la historia de la Fiesta del Arbol y de las que se celebraron en la Dehesa.
Los niños del Asilo de la Paloma haciendo plantaciones durante la Fiesta del Árbol de 1915 de la que hablaremos más adelante.
(Foto: Salazar, Mundo Gráfico, 1915; Hemeroteca BNE)
Los orígenes.
"El árbol es en muchas culturas y también en la moderna conciencia ambiental un símbolo privilegiado de la relación respetuosa, admirativa, a veces reverencial, del hombre con la naturaleza. El árbol es también símbolo de la vida, que, bajo la perspectiva científica de la evolución, crece, se desarrolla y se ramifica en todo lo que hoy llamamos biodiversidad" (Santos Casado).
La mayoría de fuentes consultadas sitúan el origen de la fiesta en
Villanueva de la Sierra (Cáceres) en 1805, cuando el párroco D. Ramón
Vacas Roxo convocó, para el martes de Carnaval, a los clérigos,
maestros, autoridades y todo el pueblo a plantar álamos en el ejido del
pueblo y en una arroyada; la convocatoria, secundada por el alcalde,
devino en tres días de fiesta acompañados de música y vino gratis para
los asistentes.
Sin embargo, en la página web de los Amigos de la Ciudad de Mondoñedo hemos encontrado un curioso artículo que establece que fue allí donde se realizó la primera Fiesta del Árbol, casi doscientos años antes. Se basan para ello en los estudios del historiador Francisco Mayán Fernández quien encontró en el archivo municipal un acuerdo de 24 de enero 1569 que decía...
“Que los vecinos desta cibdad traigan para en otro día de san blas a el Campo de nuestra señora de los rremedios y planten en el cada vno tres árboles diferentes e que sean de dar fruta so pena que el que faltare de las traer y plantar pague por cada árbol medio rreal para que a su costa se puedan traer e plantar”
Así pues, su plantación debió realizarse en la festividad de San Blas, a principios de febrero de 1569.
Sin embargo, en la página web de los Amigos de la Ciudad de Mondoñedo hemos encontrado un curioso artículo que establece que fue allí donde se realizó la primera Fiesta del Árbol, casi doscientos años antes. Se basan para ello en los estudios del historiador Francisco Mayán Fernández quien encontró en el archivo municipal un acuerdo de 24 de enero 1569 que decía...
“Que los vecinos desta cibdad traigan para en otro día de san blas a el Campo de nuestra señora de los rremedios y planten en el cada vno tres árboles diferentes e que sean de dar fruta so pena que el que faltare de las traer y plantar pague por cada árbol medio rreal para que a su costa se puedan traer e plantar”
Así pues, su plantación debió realizarse en la festividad de San Blas, a principios de febrero de 1569.
Izqda.: rótulo de la calle Fiesta del Árbol (www.pueblos-espana.org) y monolito en conmemoración de bicentenario de la Fiesta del Árbol (Turismo Rural Extremadura www.ruralex.es) en Villanueva de la Sierra.
Dcha.: monolito conmemorativo de la
festividad del árbol en la ciudad de Mondoñedo. El texto dice “hizo esta
alameda y celebró en ella la primera Fiesta del Árbol en España en el
siglo XVI, luis de luaces y labrada, regidor de Mondoñedo...”
(Foto: M. Fernández; www.floracantabrica.com)
Sea como fuere, y si bien hay registro de acontecimientos posteriores
similares en otros lugares de España (1817, en León; 1840, en una ciudad
sin especificar... parece que no hubo una continuidad en la fiesta
como tal. Sería a partir de una celebración en Estados Unidos en 1872,
promovida por un tal Sterling Morton, ciudadano de Nebraska, cuando se
instituyó el Arbor Day
y el ejemplo comenzó a imitarse, primero en España en 1896, y luego en
Italia, 1902, en Irlanda, 1904, y casi al mismo tiempo, en Inglaterra y
la mayor parte de países de Europa y América.
La Fiesta del Árbol no fue la única actividad surgida a raíz del
ambiente “ecologista” y la preocupación higiénico-sanitaria de la época
de finales del S. XIX y comienzos del XX, sino que fue una más dentro de
un conjunto de iniciativas interrelacionadas y simultáneas que
surgieron en toda Europa (escuelas al aire libre y escuelas bosque,
granjas-escuela, escuelas del mar, sociedades protectoras de animales y
plantas, ciudades-jardín, campos de experimentación agrícola,
excursionismo, etc.).
La institucionalización de la Fiesta del Árbol en España.
La primera “Fiesta del Árbol” así denominada se realizó en Madrid el 26
de marzo de 1896, organizada por la Diputación y el Ayuntamiento y
patrocinada por la reina regente, María Cristina. La prensa de la época
se hacía eco de lo excelente que era “trasplantar a nuestro país la idea americana del Arbor-Day”
y recogió amplios reportajes sobre la plantación, realizada en el
denominado Cerro del Centinela, cerca del barrio de Prosperidad: en
medio de un ambiente festivo, con reparto de meriendas incluido,
acudieron alrededor de 40.000 personas, entre ellos, más de 2.000
escolares y todo tipo de autoridades incluyendo las infantas Dª Isabel y
Dª Eulalia en representación del rey, que no pudo asistir por hallarse
enfermo. Un estudio detallado de esta jornada puede encontrarse en Historias de Hortaleza.
Diferentes imágenes de la Fiesta del
Árbol de 1896, plantando los árboles (1), esperando la merienda (2) y
vista general del Cerro del Centinela (3).
(Grabados: Comba, La Ilustración Española y Americana, 1896; Hemeroteca BNE)
La Fiesta del Árbol también sirvió para ironizar sobre los problemas y personajes políticos de la época.
(Grabado: Cilla, Nuevo Mundo, 1896; Hemeroteca BNE)
Pero el verdadero instaurador de la Fiesta del Árbol en España fue el
ingeniero Rafael Puig y Valls, con la fundación en 1898 de la Asociación
de los Amigos de la Fiesta del Árbol, cuyo objetivo era fomentar la
repoblación del arbolado y proteger las aves insectívoras. Esta sociedad
publicó a partir de 1900 la “Crónica de la Fiesta del Árbol”, un
boletín con noticias de toda España en torno a la celebración y fuente
de información esencial para seguir su evolución.
Un Real Decreto de 11 de marzo de 1904, promovido por el Ministerio de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas reconoce que, aun estando la fiesta establecida y extendida en España por iniciativa popular, el Gobierno debe apoyarla oficialmente y dotar los medios suficientes para que llegue a todos los pueblos por la conveniencia de repoblar la zona forestal española y por sus fines educadores. El decreto fijaba las condiciones para la creación de Juntas locales formadas por los Ingenieros Jefes de los distritos forestales y recomendando la participación en ellas del párroco, el médico, el maestro y los alcaldes por tener “todos ellos una predicación especial en esta obra”. Estimulaba, igualmente, las plantaciones con premios y recompensas: por cada quinientos pies que prosperen, 50 ó 75 Pts., según si las semillas y plantones se hubieran obtenido gratuitamente o “adquirido del comercio”; recompensas honoríficas a Asociaciones y particulares participantes; menciones de mérito para alcaldes, párrocos, médicos y maestros, etc.
Posteriormente, otro Real Decreto de 5 de enero de 1915 declaró obligatoria la celebración de la Fiesta del Árbol en cada término municipal, dejando a potestad de cada corporación la fijación de la fecha. Fijaba igualmente la obligatoriedad para el Ayuntamiento de invitar a todos los funcionarios, asociaciones, entidades y particulares residentes en el municipio y de consignar en el presupuesto anual una partida para los gastos de celebración de la fiesta, so pena de que el Gobernador no aprobase ningún presupuesto que no contemplase dicha partida.
Son numerosas las reseñas en prensa de las celebraciones de la Fiesta del Árbol a finales del S. XIX y el primer tercio del S. XX, hasta la Guerra Civil. Después, la fiesta languideció a la par que las Asociaciones de Amigos del Árbol. Algunas localidades continuaron celebrándola, aunque no siempre con la denominación de Fiesta del Árbol, pero no fue hasta mediados de los años 60 que fue retomada de forma significativa, especialmente en aquellas localidades que habían tenido más tradición. En la actualidad, continúa celebrándose por iniciativas locales, de municipios, asociaciones...
Un Real Decreto de 11 de marzo de 1904, promovido por el Ministerio de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas reconoce que, aun estando la fiesta establecida y extendida en España por iniciativa popular, el Gobierno debe apoyarla oficialmente y dotar los medios suficientes para que llegue a todos los pueblos por la conveniencia de repoblar la zona forestal española y por sus fines educadores. El decreto fijaba las condiciones para la creación de Juntas locales formadas por los Ingenieros Jefes de los distritos forestales y recomendando la participación en ellas del párroco, el médico, el maestro y los alcaldes por tener “todos ellos una predicación especial en esta obra”. Estimulaba, igualmente, las plantaciones con premios y recompensas: por cada quinientos pies que prosperen, 50 ó 75 Pts., según si las semillas y plantones se hubieran obtenido gratuitamente o “adquirido del comercio”; recompensas honoríficas a Asociaciones y particulares participantes; menciones de mérito para alcaldes, párrocos, médicos y maestros, etc.
Posteriormente, otro Real Decreto de 5 de enero de 1915 declaró obligatoria la celebración de la Fiesta del Árbol en cada término municipal, dejando a potestad de cada corporación la fijación de la fecha. Fijaba igualmente la obligatoriedad para el Ayuntamiento de invitar a todos los funcionarios, asociaciones, entidades y particulares residentes en el municipio y de consignar en el presupuesto anual una partida para los gastos de celebración de la fiesta, so pena de que el Gobernador no aprobase ningún presupuesto que no contemplase dicha partida.
Son numerosas las reseñas en prensa de las celebraciones de la Fiesta del Árbol a finales del S. XIX y el primer tercio del S. XX, hasta la Guerra Civil. Después, la fiesta languideció a la par que las Asociaciones de Amigos del Árbol. Algunas localidades continuaron celebrándola, aunque no siempre con la denominación de Fiesta del Árbol, pero no fue hasta mediados de los años 60 que fue retomada de forma significativa, especialmente en aquellas localidades que habían tenido más tradición. En la actualidad, continúa celebrándose por iniciativas locales, de municipios, asociaciones...
Además de la mencionada fiesta de 1896, en Madrid se realizaron
numerosas fiestas del árbol a principios del S.XX, destacando
especialmente las realizadas en la primera década del siglo en la Ciudad
Lineal, jornadas festivas a lo largo de varios días, con infinidad de
actividades paralelas (concursos de dibujo, científico-literarios, de
operaciones aritméticas y definición de palabras, campeonatos de
ejercicios físicos –tiro de barra, saltos, carreras, “foot-ball”...-).
Al igual que en el resto de España, la fiesta decayó en Madrid durante
la segunda mitad del S. XX para retomarse hacia finales de los 60 y
principios de los 70.
Imágenes de la plantación de la Semana Popular del Árbol (1-9 diciembre, 1979) en los desmontes de la M30-Este.
(Fotos: M. López Rodríguez, Villa de Madrid, 1979; Memoria de Madrid)
Este año que se cumple el 25 aniversario de la muerte de Tierno Galván,
no podemos dejar de recordar uno de sus muchos célebres bandos en el que
exhortaba a los madrileños a cuidar la naturaleza y participar en la
Fiesta del Árbol de 1986:
" Por lo cual aprovechando la ocasión
de acercarse, como al cabo diremos, el día que llamamos del árbol,
solícitamente esta Alcaldía invita a convecinos y transeúntes a que al
común bien ayuden, pues pueden hacerlo, sin mayor esfuerzo, aplicándose
con grandes ánimos a que la ciudad y la naturaleza sean amigas y no
enemigas, próximas y no ajenas. Común idea, que algunos desconocen y
muchos no practican, con perniciosas consecuencias, para el bienestar de
todos cuantos en esta Capital y Villa moran. Por último,
por cabo y fin de este Bando, se convoca a los vecinos de este honrado
Concejo para que celebren la Fiesta del Árbol, por lo que se suplica
concurran a plantar los que el Ayuntamiento regale o los que de su
propia voluntad los vecinos obsequien, con participación de todos, en
especial de los niños, que aquí dicen chavales, con el propósito de que
colaboren en bien de su ciudad y aprendan a querer y velar por la tan
cruelmente perseguida pródiga naturaleza”.
Muchos madrileños recordarán igualmente la campaña de 1989 “Un árbol,
una vida”, del por aquel entonces alcalde Agustín Rodríguez Sahagún, por
la que el Ayuntamiento plantaba un árbol por cada niño que naciese y se
ponía el nombre del recién nacido en una placa de cerámica a los pies
del árbol; adicionalmente, a los padres se les hacía entrega de una
maceta con un madroño, madroños que venían de viveros en
Villamalea (Albacete). Cuando se anunció la campaña, se decía que esta
iniciativa reemplazaba a la Fiesta del Árbol, pero la campaña fue
efímera y la Fiesta se retomó con posterioridad. A pesar de lo poco que
duró la campaña y de que hayan transcurrido ya muchos años desde
aquello, si se busca bien aún pueden encontrarse en Madrid algunas
placas de las que se instalaron entonces.
Imágenes recientes de dos placas de cerámica de la campaña "Un árbol, una vida" que todavía subsisten en Madrid.
A la izquierda, una placa descubierta a escasos cien metros de la Dehesa de la Villa, en la que aún puede leerse el nombre de la persona a la que estaba dedicado el árbol. A la derecha, otra placa encontrada en uno de los barrios de los alrededores de la Dehesa; el nombre se encuentra borrado o nunca fue escrito.
A la izquierda, una placa descubierta a escasos cien metros de la Dehesa de la Villa, en la que aún puede leerse el nombre de la persona a la que estaba dedicado el árbol. A la derecha, otra placa encontrada en uno de los barrios de los alrededores de la Dehesa; el nombre se encuentra borrado o nunca fue escrito.
(Fotos: A. Ferrero y A. Morato, 2011)
Por lo que respecta a la Dehesa de la Villa, si bien no puede
considerarse una Fiesta del Árbol como tal, tenemos un antecedente claro
en la plantación de 1890 .
Con posterioridad, encontramos en 1895 un artículo de prensa que recoge
el acuerdo municipal para, en adelante, celebrar anualmente y durante
el mes de Noviembre, la Fiesta del Árbol en Madrid y se menciona un
ensayo realizado en la Dehesa de Amaniel en tiempos del alcalde Andrés
Mellado, es decir, en 1889.
Pero, sin lugar a dudas, una de las más sonadas fue la realizada en
1915, un jueves 25 de marzo por la tarde.
Arriba, niños del colegio de S.
Ildefonso preparando la plantación. Debajo, niñas de los colegios
municipales durante la plantación.
(Fotos: R. Díez Valdezán, Gran Vida, 1915; Hemeroteca BNE)
Se plantaron 1.500 pinos,. La fiesta fue amenizada por las bandas del Hospicio y del Asilo de la Paloma, que interpretó el Himno del Árbol, cantado a coro por todos los pequeños lo que “fue muy aplaudido por la concurrencia”.
Izquierda, una niña del Colegio Ntra.
Sra. de las Mercedes plantando un arbolito. Derecha, el alcalde Sr.
Prats, rodeado de los niños de las escuelas municipales premiados con
cartillas del Monte de Piedad.
(Fotos: Salazar, Mundo Gráfico, 1915; Hemeroteca BNE)
Con posterioridad, sólo hemos podido encontrar una breve reseña de
prensa de 1927 informando de la celebración de la Fiesta del Árbol en la
Dehesa de la Villa para el jueves 3 de marzo de dicho año.
Desde mediados de los años 90 del pasado siglo, se retomaron en la
Dehesa las plantaciones vecinales, no como Fiesta del Árbol sino con un
mayor componente reivindicativo.
http://amigosdehesa.blogspot.com.es/2011/05/la-fiesta-del-arbol-historia-y.html
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