miércoles, 28 de enero de 2015

EL DIARIO SECRETO DE MARGA GIL RIESSET...LA SUICIDA ENAMORADA


La historia de Marga nos golpea de nuevo. La Fundación Lara publica  “Marga, la edición que el propio Juan Ramón Jiménez hizo del diario de Marga Gil Roësset, la joven artista que se suicidó por amor al poeta. Fue en julio de 1932, tenía Marga 24 años, el poeta 51, y hasta febrero de 1997 su historia se mantuvo oculta, pese a estar trufada de versos, dibujos y esculturas extraordinarios.  Habrá personas que recuerden la historia de amor y muerte de Marga y los versos inéditos del poeta, pero es ahora cuando se editan junto al diario que dejó escrito Marga y tal y como lo proyectó Juan Ramón porque “Tu sufrimiento, muerta tú, se ha quedado espandido sobre mi”.El diario de Marga, 68 páginas escritas a lápiz, con letra grande sin apenas fechas, con frases inacabadas e indescifrables algunas, regado de puntos suspensivos y ahogado en tristezas, lo dejó Marga en casa de Juan Ramón Jiménez la mañana misma que se mató. Tal vez para que el poeta lo leyera y se diera cuenta de su amor desesperado, o para que lo guardara para siempre. El caso es que Juan Ramón, ay, no creyó que fuera nada importante, y no lo abrió hasta el día siguiente, cuando ya Marga se había pegado un tiro en la casa de sus tíos en Las Rozas, después de pasar por el cantero y destruir todas las esculturas que allí tenía.



  El diario lo debió escribir Marga en el último mes de vida, cuando sus visitas a casa de Juan Ramón se iban convirtiendo en habituales porque esculpía con vigor un busto de Zenobia –ella, que era una artista total, pintora desde los ocho años, delicada, fuerte y viril escultora después, insegura y, al tiempo, de una personalidad y un atractivo extraordinarios–. Lo empezó a escribir cuando ya sabía el final. Y es tan poético y tan explícito, que estremece:
“… Y es que… Ya no quiero vivir sin ti… no… ya no puedo vivir sin ti… … tú, como sí puedes vivir sin mí… … debes vivir sin mí…”
“Mi amor es infinito!…La muerte es… infinita… el mar es infinito… la soledad infinita… yo con ellos… yo… con lo infinito…”  “Qué dulce es el amanecer del día último…”
“Noche última… que querría tanto a tu lado… y estoy sola… …sola… Yo así en la vida estoy, pero en la muerte ya nada me separa de ti… muerte… cómo te quiero!”
TÚ ABSORTO EN LO INMENSO…
Porque la obsesión, la desilusión y la tristeza van creciendo en el alma de Marga sin compasión. Juan Ramón quiere ayudarla en su formación como artista. “Tienes que irte a París o Londres, le dice el poeta, y conocer a los grandes artistas, y aprender de ellos”. “¿De verdad quieres que me vaya?”, responde, desolada, y escribe en su diario:
“Si tú, espontáneamente, me dieras un beso… y me atrajeras… así… estrechamente… dejándome… oír en tu pecho latirte el corazóny un poco también la plata de tu voz…Sería glorioso”.
Pero nada. Juan Ramón no quería, no quería que le quisiese, no quería que descompusiese su vida.
“Tú absorto…concentrado en lo inmenso”, escribía la pobre Marga. …“Me parece que tendré que morirme triste… sin beso… ni corazón… ni voz de plata… ni versos… ay! Imaginar… siempre imaginar… y yo no sé si en ese momento sabré engañarme aún… o me moriré de pena”.
Otros días, pocos, Marga se siente exultante, y escribe:
“Esta tarde has venido… viva, qué alegría me has dado… Juan Ramón… …Estabas…eres tan, no te enfades, comprende que soy artista… y claro, me fijo…tan guapo, no,no es esa la palabra: … sujestivo, persa…ojos, qué ojos … ¡dios, qué ojos! … nariz, boca, ¡labios!… dientes… pómulos nobles… expresión… Todo tú… desde todos los aspectos… cómo me gustas, ¡y cómo te quiero!
LA POBRE MARGA.
Desde aquel 30 de julio de 1932, y más aún desde el día siguiente, cuando leyó el diario que Marga le había dejado encima de su mesa, el estupor, la amargura y el silencio, sobre todo el silencio, se adueñaron del poeta, podríamos decir que para siempre. Tuvo que pasar tiempo hasta que Juan Ramón dejara a Zenobia esta nota escrita a mano:
“Este manuscrito me lo dejó la pobre Marga la mañana del día que se mató. Como yo estaba esa mañana abstraído en mi trabajo y creí que lo que me dejaba Marga era algún poema para que yo se lo repasara, no lo miré ese día. Además, ella me dijo: ‘No lo leas ahora’. No te lo he dado porque creo que es mejor no dártelo. Tampoco puedo romperlo; sentiría como si rompiera a Marga muerta. Puedes leerlo. Pero no varíes de sentimiento por Marga, ni pienses mal de ella”.
Juan Ramón guardó estas hojas estremecedoras durante años dentro de una carpeta amarilla. Las leía, corregía, agregaba fotos y dibujos de Marga, poemas suyos… Decidió desde el principio que publicaría un libro conjunto en memoria y homenaje a Marga que se llamara así, Marga,porque quiero que Marga quede incorporada a mi obra”, le dijo a su buen amigo José Guerrero Ruiz. Pero las circunstancias políticas de España, la guerra, el exilio de Zenobia y Juan Ramón en Puerto Rico, y, especialmente, el robo por parte de Martínez Barbeiro, Félix Ros y Carlos Sentís de muchos de los papeles y objetos que el poeta había dejado en su casa madrileña de la calle Padilla… contribuyó a que “lo de Marga” permaneciera fuera del control del poeta durante lustros.




QUIERO CONTAR TU HISTORIA.
Juan Ramón ya había empezado a hablar y escribir sobre ella, primero sin mencionar su nombre y luego ya, en los años 40, más abiertamente. “Marga era de verdoso alabastro, con ojos hermosos y tristes, y pelo liso castaño… Llevaba el alma fuera, el cuerpo dentro…” decía en las primeras versiones todavía mutiladas de su libro Españoles de tres mundos. Hasta 1997,como la propia historia de Marga, no vió la luz el texto completo, que termina así:
“Si pensaste al morir que ibas a ser recordada, no te equivocaste, Marga. Acaso te recordaremos pocos, pero nuestro recuerdo te será fiel y firme. No te olvidaremos, no te olvidaré nunca. Que hayas encontrado bajo la tierra el descanso y el sueño, el gusto que no encontraste sobre la tierra. Descansa en paz, en la paz que no supimos darte, Marga bien querida”.
                                       
El libro que ahora se publica incluye, además del diario tal y como lo dejó editado Juan Ramón, es decir, con los subrayados de Marga y las correciones del poeta, que aparecen en el texto en cursivas, otros textos, algunos de ellos inéditos de Zenobia Camprubí referentes a Marga. Cuenta Zenobia cómo entró “la niña en nuestras vidas” y muchas de las conversaciones que tuvo con ella. Rezuman sus textos cariño y compasión.
“Marga –comienza uno de ellos– quiero contar tu historia, porque tarde o temprano la contarán los que no te conocieron o no te entendieron. Quiero decir las cosas como fueron, sin añadirle ni quitarle lo más mínimo a la verdad, para los que lean las falsedades puedan referirse a lo mío y separar lo falso de lo cierto de modo que figures como eras: apasionada y sana, insegura y heroica”.
Y va refiriendo Zenobia cosas y sensaciones de la vida de Marga desde que la conoció hasta el último día de su vida. No se notaba el brillo de Marga inmediatamente, cuenta Zenobia, pero cuando se marchaba “estábamos impregnados de su presencia”. “¿Puedo ver tus pinturas?”, le preguntaba. “No, no pinto ahora. Hago esculturas, ¿no ves mis manos? Es un trabajo duro, pero lo amo”.
Escribe Zenobia también que en otra ocasión Marga les confesaba que detestaba las esculturas que hacía, sugeridas la mayor parte por su madre, y que al terminarlas las despedazaba a martillazos. “¿Has hecho alguna vez algo que te guste, Marga?”, le preguntó el poeta. “Sí, hice una cabeza de mi madre y me pareció muy buena, pero el que la despedazó fue mi padre”.

DEMASIADO SILENCIO.
Con lo que no contaba Zenobia es que nadie iba a tener acceso a ese diario hasta pasados casi setenta años. No ha habido pues malentendidos ni falsedades. Pero tampoco el reconocimiento a su tiempo de la artista Marga Gil Roësset. Por eso comparto la perplejidad que siente todavía hoy su sobrina Marga Clark y las mil preguntas que se debió de hacer su familia cuando vieron la historia de su tía Marga publicada en el periódico.
El porqué de ese silencio atroz “al que mi tía Marga había sido sometida” durante tanto tiempo, por qué no supieron hasta 1997 que se había suicidado por amor a Juan Ramón Jiménez, ni que había un diario escrito, ni que el poeta le había dedicado un puñado de versos bellísimos, ni que su tía había sido una artista de personalidad extraordinaria… ni…  
“Sin pretender pedir cuentas al pasado – escribe Marga Clark en el prólogo de Marga – me pregunto si el legado artístico de la singular creadora habría sido más justo y reivindicativo si el Diario donde Marga se sinceró hubiera sido devuelto a la familia a su debido tiempo. Para mí, este hecho todavía sigue siendo algo enigmático”.
Han pasado 82 años y el Diario de Marga Gil Roësset ve, por fin, la luz. Había que volver a recordarla.
 http://algundiaenalgunaparte.com/2015/01/21/el-diario-secreto-de-marga-gil-roesset-la-suicida-enamorada/

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