A partir de entonces, la Iglesia, con el brazo secular como medio ejecutor, mantendrá una lucha continúa contra la heterodoxia, adquiriendo mayor fuerza y eficacia conforme aumente el poder del Papado y su influencia en los territorios cristianos, y funde hacia 1200 una nueva institución cuya función principal será combatir la herejía: la Inquisición.
Sin embargo, ni la conversión del Papado en una monarquía teocrática, que redujo la unidad de la Iglesia no cuestionada por ningún cristiano, a pura y simple uniformidad, ni el desarrollo del aparato represor, impidieron que a lo largo de toda la Edad Media continuaran apareciendo movimientos fuera de la ortodoxia.
Muchos de ellos surgieron en el seno de la propia Iglesia y, en un primer momento, buscaban reformas que la devolvieran a los orígenes lejos de la riqueza y la corrupción. En otros casos, el aspecto reformador incluía reinterpretaciones de los dogmas de la Iglesia, o de la liturgia, o rompía directamente con los principios en los que asentaba la Iglesia, enfrentándose a la jerarquía.
Se definen en nuestros días como un error en materia de fe, sin embargo en un principio, este concepto se utilizaba para hacer referencia a una variedad de interpretación dentro del mensaje proporcionado por Cristo. Es Ireneo de León quien le da una connotación negativa al vincularlo con errores doctrinales, así la herejía queda asentada como antítesis de la ortodoxia.
Es precisamente en el contexto marcado por el debate entre la ortodoxia y la heterodoxia donde surgen las herejías. Se vinculan fundamentalmente a los pueblos bárbaros y a que estos se habían formado al margen de la educación romana y por ello son más propensos a abrazar este tipo de creencias. Si es cierto que toda religión es susceptible de albergar en su seno diversas corrientes filosóficas, bandos o parcialidades. Todos estos debates internos desembocan en el triunfo de un cuerpo de doctrina dotado de cierta homogeneidad llamado ortodoxia. Sin embargo, en contraposición a ello surgen diversas variaciones que han intentado resquebrajar al cristianismo
Herejías. Los ángeles del bien y del mal, acuarela de William Blake. Tate Gallery
Maniqueismo
La primera herejía que surge en la alta edad media es el maniqueismo. Muchos autores plantean que realmente no estamos ante una forma herética del cristianismo sino ante una religión anterior. Fundada por Maniqueo, su nacimiento se vincula a la zona de Irán en torno al siglo III a.C se difunde por la zona de Siria donde entra en contacto con el cristianismo primitivo. La persecución de la misma vino de la mano de Diocleciano aunque será Valentino I quien tome medidas para prohibir sus reuniones. A pesar de ello, el maniqueísmo tiene especial influencia en otras herejías como el catarismo.
Donatismo
La segunda herejía que nos encontramos es el donatismo, surge debido a la elección de un obispo de Cartagena asociado a los traditores. Ha sido considerado por autores como Mitre un cisma ya que las cuestiones que lo afectan no son estrictamente dogmáticas, los donatistas concebían a la iglesia como una comunidad que no debería tener contacto con las autoridades civiles. Es en el año 313 mediante un concilio celebrado en Roma por el Papa Milcíades cuando se empieza a limitar al donatismo. Sin embargo, no se va a condenar hasta el concilio de Arles del año 314. Su influencia es tal que todavía en el año 343 en el concilio de Sárdica se discute acerca de esta herejía, de hecho ha llegado incluso a identificarse como una secta. Ya en el 411 su impronta comienza a reducirse porque se promueve un nuncio en favor de la unidad católica.
Arrianismo
A la vez que se desarrolla la disputa donatista de occidente surge la gran cuestión teológica del siglo IV: la herejía arriana. Su promotor es Arrio, que en el año 318 empieza a difundir este movimiento. Se trata de una religión monoteísta que se basa en el lema: “Dios es uno, eterno e increado”. Para los arrianos Dios es el único que posee la naturaleza divina y Cristo como su hijo es una criatura que no puede considerarse plenamente divina. Mediante este movimiento se propone una nueva disposición trinitaria y por ello se ha considerado una prueba para el cristianismo. La fe de Arrio acaba por adquirir un sentido étnico denominado fides germánicas.
La primera condena contra el arrianismo se produce en el año 325 mediante el concilio de Nicea donde se refleja como la ideología arriana choca con la tesis de Atanasio de Alejandría. La tensión causada por el impacto de esta herejía se deben a que el movimiento puede afectar al carácter vertebrador que tiene el cristianismo en el Imperio.
El arrianismo más persistente se manifiesta en el pueblo visigodo sin embargo este movimiento también tiene cierta influencia en otros pueblos como los vándalos, los ostrogodos o los lombardos.
A partir del siglo VI los conflictos aumentan porque se producen numerosas persecuciones a los católicos por parte de un gobernante herético. Es la lucha de poder entre Hermenegildo y Leovigildo, se llega a la conclusión de que las luchas internas de estos años generan grandes divisiones en la comunidad goda.
El conflicto de los visigodos finaliza con la conversión de Recaredo en el III Concilio de Toledo en el año 589. Este concilio supone el triunfo de la ortodoxia y genera un cambio en la imagen que se ha tenido siempre del visigodo, ya que deja de ser un enemigo religioso.
Priscilianismo
En el año 381 en el concilio de Zaragoza surge una nueva controversia religiosa el priscilianismo, denominada así por el nombre de su maestro Prisciliano. Mediante este concilio se establecen ciertas prácticas y costumbres como por ejemplo que las mujeres asistan a la lectura de la biblia. En el año 385 Prisciliano es objeto de proceso y ejecutado en Tréveris por orden de Máximo. A pesar de ello, el movimiento se mantiene en Hispania hasta el siglo VI. Este movimiento tiene especial importancia porque transciende del ámbito religioso al tener especial influencia en cuestiones sociales, autores como Blázquez consideran que el fenómeno tiene una dimensión socio-económica importante. La influencia social que tiene el movimiento sobre todo en territorios como Galicia hace que se lleven a cabo medidas para limitarlo, entre ellas destaca el I concilio de Braga celebrado en el año 561. En él se recogen los errores que supone el movimiento: el priscilianismo niega la consustancialidad del padre, hijo y espíritu santo y que toda carne no es obra de Dios sino de los ángeles.
Estas principales controversias religiosas se convierten en disidencias que deben erradicarse mediante diferentes medios, uno de los más simples será las diferentes medidas coactivas impulsadas por las autoridades imperiales y eclesiásticas. Algunos medios dan lugar a la literatura anti-herética (concilios y actas) que puede servir como fuente para conocer las razones por las que se condena a un movimiento. No todas las herejías dan lugar a los mismos resultados, de hecho algunas como el donatismo y el priscilianismo generan que la herejía se conciba de forma distinta.
Adopcionismo
En la Alta Edad Media las herejías tienen un carácter fundamentalmente doctrinal, herederas en muchos casos de controversias surgidas en los siglos anteriores, y con frecuencia de un marcado carácter local. Junto al priscilianismo ya mencionado destacan: el donatismo, movimiento de carácter rigorista que dejaba fuera de la comunidad a los pecadores, y que tuvo gran fuerza en el norte de África durante los siglos IV y V; el pelagianismo, que se extendió por Oriente y el Norte de África en el siglo V, y que sobrevivió hasta el siglo VI en la Galia y Gran Bretaña., y que afectada a cuestiones relacionadas con la gracia y el pecado original; el rebrote del adopcionismo, que consideraba a Jesús un hijo adoptivo de Dios, en la península, en la diócesis de Urgel y la ciudad metropolitana de Toledo, a los pocos años de la irrupción musulmana, rápidamente sometido por la Iglesia.
Albigenses y cátaros
Caso aparte es el de albigenses y cátaros. Fue la más importante de todas las herejías de su tiempo, no sólo por su arraigo y extensión territorial - afectó a todo el Mediodía francés - , sino por sus repercusiones políticas, y por ser la única que realmente supuso un grave peligro para la unidad de la Iglesia.
Los cátaros, herederos de los movimientos dualistas basados en los principios del maniqueísmo, creían en dos principios el Bien y el Mal, organizándose en una iglesia aparte, en la que los fieles se dividían en perfectos, minoría de consejeros, y fieles, masa de creyentes. Abolieron los sacramentos, que fueron sustituidos por el consolatum, que se administraba antes de la muerte. Tolerada por las autoridades políticas, la herejía se extendió con rapidez y tras diversos intentos del Papado, se proclamó la Cruzada, que dirigida por Simón de Monfort, se inició con la matanza de Beziers (1209) y terminó con la batalla de Muret (1213), con la que no sólo se erradicó la herejía de la zona, sino que se ahogó en sangre la independencia del Midi, vinculando la zona definitivamente a Francia.
Por último, durante la Baja Edad Media los deseos de reforma de la iglesia se hacen generales, y, junto a las corrientes ortodoxas, surgen movimientos de carácter heterodoxo que anuncian ya lo que va a ser la gran eclosión protestante en los comienzos de la Modernidad.
Wiclyfismo
El wiclyfismo representó una ruptura total con la Iglesia, ya que afirmaba que existía una relación directa entre los hombres y Dios, sin la intromisión de la iglesia. Juan de Wyclif consideraba además que las Escrituras eran suficientemente claras y no necesitaban la interpretación de la Iglesia, por lo que favoreció la traducción de la Biblia.
Tras su muerte sus enseñanzas se expandieron con rapidez: su Biblia apareció en 1388 y sus doctrinas se matizaron en tres corrientes, la académica, la política - grupos de parlamentarios y nobles deseosos de que la monarquía se sacudiera la tutela del pontificado -, y la popular que habría de proyectarse en el movimiento de subversión social ya referido de los lollardos.
Las obras de Juan de Wyclif influyeron de manera inequívoca en el fundador del otro gran movimiento de la época, el husismo. Juan Hus añadió a los preceptos de Wyclif la denuncia de los vicios del clero y la corrupción del Pontificado. Hus fue condenado por herejía en el Concilio de Constanza y quemado el 6 de julio de 1415 junto a su compañero Jerónimo de Praga.
Hasta aqui el resumen de las principales Herejias del Alto Medievo...cada una de ellas es merecedora de un estudio mucho mas exaustivo...Muchas gracias
http://www.arteguias.com/herejiasmedievales.htm
http://revistadehistoria.es/herejias-en-la-alta-edad-media/
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