lunes, 31 de octubre de 2016

LA MODA EN EL SIGLO XIX


Haciendo un breve resumen por la moda femenina desde principios de siglo hasta los albores del siglo XX.
Alrededor de 1800 el estilo de vestido que estaba en boga en Europa era el denominado estilo imperio más identificado con el periodo de la Regencia que con la Era Victoriana.
empire
El diseño era sencillo, con la cintura muy alta, anudada bajo el pecho, sin marcar la figura, con un largo hasta los tobillos dejando ver los pies. Las mangas cortas tipo farol o largas ajustadas. Bajo el vestido, elaborado con telas muy finas como la muselina, se usaban ligeras enaguas de algodón.
Para protegerse del frío las damas utilizaban abrigos de lana fina; uno de los modelos más utilizados era una chaquetilla corta del tipo torera, habitualmente con mangas abullonadas y doble botonadura. En otras ocasiones los vestidos se cubrían con chales.
hats
Los mobcaps o cofias de algodón blanco tan populares en el siglo XVIII y los primeros años del XIX utilizados para cubrir la cabeza en el interior del hogar y posteriormente utilizados por el servicio, fueron paulatinamente evolucionando hacia los bonnets, un sombrero de ala ancha que se ataba con una lazada bajo la barbilla. El bonnet se confeccionaba en varios estilos : el cottage bonnet un bonete tipo campesino, hecho de paja y adornado con sencillez, el sun bonnet, más ancho para proteger la cara de los rayos solares, el drawn bonnet, un gorro más elegante y elaborado, típico de las damas victorianas de ciudad, el poke bonnet, o bonete con un velo muy fino que cubría el rostro y el elaborado y recargado tall-crowned bonnet, con la parte posterior más alta y muy ornamentado con flores, lazos y telas. Los materiales utilizados para confeccionarlos eran terciopelo, satén, algodón, gasa y paja.
godey
A medida que avanzaban los tiempos y la sociedad industrial adquiría un mayor nivel adquisitivo, los trajes fueron haciéndose más recargados, con vistosos bordados, telas llamativas y caras como el terciopelo y la seda de colores,  mientras que lazos y azabaches dotaban de un espectacular acabado a trajes como los flounced dresses, vestidos de faldas de capas o volantes. Estos vestidos, contrariamente a los empire gowns, eran muy ajustados al cuerpo, de mangas largas marcando la cintura con chaquetas estrechas y ceñidas a la cintura. El amplio vuelo de las faldas se conseguía con enaguas de aros o crinolinas. Su longitud era larga, sin dejar ver los pies de las damas.
princess dress
Fueron también muy populares en esta época los vestido de princesa, princess dress, largos, de una sola pieza con un cuerpo ajustado y una falda con crinolina. Una característica distintiva del vestido era su botonadura que iba desde la parte superior hasta los pies.
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Hacia la segunda mitad del siglo, sobre 1870 un nuevo estilo de vestido se hizo muy popular: el hourglass dress. Su forma de reloj de arena con un cuerpo muy ceñido, destacando el busto y la cintura para hacerse más ancha en las caderas la proporcionaba no sólo el vestido sino también los corsés que tan de moda se pusieron – y tantos problemas de salud le causaron a las mujeres.
Para acentuar aún más la estrechez de la cintura, el vestido se ancheaba en las caderas y a la altura del trasero con la ayuda de un polisón.  El vestido era largo y se estrechaba a la altura de los tobillos, lo que hacía difícil caminar. Para complicar aún más las cosas hacia 1880 el vestido se hizo más largo, y el polisón y la falda incrementaron su tamaño, pero con el corsé lo más apretado posible para contrastar pecho, cintura y cadera, creando una figura casi imposible.
La similitud de la figura de la mujer con un reloj de arena hizo que a este tipo de vestido se le llamara hourglass figure dress.
victorian hats
Los materiales utilizados eran sedas, satén y bordados para las ocasiones formales y lana, algodón y terciopelo para los paseos. Los sombreros eran pequeños, de ala corta pero muy recargados en sus adornos, con plumas, guirnaldas e incluso ¡pájaros!. De hecho fue famosísimo el denominado bird’s nest hat, sombrero nido de pájaro, por llevar en su parte superior uno o dos pájaros en sus nidos – no vivos, of course!
Por esta época y como complemento de la ropa de fiesta se pusieron de moda los turbantes de seda, adornados con joyas, plumas y flores, influenciados por la cultura hindú.
En la última década del siglo, la mujer comenzó a liberarse poco a poco de las incomodidades de los polisones y las crinolinas, sustituyéndolas por simples enaguas y pantaloncitos o drawers más adecuados para usar trajes más cómodos y prácticos. La mujer comenzaba a incorporarse paulatinamente al mundo laboral administrativo y necesitaba libertad de movimientos.
Las vistosas exageraciones de mitad de siglo dieron paso a trajes con twill walking skirts, faldas circulares, ceñidas con un cinturón y acampanadas en la parte inferior, ligeramente más cortas que sus antecesoras, dejando ver sus botines.
Completaba el vestuario de esta nueva mujer una blusa de cuello alto y mangas abullonadas y una chaqueta corta y ajustada. La cabeza se cubría con un sencillo sombrero pequeño y poco adornado o por un simpático sombrerete de paja de nominado straw sailor hat, únicamente engalanado con un lazo o una pluma pequeña.
christmas
Los complementos más utilizados por las mujeres victorianas eran los parasoles y los pequeños bolsos, tipo bombonera, drawstring hangbag, adornados con azabaches y hechos de satén y terciopelo, con elaborados bordados, abanicos y mutones, fur muffs.
Como hemos visto poco a poco el proceso de revolución industrial y la incorporación de la mujer a la vida social más allá de la anfitriona casera y madre de familia fueron moldeando los diseños de la moda a través de los años, pero también creando un nuevo modelo de negocio muy lucrativo, que no ha dejado de crecer en los siglos sucesivos.
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EL SOMBRERO MASCULINO...HISTORIA Y USO

El sombrero es una prenda con copa y ala que se utiliza para protegerse del sol y el frío o también como adorno. Lo utilizan tanto hombres como mujeres.
En algunos casos, el sombrero, incluso puede indicar diferencias sociales.
El origen del sombrero es muy antiguo y su uso y forma se han ido transformando a lo largo del tiempo. Uno de los primeros registros que se tiene de este accesorio es en las pinturas de las tumbas tebanas del siglo XVI a.C., en el que los egipcios aparecen con distintivos ornamentos en sus cabezas. Se cree que el gorro frigio , un sombrero utilizado en la Antigua Grecia (siglo XII a.C.) y que más adelante se utilizó como símbolo de libertad, fue uno de los primeros sombreros propiamente dichos, pero sin alas. El primer registro del sombrero con alas data en realidad del siglo V a.C. en Grecia, el cual fue usado por viajeros y cazadores para protegerse del sol y de la lluvia.El verdadero sombrero nació en el siglo XIV y adquirió popularidad en toda Europa.


En el siglo XVIII predominó el tricornio, es un sombrero con ala plegada alrededor de la cabeza,  de modo que formara tres puntas.


                                                              Sombrero homburg
El homburg es un sombrero de ala corta y copa redondeada flexible, la cual posee una hendidura a todo lo largo de ella. Es realizado en fieltro (generalmente gris) y una cinta ancha rodea la base de la copa. Este tocado entró a formar parte del guardarropa masculino en la década de 1880’s, gracias a Edward VII de Inglaterra quien lo incorpora a su atuendo cuando visitó el destino balneario -frecuentado por los ricos y famosos- Bad Homburg en Hesse, Alemania y regresó con un sombrero con dicho estilo: hecho de fieltro rígido y con una banda y el borde ribeteado con otomán.
Según algunos estudiosos, Edward VII mandó a construir el sombrero especialmente para él y bajo sus indicaciones, otros aseguran que se inspiró en el diseño de un sombrero utilizado por los lugareños alemanes para realizar sesiones de cacería.
Edward VII de Inglaterra con un homburg
Hay quienes atribuyen su autoría al miembro del parlamento italiano, Cristiano Lobbia (1826-1876) quien, en 1869 fue atacado con un palo mientras él llevaba su sombrero de hongo, realizando en la copa de éste la hendidura que caracteriza al homburg. Sea o no cierta esta versión, en algunos círculos al homburg se le conoce con la denominación de “sombrero Lobbia”, iniciándose su fabricación con gran éxito en las sombrererías italianas.
Ya fuera uno u otro su origen, una vez popularizado su uso, el sombrero homburg pasó a formar parte del atuendo, sobre todo del caballero británico, como parte del conjunto más formal de dentro de los informales, sustituyendo al bombín en aquellas ocasiones que se deseaba brindar mayor elegancia.
Winston Churchill con homburg
Winston Churchill con homburg
Llamado también el “sombrero de los lores”, al desaparecer el uso de la chistera, en las décadas 1920 y 1930’s, sería el homburg el tocado que toma el relevo, en este caso, confeccionado el fieltro negro.
1909. Diego Martell con homburg
1910. Ministers Gazette. Figurín de hombre en americana cruzada y con homburg
HONGO ó BOMBÍN:
Llamado también: Bombín (España), Derby (EEUU), Bowler ó Coke hat (UK), Melón (Francia), Bombetta (Italia), aparece en la vestimenta masculina en la segunda mitad del siglo XIX antes, por tanto, que el sombrero homburg.
Sombrero de ala estrecha y copa rígida y redondeada, fue creado por los sombrereros James y George Lock en 1849 para Edward Coke, el hermano joven del 2º Earl de Leicester. Los Lock enviaron su diseño a los sombrereros Thomas y William Bowler que produjeron el prototipo del sombrero para Coke. El diseño responde a un tocado con copa dura que no fuera tan alta como la de los sombreros de castor, por un pedido de un guardabosque a fin de proteger su cabeza contra los golpes de las ramas bajas de los árboles mientras montaban a caballo.Su uso se extendió hacia finales del siglo XIX al ofrecer una opción intermedia entre la formalidad de la chistera, asociada a las clases altas, y la naturalidad de los sombreros de blandos de fieltro usados por las clases medias más baja. Representativo, sobre todo, de la clase media inglesa, el bombín fue llevado por la mayoría de los británicos, convirtiéndose casi un símbolo de los hombres de la época victoriana.
sombreros-vintage
1900-1910

1900-1910
1900 - copia

1902. Kuppenheimer

1905. Ministers Gazette
El bombín también ha identificado al atuendo regional de las mujeres Quechua y Aymara desde que, en 1920, fue introducido en las zonas de Bolivia por los trabajadores británicos del ferrocarril. Otra zona en que se extendió su uso fue en el delta de Nigeria usado por los hombres de dicha región, quienes lo copiaron de los colonos ingleses establecidos en la zona.
Convertido hoy en un icono del British Style, ha sido reivindicado recientemente por firmas como Hackett o Ermenegildo Zegna. Chaplin lo popularizó, Laurel & Hardy lo humanizaron, Magritte lo inmortalizó.
 CORDOBÉS
El sombrero cordobés es un sombrero tradicional fabricado en la ciudad de Córdoba y usado tradicionalmente en gran parte de Andalucía, en España. Dentro de Andalucía, también se le conoce simplemente como "sombrero de ala ancha".No existen unas medidas modelo para el sombrero cordobés, cambiando las hormas y el ala. En cuanto a los colores, el color más habitual es el negro, aunque existen muchas tipologías: rojo, gris perla, verde marino, e incluso azul marino.Sus orígenes no están claros, ya que aunque en algunos grabados del siglo XVII se puede ver a algunos jornaleros que lo visten, no fue hasta el siglo XIX y principios del siglo XXcuando se generaliza su uso.


BORSALINO

Se trata de un sombrero hecho de fieltro suave, producido a partir de pelos de conejo o libre. Por norma general es de color gris o negro y tiene una cinta anudada al lado izquierdo. Fue creado en 1857, por Giuseppe Borsalno, en Alessandria, Italia.Este sombrero fue emblema de los gangsteres de los años treinta, y aunque estuvo olvidado durante un tiempo, volvió a coger fuerza y a ser reconocido mundialmente en la década de los 70, tanto que inspiró a ciertos directores cinematográficos para grabar películas como "Borsalino"(1970), y "Borsalino & Cia" .
SOMBRERO DE COPA ALTA
Este sombrero es coloquialmente conocido por "Galera" o "Chistera".Es un tipo de sombrero alto, con la cima plana, y el ala amplia, usado por los hombres a lo largo del siglo XIX, siendo ahora utilizados solamente con etiqueta de día o conjunto formal de noche.Fue inventado en 1797 y fueron populares entre los hombres de la década de 1820. En aquella época solamente los hombres de negocios hacían uso de ella, y pronto se expandió en el entorno de la gente adinerada, que lo lucían en acontecimientos especiales.
Como podemos ver  el sombrero ha tenido una relevancia bastante grande durante la historia y en consonancia con ella.

https://vestuarioescenico.wordpress.com/2015/01/24/el-sombrero-homburg/
http://mar-palabrasilencio.blogspot.com.es/2012/09/sombrero.html

domingo, 30 de octubre de 2016

LA BLANCA PELUCA MASCULINA DEL SIGLO XVIII


Desde la Edad Media, la actividad de los barberos no se reducía al arreglo del rostro y peinado del hombre, sino que, producto de decisiones de las autoridades de la Iglesia Católica que prohíben entre los siglos XII y XIII, que los clérigos siguieran practicando operaciones de cirugía, éstas comienzan a ser efectuadas por los barberos. En Inglaterra las corporaciones de cirujanos funcionaron junto con las compañías de barberos hasta 1745. A partir de ese año, por decisión del rey Jorge II de Gran Bretaña, las corporaciones serán separadas y los barberos deberán limitarse a sus funciones de corte y arreglo del cabello. El rey Luis XIV en Francia tomará la misma medida pocos años después. Esto producirá una declinación y una pérdida de prestigio en la profesión de barbero.  Pero un cambio en la moda propiciará un resurgir del prestigio de estos especialistas.
Se trata de la moda del peinado de finales del siglo XVII y todo el siglo XVIII. Con ello, los barberos se reconvierten en peluqueros, recobrando su celebridad y adquiriendo, algunos, una considerable fortuna. Las extravagancias de la moda, y sobre todo, del peinado adoptado por las mujeres, desde la invención de los polvos para dotar la deseada ‘estética de la vejez’, abrieron la imaginación de los artistas encargados de elaborar los complicados peinados femeninos o pelucas masculinas.”
Los estilos de los peinados y pelucas seguían los dictados de la moda cortesana y al comenzar el siglo XVIII aún la moda capilar masculina era mucho más compleja que la femenina. Los cabellos de la mujer se recogían en peinados discretos, mientras que las pelucas de los hombres se mantenían con el exagerado volumen de rizos, según la estética marcada por Luis XIV hasta su muerte en 1715. A la par que se reduce el volumen de las pelucas de los hombres, comienza a complicarse el peinado de las mujeres, todo ello con la generalización del ‘empolvamiento’ de los cabellos con polvos de arroz.
Los peluqueros, además de diseñar, elaborar y colocar las pelucas, tendrían la tarea de mantenerlas en buen estado periódicamente. Poco a poco, todo aquel que pudiera pagarla, comenzó a usar pelucas, cuyo diseño era una tarea complicada, y se transformó en todo un oficio de primerísima necesidad.
1773. Carington Bowles.The old beau in an extasy
1773. Carington Bowles.The old beau in an extasy
Desde la corte francesa, con la aprobación y promoción en su uso por el propio Luis XV, la peluca pequeña para el hombre se afianza como moda en el resto de las cortes del mundo en todo el resto del siglo. Recogido el cabello en una coleta, sus diseños y denominaciones variaron, pero sin volver a adquirir las dimensiones de la etapa anterior. Solamente algunos jóvenes que exageraban las modas y maneras (como los ‘macaronies’) utilizaron pelucas con volumen al frente, a finales del siglo XVIII, en clara competencia con los altos peinados femeninos.
Después de colocada la peluca en la cabeza del cliente o del busto del peluquero, se procedía al empolvado, realizado con polvos de arroz, de trigo y hasta de patatas, para las pelucas ‘baratas’. Las ‘técnicas’ para empolvar las pelucas podían variar. Gracias a la literatura y, sobre todo, a los grabados, podemos conocer que se utilizaba tanto el sistema de ‘soplado’ (colocando los polvos en un cono de papel grueso y soplando para su dispersión), como lo que podría ser el antecedente del ‘spray’ , basado en el anterior, pero empujando con la mano a la pieza que hacía emerger el polvo de forma dispersa por el extremo opuesto.
1770. Grabado de James Caldwell  y  John Collet. Impreso en  Smith y  Sayer. Londres
1770. Grabado de James Caldwell y John Collet. Impreso en Smith y Sayer. Londres
En otros grabados observamos que no se recurre a más técnica que dispersar los polvos cerca de la peluca o recurrir a motas de algodón o tela impregnados en polvo para su distribución manual por la peluca.
1780's. Barbero empolvando una peluca con algodón
1780. Barbero empolvando una peluca con algodón
Con la complejidad que requería tener una peluca ‘a la moda’ se entiende que se convirtiera, por su coste, el símbolo de status, y a pesar de su coste, muchos hombres de las clases menos pudientes intentaban poseer, al menos una. Por ello, era habitual que se produjeran en la época muchos robos de pelucas, las cuales enseguida tenían comprador, a bajo precio, en el ‘mercado negro’.
Las pelucas de mayor calidad eran las realizadas en pelo natural, pero también podía hacerse de crin de caballo o de lana cordero…Por su demanda por las clases humildes, llegaron a venderse pelucas a base de cabello de humanos víctimas de plagas como la peste…
1771. Peluquero vendiendo pelucas
1771. Peluquero vendiendo pelucas
Muchos barberos-peluqueros tenían sus ‘tiendas’ o talleres y, según la categoría de sus clientes y los propios ingresos, eran más o menos elegantes, existiendo establecimientos con muy malas condiciones, tanto de espacio como de higiene. Pero las familias pudientes realizaban este proceso en sus casas o palacios, donde poseían un salón dedicado a ello (el “toilette”) en el cual citaban al peluquero para que realizara el retoque del peinado de la peluca y su empolvamiento, cubriéndose el cliente el rosto con un cono de papel grueso para que no se le estropeara el maquillaje el cual, generalmente, realizaban primero.
1780's. Debocourt. The toilette
1780. Debocourt. The toilette
En 1777 existían aproximadamente 1,200 peluqueros trabajando en París. Con la generalización del uso de la peluca, se presenta un conflicto entre los peluqueros ‘estilistas’ y los peluqueros ‘hacedores’ de pelucas, tarea que comenzaron a realizar los barberos, especializándose en las técnicas de hacer, empolvar y mantener las pelucas.
A pesar de estos enfrentamientos, para esta fecha, ya estaban bien definidos ambos oficios: el de peluquero y el de barbero, quedando éste como el profesional de arreglar el rostro, cabello y peluca de los hombres y el peluquero, como ‘estilista’ al servicio de las modas femeninas, cada vez más extravagantes.
http://www.blogodisea.com/wp-content/uploads/2010/01/pelucas-siglo-XVIII-francia-barberia-1024x646.jpg
https://vestuarioescenico.wordpress.com/2015/11/14/la-blanca-peluca-masculina-del-siglo-xviii-y-el-proceso-de-empolvarla/
http://mar-palabrasilencio.blogspot.com.es/2012/10/la-historia-traves-de-las-pelucas.html

jueves, 13 de octubre de 2016

LOUIS-LÉOPOLD BOILLY...LAS COSTUMBRES Y LA MODA


Para cualquier investigador sobre el traje y la moda, hay nombres de pintores que se convierten referentes habituales, al constituir su obra en fuentes para visualizar la vestimenta de una u otra etapa de la historia. Los hermanos Limburg, Loyset Liédet o Jan van Eyck para la vestimenta de los siglos XIV y XV; Rafael o Ghirlandaio para el estilo del Renacimiento Italiano; Antonio Moro, Sánchez Coello para la moda española del siglo XVI y así la lista sería interminable…
La pintura, especialmente el retrato, es una de las fuentes fundamentales para el estudio del traje y la moda. ¿Qué sería del los estudiosos del traje sin el legado de los grandes maestros del retrato?…Aún cuando las fuentes más objetivas para el estudio del traje son las muestras originales de prendas de vestir, la variedad de referentes visuales que proporciona la pintura solamente sería sustituido posteriormente con la fotografía.
Y uno de los nombres cuya obra es imprescindible para visualizar la moda de finales del siglo XVIII y principios del XIX es Louis-Léopold Boilly, pintor y dibujante francés, realizador de muchos retratos pero también de obras de pintura de género, documentando así gran parte de la vida social francesa de clase media.
Boilly nació en 1761 en La Bassée, al norte de Francia. De padre escultor y formación autodidacta, comenzó a pintar muy joven, produciendo obras desde que tenía 12 años. En 1787 se trasladó a París, ciudad donde comienza a adquirir notoriedad obteniendo la Medalla del Salón de París en 1804. En 1833 fue condecorado como Caballero de la orden más alta de la nación, la Legión de Honor.
Las primeras obras de Boilly mostraron una preferencia por los temas amorosos y moralizantes. De estilo neoclásico según la corriente de la época, su sello lo marcaban las pinturas de pequeño formato en las que, sin embargo, podía retratar hasta el mínimo detalle. Deudor de la pintura holandesa del siglo XVII y de pintores Gabriel Metsu, Willem van Mieris y Gerard ter Borch, de cuyo trabajo se nutre, coleccionando varias de sus obras.
A partir de 1794 es cuando Boilly comenzó a interesarse por las escenas de grupo, a manera de crónicas sociales, siendo considerado como el pintor más importante de la vida cotidiana en la Francia napoleónica, debido a su legado. Tal como señala Susan Siegfried en su libro “The Art of Louis-Léopold Boilly. Modern Life in Napoleonic France” las pinturas Boilly deben interpretarse no solamente por su valor documental desde el punto de vista formal, sino en su más amplia significación para la cultura francesa, al poner de manifiesto las tensiones sociales y sexuales de la época.
Según Siegfried, Boilly fue capaz de advertir la Revolución Francesa, no solo como un hecho político, sino como una fuerza que redefinió las actitudes sociales y el comportamiento de los seres humanos del momento. Lo que refleja en sus pinturas de escenas callejeras, son miembros de una nueva clase social, que pronto inundaría las ciudades del mundo. Boilly observó –y retrató- a la clase media, la cual adquiriría una pujanza cada vez mayor a lo largo del siglo XIX. Con ello, estaba preconizando uno de los rasgos esenciales de la vida moderna.

1799.  Assembly of Artists in the Studio of Isabey (detalle). 
Otro de los aspectos que significan la obra de conjuntos de Boilly, es su interés en la composición para lograr marcar la sensación de que sus escenas son “observadas”, creando en el espectador de su pintura la sensación de un “vouyer”. Esto lo convierte también en un precursor de la modernidad, al hacer cómplice al observador de lo observado.



1796-1798. A la entrada
Derivado de lo anterior, en ese acto de ‘ver’, algunos encuentran en la obra de Boilly cierta carga erótica en la representación de las mujeres y niños. También lo pensarían en su época cuando en 1974 fue condenado por el Comité de Salud Pública debido a los matices eróticos de su obra. Este delito fue subsanada por descubrirse en su casa el retrato de Marat en actitud patriótica “El Triunfo de Marat” , lo cual le valió su relación con los revolucionarios franceses, los jacobinos, iniciada ya años antes al inmortalizar al actor Chenard vestido de ‘sans-culotte’ en su retrato “Bandera ondeante en el Festival de los Savoyens”.

 “El triunfo de Marat”

“Bandera ondeante en el Festival de los Savoyens”
La intensa curiosidad de Boilly y su capacidad de reproducir lo observado, nos ha dejado cuadros de grupos de hombres, mujeres y niños, reaccionando ante los distintos sucesos que irían desarrollándose en su país. Su vida y obra abarcó desde la Francia monárquica, pasando por la Revolución Francesa , el Consulado e Imperio Napoleónico , la Restauración borbónica hasta la Monarquía de Julio .
Retrató, por tanto, a los jacobinos y el pueblo, a las maravillosas e increíbles de la última etapa de la Revolución, a las mujeres y hombres de las primeras décadas del siglo XIX…todo ello, detallando la indumentaria de cada una de las épocas que retrató.

1797.  “Incroyable parade”

1790. Louis-Léopold Boilly: The Suitor’s Gift

1803 Juego de damas

1807.Juego de billar

1812. Entrada al jardín turco

1810-20. Les amateurs destampes (detalle)
Gracias a las obras de Boilly, podemos advertir, la estructura de los vestidos ‘a la inglesa’ en “The Suitor’s Gift”  o “At the Entrance” ; las túnicas de las ‘maravillosas’ y el atuendo de los ‘increíbles’ en “Incroyable et Merveilleuse in Paris” , los cortes de las solapas y espaldas de las levitas y fracs de los hombres y los suaves vestidos de 1807 en cuadros de grandes grupos como “Game of Billiards”  o la moda del Imperio, reflejada en la vestimenta de la clase media y humilde en “Entrance to the Jardin Turc”, de 1812…por sólo mencionar algunas de las obras en que refleja la variedad social de la nueva Francia que emergía después de la Revolución.
Boilly murió en París el 4 de enero de 1845. Hasta actualidad, es considerado como un maestro de la pintura al óleo. Una gran exposición de su obra, “El arte de Louis-Leopold Boilly: La vida moderna en la Francia napoleónica”, viajó a los Estados Unidos, donde se exhibió tanto en el Museo de Arte Kimbell en Fort Worth y la National Gallery of Art de Washington  . El Museo de Bellas Artes de Lille celebró su más reciente exposición a gran escala de la obra de Boilly durante la temporada de invierno de 2011-2012
Para los estudiosos del traje y la moda es y seguirá siendo un referente…Una personalidad de la moda.
http://arthist.typepad.fr/.a/6a00d83451f54369e2010536dea912970b-pi
https://vestuarioescenico.wordpress.com/2015/10/28/louis-leopold-boilly-una-aguda-mirada-a-las-costumbres-y-a-la-moda/