martes, 3 de enero de 2017

MARIA FELIX....HISTORIA DETRAS DEL MITO


(María de los Ángeles Güereña; Álamos, 1914 - Ciudad de México, 2002) Actriz cinematográfica mexicana. Dotada de una enigmática belleza latina, en su amplia filmografía (que incluye melodramas campesinos y revolucionarios, dramas urbanos y adaptaciones de novelas realistas y naturalistas), encarnó a una criatura altiva y desdeñosa que se rebelaba ante el sometimiento de la mujer al macho arrogante. A medio camino entre la devoradora de hombres y el ideal de la beldad inalcanzable, representó como nadie el arquetipo de la mujer fatal.Nacida en el rancho El Quiriego, cerca de Álamos, de niña se trasladó a Guadalajara, donde ganó un concurso de belleza. Estuvo casada con el compositor Agustín Lara (autor de Granada y el chotis Madrid, entre otras) y con el famoso cantante y también actor Jorge Negrete, con quien formó, en muchas películas, una pareja protagonista que ha pasado ya a la historia de la cinematografía mexicana.

María Félix fue descubierta por el director Miguel Zacarías, quien intentó, y logró, potenciar aquella "apasionada frialdad" que caracterizaba sus actuaciones. Con Miguel Zacarías debutó en el cine en 1942, interpretando la película El peñón de las ánimas, que inició la lista de los filmes en los que compartía reparto con el que iba a ser más tarde su tercer marido, Jorge Negrete. Trabajó por toda Latinoamérica y también en Europa, sobre todo en España, Francia e Italia, donde alcanzó gran popularidad
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El realizador Fernando Palacios le hizo estudiar arte dramático. Con este director consiguió su primer éxito importante en La mujer sin alma (1943), filme en el que tomó cuerpo su arquetipo de mujer bella y altiva.

 En el mismo año 1943 se le adjudicó el papel estelar de la cinta Doña Bárbara, basada en una adaptación de la obra homónima de Rómulo Gallegos y dirigida por Fernando de Fuentes. En esta película interpreta a una mujer soberbia, dominante, cruel, la clásica "devoradora de hombres" (lo que en el cine estadounidense se denomina "vamp", término procedente del apócope de vampiresa o mujer fatal), que habría de convertirse en su caracterización predominante a lo largo de todas su carrera cinematográfica.



La Doña, como solía llamársela, se convirtió pronto en un mito vivientes del cine mexicano. La Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas le otorgó el Premio Ariel a la mejor actriz en tres ocasiones: en 1947, por Enamorada; en 1949, por Río Escondido (ambas películas, al igual que Belleza maldita, dirigidas magistralmente por el Indio Fernández), y en 1951, por Doña Diabla.

Cabe destacar su interpretación en el film Enamorada (episodio de una cualquiera de las múltiples revoluciones mexicanas), en donde María Félix es al mismo tiempo, y en lucha consigo misma, la instintiva, la hermosa, la esquiva y desdeñosa, la brava, la sometida, la rendida, la enamorada...

                                                           En La devoradora (1946)

Los títulos de las películas en las actuó forman una serie interminable. Desde sus inicios, María Félix trabajó prácticamente sin descanso, requerida por directores y productores mexicanos o extranjeros, hasta el punto de que, en ocasiones, llegó a protagonizar tres o cuatro películas anuales. Esto fue, por ejemplo, lo que ocurrió en 1946, cuando interpretó dos películas de título revelador (La devoradora y La mujer de todos) y fue la inolvidable protagonista de Enamorada; también al año siguiente, en 1947, trabajó en La diosa arrodillada, Río Escondido y ¡Que Dios me perdone!


Otras películas de mención obligada son La monja alférez, que plasma en imágenes la azarosa biografía de Catalina de Erauso, aventurera que luchó como soldado en el ejército español del siglo XVII; Amok, adaptación de la novela de Stefan Zweig realizada en 1944 por el director Antonio Momplet; Mare Nostrum (1948), cinta un tanto artificiosa que corresponde a su etapa española, donde la servil sumisión de la línea dramática al lucimiento de la belleza de María Félix no sólo perjudica la continuidad y eficacia del relato, sino que daña también la sinceridad expresiva de la propia actriz y su posible identificación con la heroína; Hechizo trágico y La Bella Otero, biografía no excesivamente fiel de la famosa cupletista, ambas rodadas en 1954; y Los ambiciosos (1959), uno de los filmes que realizó el aragonés Luis Buñuel en su fértil etapa de exilio mexicano. 


 Sergio Almazán muestra un perfil más íntimo de la diva en "Acuérdate, María" (Planeta, 2014), la primera novela sobre uno de los más grandes iconos del cine mexicano. El autor trabajó sobre la hipótesis del único amor que doblegó a "La Doña": el de su hermano Pablo.Más allá del mito, María Félix (1914-2002) era una mujer “tímida, enjuta, obsesiva y atormentada”. Su principal culpa fue la del amor incestuoso que sentía por su hermano Pablo, asegura Sergio Almazán, quien muestra un perfil más íntimo de la diva en Acuérdate, María (Planeta, 2014), la primera novela sobre uno de los más grandes iconos del cine mexicano.Para el autor, la realidad de la actriz era tan avasalladora que la literatura se volvió herramienta indispensable para revelarla en las últimas horas de su vida. “Si contaba esta historia como biografía, nadie me lo iba a creer”, sostiene el periodista, quien afirma que “en el momento previo a la muerte, los seres humanos siempre se sinceran con la vida”.Aclara que todos los personajes que conforman la obra fueron reales e incluso se respetaron sus nombres. “Me interesaba mostrar a una mujer de carne. Este libro es el ajuste de la gran historia de María, a quien nadie ha dimensionado de forma correcta”.

Almazán a través de una técnica periodística que incluyó entrevistas, definición de patologías psicológicas e investigación documental en diversos países como México, Colombia y Francia,trabajó sobre la hipótesis del único amor que doblegó a La Doña: el de su hermano Pablo, quien se dio un tiro en la sien durante su estancia en el Colegio Militar, lugar a donde lo recluyeron sus padres por temor a que la relación con la joven María siguiera avanzando.“El que estaba muerto era más que mi hermano  Habíamos compartido también una vida en secretos”, dice el personaje de María al momento de enterarse del fallecimiento de "Mi Gato" (como solía llamarlo), hecho que, escribe Almazán, hizo que el corazón de la actriz se convirtiera en piedra.El escritor refiere que descubrió el incesto luego de una serie de minuciosas entrevistas con gente cercana a La Doña, así como numerosas búsquedas de documentos oficiales, como el parte médico de la muerte de Pablo en el Colegio Militar (papel que tardó año y medio en conseguir). En ese documento se confirma el suicidio. Además, el autor recuerda en lo que alguna vez María Félix contó al historiador Enrique Krauze: “Ningún amor tiene el perfume del incesto”. Por ello, Almazán no duda en aseverar que fue real: “Ésta es una historia de los amores que germinan dentro de una familia”. La vida de María, que inició en Álamos, Sonora, un 8 de abril y se apagó en la Ciudad de México en esa misma fecha, 88 años después, se divide en tres grandes momentos, según Almazán: la inocente y enamoradiza María de los Ángeles Félix Güereña; la altiva y dominante nacida en Doña Bárbara (Fernando de Fuentes, 1943), y, finalmente, la María “desmitificada” de 75 años, que daba entrevistas en su propia casa.
Comenta que la María nacida en el desierto de Sonora muere cuando se entera del fallecimiento de Pablo, “el único deseo por el que vivió”. Años después llegaría la femme fatale, el mito cinematográfico que todos conocieron. Posteriormente, llegaría la senectud, la cual haría de ella una mujer “más sabia y tolerante”.


"La Félix"  tenía otro trauma.“Su belleza que no se podía doblegar nunca. Durante toda su vida tuvo que sostener el mito que ella misma creó. Murió sin amigos, hasta su hijo le huía. Ése fue el precio que tuvo que pagar por ser La Doña: la soledad”.El momento clave, apunta Almazán, es cuando su padre la veta para siempre de la familia tras la muerte de Pablo. A partir de ese momento, María cambia drásticamente y soporta, “con estoicismo, la muerte civil que le dio su familia”.Tiempo después, dice, se gestaría el mito, la mujer poderosa, refinada y afrancesada que adaptaba el cine a sus propios caprichos. “Pese a y por toda su fama, María se aferra a la nada”. Justamente por eso, comenta, se identificó con La metamorfosis de Franz Kafka, obra que le hizo decir: “Ésa soy yo, una piel que no acaba de ser la de alguien; soy la piel de quién sabe qué”.María pasó por varios cambios de piel a lo largo de su vida. Se identificaba con la serpiente, animal muy atractivo para ella debido a la “cosmovisión yaqui” que le heredó su nana Jana, uno de los personajes centrales de la obra, quien sin saberlo le dio recursos para soportar lo que le vendría encima el resto de sus días. La actriz solía lucir un brazalete de oro en forma de serpiente.Sergio Almazán sostiene que María Félix sólo alcanzó la libertad al momento de su muerte.

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/felix.htm
 http://www.elfinanciero.com.mx/after-office/amor-impropio-el-incesto-la-gran-carga-de-maria-felix.html
http://www.adnpolitico.com/ciudadanos/2014/04/06/maria-felix-centenario-frases-polemicas-amor-dinero-exito

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