martes, 21 de enero de 2020

GAYO VALERIO FLACO Y LAS ARGONAUTICAS


Las Argonáuticas son unas de las sagas más antiguas de toda Grecia.La estructura del tema se encuentra bien definida, con un viaje de ida, la consecución con el logro del objetivo de la travesía y el regreso. El poema posee un orden que puede alterarse y pero el esquema del mismo no, gracias a la buena definición hecha por el autor. 
Su autor Gayo Valerio Flaco Poeta romano del siglo I de la era cristiana. Se desconoce la fecha y el lugar de su nacimiento y muerte, aunque se cree que era natural de Padua.
Valerio Flaco es contemporáneo de Silio Itálico (26-101 d.C) y de Estacio (45-96 d.C.). Los tres son considerados como los poetas épicos por excelencia de la época flavia, período literario perteneciente a la Edad de Plata de las letras latinas. Esta última etapa se caracterizó en la poesía por un virtuosismo técnico falto de sinceridad y frescura, una vehemente emulación de Virgilio, un tratamiento puramente convencional de la epopeya y la explotación de la mitología como elemento decorativo, ya sin aliento religioso. Además, poetas como Lucano (39-65 d.C) y Silio Itálico versificaron temas nacionales, tales como la guerra contra Cartago o la guerra civil protagonizada por César y Pompeyo, con la parafernalia épica, con lo que humanizaron la atmósfera mítica propia del género.
Las Argonáuticas de Valerio Flaco es una obra inconclusa. Consta de ocho libros con aproximadamente 700 versos cada uno, excepto el último que termina in medias res en el verso 467, cuando los protagonistas, Jasón y Medea, acaban de casarse. Estos datos dan a entender que Valerio Flaco pretendía culminar su epopeya en doce libros, quizá como emulación del número de libros de la Eneida de Virgilio.

El libro primero de las Argonáuticas de Valerio Flaco refiere la dura prueba impuesta por Pelias a su sobrino, los pormenores de la construcción del barco, la pléyade de héroes que acompañan a Jasón en su aventura, la botadura de Argo y las primeras jornadas marítimas de los argonautas. El libro termina con el suicidio de Esón y su esposa, quienes prefieren poner fin a su vida con sus propias manos que ser asesinados por orden de Pelias.


El segundo libro recrea una noche en el mar para relatar, a renglón seguido, la llegada de los héroes a Lemnos (isla griega cercana al estrecho de los Dardanelos). Allí son agasajados por las mujeres de Lemmos, quienes, tras haber masacrado a sus maridos por no haber querido yacer con ellas, acogen con alegría a la varonil expedición. El poeta rememora minuciosamente el general conyugicidio. Después, los argonautas ponen rumbo hacia Sigeo (ciudad portuaria en la costa del estrecho de los Dardanelos), donde Hércules y Telamón, dos de los héroes expedicionarios, liberan a Hesíone (hija del rey troyano Laomedonte) de la roca en la que estaba encadenada; iba a ser la primera víctima sacrificial para una serpiente gigante enviada por Poseídon en venganza de un agravio cometido por su padre. Poco después, los héroes penetran en el Helesponto (Mar Negro), donde encuentran a Helle, la hermana de Frixo.

El libro tercero da noticia de los sucesos acaecidos en el país de los doliones (una pequeña península del mar de Mármara), cuyo rey era Cícico (homónimo de la ciudad). Tras ser agasajados en el reino dolión, los héroes parten, pero un viento adverso los arroja de nuevo a las costas de Cícico. Este desaguisado hace creer a los doliones que son piratas y los Argonautas, desorientados, no reconocen a sus antiguos anfitriones. Luchan entre sí y el propio rey, Cícico, muere a manos de Jasón. Los contendientes, entonces, comprenden su error y preparan juegos funerales en honor del rey dolión. Otra vez los argonautas despliegan las velas y su nuevo destino es Misia (región frente a la isla de Lesbos). Hércules aprovecha el arribo para tallarse un nuevo remo, pues el viejo estaba ya gastado. Entretanto, Hilas, concubino de Hércules, al buscar agua para la comida, gustó tanto a las ninfas del manantial que murió al ser atraído por ellas. Hércules abandona la expedición para poder seguir buscando a Hilas.



El libro cuarto se abre con las pesquisas de Hércules por encontrar a Hilas. Sin embargo, los dioses le ordenan ir a los montes caucásicos para liberar a Prometeo. Los argonautas, mientras tanto, corren toda suerte de aventuras: Orfeo canta para ellos la historia de Io con el propósito de explicarles la toponimia del Estrecho del Bósforo; Pólux lucha contra el rey Amico; llegan a Tracia, al reino de Fineo (actual Bulgaria), y la nave pasa a través de las Simplégades (dos rocas que colisionaban entre sí e impedían a los marinos penetrar en el Helesponto) para llegar a Mariandinis (una comarca de la costa del Mar Muerto).


El libro quinto cuenta el deseado desembarco en la Cólquide, donde el rey Eetes posee el anhelado toisón de oro. Una vez que Jasón le explica al rey el propósito de su visita, éste le impone duras condiciones para entregarle el vellón: que los argonautas se unieran a su ejército para luchar contra su hermano Perses, uncir dos toros regalados por Hefesto con pezuñas de bronce que arrojaban fuego por los hocicos, arar con ellos un campo y sembrar los dientes del dragón de Ares, regalo de Atenea.


Los tres últimos libros (VI-VIII) se centran en los amores de la maga Medea, hija de Eetes, y Jasón. Su amor era el fruto de un ardid divino entre Juno y Venus. Los trabajos exigidos por Eetes eran muy duros y el héroe no sabía cómo llevar a cabo tal tarea; Medea se había enamorado del héroe y, sabedora de las peligrosas pruebas, promete ayudarle con sus poderes mágicos si se casa con ella y le lleva a Grecia. Así pues, Medea proporciona un ungüento que le protegerá del fuego de los toros y le desvela cuál era el peligro y la solución para los dientes del dragón: surgirían soldados armados dispuestos a matarlo, pero él debía arrojarles una piedra desde lejos para que combatiesen entre sí, al culparse unos a otros de tirar la piedra. Jasón, gracias a las instrucciones y las artes de Medea, supera todos los requisitos. El rey, no obstante, no cumple su promesa y planea incendiar la nave Argo. Por fortuna, Medea de nuevo ayuda a Jasón y, por fin, puede coger la preciada piel dorada. Los argonautas huyen por mar hasta llegar a la desembocadura del Danubio. La obra se interrumpe apenas celebrada la boda de Medea y Jasón.


El tema de los argonautas durante el siglo I d.C. fue especialmente afín a la sociedad romana, empeñada, por entonces, en descubrir nuevas tierras. De hecho, el propio Valerio, en el prólogo de sus Argonáuticas, invoca al emperador Vespasiano y rememora su viaje por el mar del Norte al mando de la legión de Bretaña. Por otro lado, Hibernia y Britannia (Irlanda y Bretaña) estaban siendo mejor exploradas. Jasón, el héroe de la expedición, encarna a la perfección este afán aventurero y así dice en Argonáuticas I 1, 68:

“Cuánta tierra, cuánto cielo no es permitido conocer...”

La historia de Jasón había sido recreada a menudo por autores griegos. Píndaro, por ejemplo, en su Pítica 4, había elaborado algunas escenas sobre los argonautas. Con todo, la fuente principal de Valerio es, sin duda, las Argonáuticas de Apolonio de Rodas (200 a.C.). Dicha obra ocupa cuatro libros y, en torno al siglo I a.C., fue vertida en hexámetros latinos por P. Terencio Varro Atacino. Apenas unos fragmentos han sobrevivido de su traducción. Valerio siguió a su predecesor helenístico, pero de manera muy libre. Las diferencias estriban en el desarrollo de la obra y en la caracterización de los personajes. Así, el catálogo de los héroes resulta más corto y menos tedioso que el de su modelo griego. El poeta latino añade motivos nuevos (el rescate de Hesíone o la lucha de los argonautas y los escitas), pero también suprime pasajes de Apolonio (la visita a Circe para expiar el asesinato de Absirto, hermano de Medea, o a Feacia, donde según Apolonio se celebran las bodas de Medea y Jasón). Además, la nave Argo recorre el mar del Norte en clara intención glorificadora de los logros marítimos de los romanos. En cuanto a la descripción psicológica de los protagonistas, la Medea de Flaco está menos pulida que la de Apolonio: es más infantil, más romántica que trágica y no siente un amor arrebatado por Jasón a primera vista. Pero, en general, se admite que el poeta describe mejor a Jasón, quien en el relato griego adolece del temperamento heroico que Valerio consigue imprimir en el héroe. De otra parte, la travesía dramatizada por Valerio muestra mayor precisión geográfica que la de Apolonio de Rodas.

Su estilo es un tanto desigual: a veces muy rico, pero otras en exceso obscuro. Su elocuencia no es tan florida como la de Lucano, ni su pluma tan fluida como la de Estacio. Entre sus recursos favoritos está el hipérbaton, el zeugma y el paréntesis explicativo. Su lírica abunda en descripciones pintorescas y naturalistas que denotan, en cierta medida, el gusto decorativo de la época.En la Antigüedad clásica la única mención a Valerio Flaco se debe a Quintiliano. No obstante, Estacio, Terenciano Mauro o Claudiano leyeron y usaron su obra. Durante la Edad Media, este poeta latino fue recogido en los florilegios, por lo que tuvo una difusión parcial. Durante los siglos XIII y XIV fue leído, entre otros, por Lovati, Mussato y, tal vez, Chaucer. Asimismo, el erudito francés Julio César Escalígero estimaba mucho el talento artístico de Valerio Flaco.
http://epicagriegalasargonauticasdeapolonio.blogspot.com/2014/04/estructura-y-sintesis-argumental-de-la.html
https://www.researchgate.net/publication/307858101_Valerio_Flaco_Argonauticas_Introduccion_traduccion_y_notas
https://www.ehumanista.ucsb.edu/sites/secure.lsit.ucsb.edu.span.d7_eh/files/sitefiles/ehumanista/volume25/ehum25.bonmati.pdf

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